La mayoría de los textos teatrales fueron editados, pero también se conservan copias manuscritas o mecanografiadas.
Estos figuran en diversas colecciones bibliográficas como los de la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca Española de Música y Teatro Contemporáneos (Fundación Juan March) o el Centro de Documentación y Archivo de la SGAE (CEDOA-SGAE). Los bocetos, borradores y partituras orquestales de la etapa madrileña se conservan en el Legado de Francisco Alonso, donado por la familia del maestro a la SGAE, en custodia compartida con el ICMU.
El maestro Alonso fue un compositor de inmenso éxito, con un catálogo excepcional de obras líricas en géneros muy diversos: sainetes, zarzuelas, juguetes, revistas, operetas, humoradas, comedias musicales, himnos, cuplés y pasodobles. El apoyo del público lo convirtió en un compositor de una gran popularidad.
Francisco Alonso supo combinar el éxito comercial con una profesionalidad sin paliativos, como compositor y como artista, pues los impulsos comerciales y artísticos coexistieron en una relación de simbiosis completamente natural, algo que la historiografía musical norteamericana se ha encargado de subrayar en los últimos años de relación a la comedia musical.
La obra de Alonso constituye un paradigma de modernidad en términos culturales.