Curro el de Lora partituras

PRIMER ACTO

Ya terminó la fiesta (Nº1)

Coro:
Ya terminó la fiesta,
ya terminó el acoso.
Con arte y con destreza
pudimos a los toros.
¡Mayoral! ¡Bien está!
Con hábiles engaños llegamos al cortijo,
en donde ya han quedao en chiqueros
los bichos que a morir han de ir.

Trini:
Fiesta de sol y alegría
que en el mundo está de non,
y que al mundo causa envidia
por su belleza y color.

Coro:
¡Fiesta de sol y valor!

Lola:
¡Como en el mundo no hay dos!
El hábil recrujir de la honda al disparar,
la piedra que va a herir con súbito chocar
el bárbaro testuz del toro retador.

Trini:
Y el sol, rey andaluz, espléndido clavel,
que incendia con su luz
la espuela y el cairel
de vívido fulgor y da,
al azul dosel del cielo, resplandor.

Todos:
El hábil recrujir de la onda al disparar
La piedra que va a herir con choque arrollador
el bárbaro testuz del toro retador.

Lola:
Las jacas adornadas con madroñeras,
las picas en el aire como banderas,
y un toro negro que desafía
y que al retarlo busca la huida,
y las jacas en su busca corren ya.

Trini y coro:
Corre ya, corre mi caballo corre más.
Sigue así, que por la cañada quiero ir.
Y al fi nal vencerás al toro retador;
al volver hacia el cortijo
en su cabeza prenderé una flor.

Lola:
En la paz de los campos
galopando libre me vi,
y mi vida sentía la alegría de vivir.
Bravamente la jaca corrió,
pero mi mano la premió:
al volver hacia el cortijo
en su cabeza prenderé una flor.

Trini:
Corre ya, luce mi caballo tu poder,
Y al galopar llévame a encontrar
un buen querer.
Ágilmente tu brío lució,
y quiero yo, al volver hacia el cortijo,
en su cabeza prender una flor.

Lola y Trini:
Es fiesta de alegría y de valor,
que en el palco del cielo preside el sol.

Coro:
Nadie detuvo su galope volador,
que al correr los burló.

Todos:
¡Alegría! ¡Todavía en el cielo claro
centellea el sol!

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Soy Curro el de Lora (Nº2)

Curro:
¡Soy Curro el de Lora!
Y a mi paso por la sierra bravía
nadie se me ponga.
Que salga el que quiera que a tóos desafío,
que no hay hombre pa Curro el de Lora
ni jamás lo ha habío.
En mi jaca negra, con mi manta roja,
mi trabuco ar braso desde un manto real,
me juego la vía, si es vía la mía,
y mato si es que hay que matar.
Es mi casa el monte, mi hacienda la vega,
mi guía la luna, mi amor… no lo sé,
que como las zarzas que hay en el camino
destruyo a mi paso amor de mujer.
Aquella mujer que quise
fue flor que se deshojó.
Malditas sean las mujeres
que no tienen corazón.
Un día maté, al que con engaños mi amor me robó,
y al monte me eché,dispuesto a vengarme de aquella traición.
Fue falso el querer,que tuvo la culpa de mi perdición.
Su amor olvidé,y ya no he sabío de amor de mujer.

Coro:
Fue falso el querer,
que tuvo la culpa de su perdición.
Lo que él manda se tié que cumplir,
por él pelear y a su vera triunfar o morir.
Nunca nadie lo pudo igualar
porque prefiere a renegar morir.

Curro:
El quererme por siempre juró,
y si luego su fé traicionó,
fue falso el querer,
y ya no he sabío de amor de mujer.

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Sevillana he nacío (Nº3)

Lola:
Sevillana he nacío,
de Sevilla yo soy,
y es mi orgullo más grande
saber que mi cuna allí se meció.
Me he criado en Triana,
llevo sangre cañí,
y me echaron el agua bendita
del Guadalquivir.
Lolilla la cigarrera
me llamaban en Sevilla.
¡Quién fuera aquella Lolilla!
¡Quién fuera lo que antes era!
Que lejó de mi España
nunca puedo olvidar
el reír de mi cielo andaluz
que convida a cantar.
Y en el pecho llevaba ese sol
que al brillar,
donde pone su beso de luz,
flores hace brotar.

Coro:
En Sevilla ha nacío,
tiene sangre cañí,
y le echaron el agua bendita
del Guadalquivir.

Lola:
¡Reja donde soñé!
Quién pudiera en tus hierros floríos
reír y soñar otra vez.
Entre los repiques de unas castañuelas,
las notas llegaban como ecos de fiesta
de unas sevillanas,
que el olor atraían de la primavera,
nochecita pa soñar, ¡Ay!
Los sentíos trastornaba
con su perfume el azahar.
Lejos se oía el bordón
de una guitarra llorar
las penas de un corazón
que iba la muerte a buscar.
Y en los aires se volaba
una copla que cantaba:
Floresío está tó el año
ese jardín de tu reja,
porque lo miran tus ojos
y con mi llanto se riega.
¡Ay! ¡Giralda, columna de sol
por flamenca te bendijo Dios!
¡Ay! ¡Giralda, escalera de luz
pa subir a mi cielo andaluz!

Coro:
¡Ay! ¡Giralda, columna de sol
por flamenca te bendijo Dios!
¡Ay! ¡Giralda, escalera de luz
pa subir a mi cielo andaluz!

Lola:
Cielo andaluz que es el palio del sol,
y pone en su luz
los destellos de un fuego de amor.
Lejos de aquí es distinto el fulgor
de los rayos del sol.

Todos:
¡Ay! ¡Giralda nunca te puedo olvidar!

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Tú eres otro, yo también (Nº4)

Lola:
Tu eres otro, yo también,
que el tiempo no pasa en balde.
Vamos a no echar más cuentas,
anda y que Dios te acompañe.
Yo voy por otra verea
y no preciso de nadie.

Curro:
A ti te pierde el orgullo,
¡Ven y dímelo en la cara!
Que ya se te han olvidao
los besitos que me dabas.
Yo aquí los tengo clavaos,
y nadie me los arranca.

Lola:
¿Curro a qué vienes?
¿Qué quieres de mí?
Dime, ¿a qué precio te irías de aquí?

Curro:
Te engaña tu orgullo.
Dinero me sobra pa comprarte a ti.
El alma me parte llegar a mirarte
como ahora te vi.
Soñaba con verte pa ver si tus ojos
me daban la muerte que tanto pedí.

Lola:
Si muerte esperabas
¿por qué me buscabas?
Tú quieres morir, ¡yo vivir!

Curro:
Al derramar en la tierra sus rayos de sol,
supe de ti
y en mi pecho un puñal se clavó.

Lola:
Nunca creí que pudiera
volverte a encontrar,
me equivoqué,
y ojalá no me llegue a pesar.

Curro:
Espuela a mi jaca daba,
y al fi n, mujer, te encontraba.

Lola:
¡Y al verte delante e mí,
siquiera me estremecí!

Curro:
¡Ah! Adivinar que aquí estabas debí,
porque el sol daba más luz
y la sierra su olor.

Lola:
Muerto está aquel querer
que de aquí para siempre arranqué.
¡Curro, déjame ya!

Curro:
¡Óyeme en caridá!
De aquella mujer,
a quien di con mi sangre mi vía,
en mi alma toavía se enciende el maldito querer.
Por ella maté,
como un lobo en la sierra acosao,
por ella espreciao, con sangre lloré.
Por ella viví,
y en su boca, que amores juraba
y luego engañaba, veneno de amores bebí.
Ya ves si será de ley mi querer,
que esa boca quisiera besar otra vez.

Lola:
Lo que ha sío ná me importa,
tú eres otro, yo soy otra.
A qué causas tu porfía
si aquel fuego ya es ceniza.
¡Ah! Déjame ya escoger mi camino,
que agua pasá ya no mueve molino.
¿Quieres morir? ¡Eso tu allá!
¡Déjame a mí la libertad!

Curro:
¡Calla ingrata, que se afila
en tus palabras un puñal!
En mi camino te vuelvo a encontrar.

Lola:
¡No te fui yo a buscar!
Aquella mujer,
otro cauce ha marcao a su vía,
y mira extinguía
la llama que ardió su querer.
Mis pasos sembré,
del olvío que en mi alma ha cuajao,
crecer he dejao a mis alas y libre volé.
Alegre reí,
y aunque a hieles quizás amargaba,
mi boca cantaba,
y penas y llantos vencí.
Tocante al querer,
mi capricho ná más es mi ley.
Aquella mujer,
otro cauce ha marcao a su vía,
y mira extinguía la luz del querer.

Curro:
De aquella mujer,
a quien di con mi sangre la vía,
en mi alma toavía
se enciende el maldito querer.
Por ella maté,
como un lobo en la sierra acosao,
por ella espreciao,
con sangre lloré.
Por ella viví,
y en su boca, que amores juraba
y luego engañaba,
veneno de amores bebí.
Ya ves si será de ley mi querer,
que esa boca quisiera besar otra vez.
De aquella mujer,
a quien di con mi sangre mi vía,
en mi alma toavía se aviva el querer.

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El tango del ki-ki-ri-ki y final (Nº5)

Trini:
El tango del ki-ki-ri-kí,
el tango del ki-ki-ri-kán.

Coro:
¡Venga chiquilla ese tango!
¡Que lo quiero ver bailar!

Trini:
Era un gallo ki-ki-ri-kí,
era un gallo ki-ki-ri-kán,
¡que el muy tuno se creía
que era el amo del corral!
¡Ay lerelo lerelo lerelo
y hasta era orgulloso su cacarear!
Con su cresta ki-ki-ri-kí,
y su cola ki-ki-ri-kán,
mandaba en el gallinero
como si fuera un sultán,
¡Ay lerelo lerelo lerelo
y nada hacía el gallo pa no adelgazar!
Con er pico…, con er pico…
traía a las hembras el gallo engañao.
Y de noche… y de noche…
saltaba el muy tuno al corral de al lao.
Pero un día… pero un día…
salió una gallina que estaba encelá,
y a otro gallo… y a otro gallo…
más grande se trajo pa dentro el corral.
Desde entonces el gallo de nantes
no ha vuelto a salir,
y las hembras le pican la cresta
pa hacerle sufrir. ¡Ah!
Con el ki-ki-ri-ki, ki-ri-kí, ki-ri-kí, ki-ri-kí,
Con el ki-ki-ri-ki, ki-ri-kí, ki-ri-kí, ki-ri-kán.
A los gallos, como a los hombres,
los hay que picotear.

Coro:
Con el ki-ki-ri-ki ki-ri-kí ki-ri-kí ki-ri-kí,
Con el ki-ki-ri-ki ki-ri-kí ki-ri-kí ki-ri-kán.
A los gallos, como a los hombres,
los hay que picotear.

Trini:
¡Picotear!

Coro:
El tango del ki-ki-ri-kí,
El tango del ki-ki-ri-kán.

Trini:
¡Ki-ki-ri-kí!

Richemond:
¡Ki-ki-ri-kí!

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SEGUNDO ACTO

Preludio

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Luz de aquella estrella (Nº6)

Ecijano:
Luz de aquella estrella
que mañanera miro brillar,
quiero que tú seas
la compañera de mi penar.

Coro:
En mi paso por la sierra
un lucero luz me da,
que consuelo y compaña me presta
con su dulce claridad.

Ecijano:
Pa ayudarme en los caminos
y jarales de la sierra,
pa librarme de acechanzas
en mi vida aventurera.
Pa mirar aquellos ojos
que me matan y me encelan,
tengo siempre allá en el cielo
mi estrellita mañanera.
¡Ay! Estrellita que alumbras
como ninguna alumbra,
cuando tu luz va a su cara besar
tú no sabes qué envidia me das.

Coro:
Buscando un querer
ya no podré lograr jamás mi loco afán.
Pues di mi amor a la mujer
que luego quise olvidar.

Ecijano:
¡Ay! Si alegres son los colores
de mi manta jerezana,
más alegres son los ojos
que dan vida a mi esperanza.
Pues ni los luceros brillan
cuando altiva pone su mirada mi gitana.

Coro:
Si alegres son los colores
de mi manta jerezana,
más alegres son los ojos
que mantienen viva mi esperanza.

Ecijano:
Ella es la luz de la mañana.

Coro:
Es la vida luchar y también es querer,
y lograr conseguir un amor de mujer.
Alegres son los colores de mi manta jerezana.

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De nuevo al verla – Raconto de Curro (Nº7)

Curro:
De nuevo al verla
ya no he podido callar mi corazón.
Y, recordando sus juramentos,
olvido su traición.
Si era mi vida y la adoraba
como se adora al sol.
¿Por qué entre besos,
que eran traiciones,
el alma me envenenó?
¡Ciego volé con las alas del corazón!
¡Loco pensé
en llegar hasta el mismo sol!
Que en la cumbre é la sierra
pa servirla de altar, un palacio de reina
con pisos y puertas de plata
quise levantar.
Si en el naranjo de mis quereres
ya se secó el azahar,
¿por qué los besos de aquella boca
quemando mi boca están?
Casita que yo soñaba,
nío de mi amor,
refugio de paz y dorao de sol,
malhaya el vendaval que la desmoronó.
¡Virgen por lo que pasaste
junto a aquella cruz!
Calma mi sufrir,
dame ya tu luz
o pa olvidar o pa morir. ¡Ay!

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¡Por Dios no alcéis así la voz! (Nº8)

Trini:
¡Por Dios, no alcéis así la voz!

Richemond:
¡Que salga el que quiera
que no me da miedo
ni un chacal ni un bravo león!
Trinita hechicera,
yo soy un valiente por tu amor,
y habré de salvarte que por libertarte
nada hará temblar mi fiero corazón.

Trini:
De todas manerases
prudente andar con precaución
en esta ocasión.
Si libres nos vemos
mi mano he de darte,
pero no conviene
que se precipite tanto tu valor.

Richemond:
Sediento estoy de pelear,
que un premio así quién no querrá.

Trini:
Tanto amor nunca vi,
ni tal valor.

Richemond:
¡Callad, no vayan a escuchar!

Trini:
Un hombre que es hombre,
para tal hazaña acometer
ya me conquistó.
Valiente le quiero
para los valientes.
Pero en el cariño quiero verle humilde
si lo miro yo.

Richemond:
¡Ay, mon Dieu!
No puedo ya tenerme en pié;
Cualquiera suponía que era ir a la guerra
ir a Andalucía.
Ya verás si digno soy al fi n de ti,
pero ahora es conveniente,
como tu me mandas, callandito ir.

Trini:
Ten cuidao y no te vayas de mi lao,
que todos nos espían,
y si nos descubren
buena se armaría.

Richemond:
Nadie ya hoy puede hacerme a mí temblar.
Que si sale un león,
un chacal me hace tu amor.
Ya verás quién es Richemond.

Trini:
Qué noble y bravo es.
Pruebas de mi amor gozosa le daré.
Soberbio y valiente yo te quiero
pero en el querer humilde has de ser.

Richemond:
Trinita hechicera,
yo soy un valiente por tu amor,
y habré de salvarte que por libertarte
nada hará temblar mi fiero corazón.

Trini:
Mi mano he de darte,
pero no conviene que se precipite
tanto tu valor.

Richemond:
Si con bien escapo,
nunca en aventuras tan comprometidas
he de verme yo.

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Si en mis lamentos y mis porfías (Nº9)

Trini:
¡Curro! ¿Qué te pasa que herío te ves?
¡Habla ya!

Curro:
Que a traición el Ecijano
me ha querío asesinar.

Trini:
¡Mardito sea!

Curro:
¡Ha hecho bien, porque mi vía
no servía ya pa ná…!
Si en mis lamentos y en mis porfías
no quiso ella creer,
morir prefiero, que no podría,
vivir sin su querer.
Yo la quería, y me importa más su vía que la mía.

Coro:
Pobrecillo Curro, nadie lo creyera,
viéndole tan bravo que este fin tuviera.
¡Malhaya quien fía en cariño de hembra!

Lola:
¡Curro del alma!
Di quién te ha herío y pudo tu brío rendir,
pa que pueda, al saber quién ha sío,
poderle matar.

Curro:
¡Que Dios tu traisión perdone
y déjame ya morir..!

Coro:
Quién lo creyera, que en este día
su querer tan mal fin tendría.
Por causa de un mal querer,
la vía va a perder.
Sólo a traición arrebatar pudiera.
Pobre Curro, con su vía va a pagar
ese querer que fue su vía.
Pena me da verlo así sufrir.
Que en su porfía, el cariño de aquel día
todavía… es su vía.

Lola:
¡Darte quiero toa la vía!

Curro:
Con llanto de sangre la muerte pedí,
pero al verte otra vez en mis brazos
pa darte la vía yo quiero vivir.

Lola:
¡Penas que yo sembré!
Con el llanto que erraman mis ojos
borrar vuestros rastros sabré.

Coro:
Que tristes son los colores
de mi manta jerezana,
que no pueden cobijarte
morenita de mi alma.

Lola:
¡Quiero mirarme en su mirada!

Curro:
¡Por su querer la vida daba!

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Aire de bolero (Nº10)

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En la Feria de Marchena (Nº11)

Curro:
En la feria de Marchena
esta alhaja yo merqué,
pa ayudarme en la faena
de guardar a mi morena
y de hacerme yo valé.
Negras cachas resguardan su hoja,
firme y bien templá.
Y los muelles que la armaban
al abrirse pregonaba,
su bravía calidá.
Y al pie de aquella reja
donde aprendía
lo que cuando se quiere
vale una vía.
Así cantaba
mientras que en mis manos
la acariciaba.

¡Ay! ¡Navaja leá!
que guardas mi amó,
en ti miro yo
mi sólo caudal.
¡Ay! ¡Quien quiera una vez
su corte probar,
que ponga el mirar en esta mujer!
Por un viento de falsía
mi morena me olvidó,
y al pensar que la perdía
y saber que la quería
mi navaja perdonó.
Y, tragándome la pena,
para siempre yo oculté
la navaja que en Marchena
pa guardar a mi morena
orgulloso yo merqué.
Y lejos de la reja
que me decía
que el que fía
en mujeres
en aire fía.
Triste pensaba
que, por quererla mucho,
la mataba.
¡Ay!¡Navaja leal
que alegre merqué
pa que mi querer
supieras guardar.
¡Ay! ¡Quién pudo pensar,
ni pudo temé
que aquella mujer
supiera engañar!
¡Navaja leal
que no quiso matar!

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Adoremus (Nº12)

Coro de niños:
Adoremus in aeternum
Sanctissimum Sacramentum

Coro:
Laudate Dominum, gentes,
Laudate Eum omnes populi.

Todos:
Adoremus in aeternum
Sanctissimum Sacramentum
Amen

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Final (Nº13)

Coro:
Campanas alegres que a Córdoba disen
que dos que se quieren se van a casar.
Tocan sin descanso y en loco repique bandás de tañíos echad a volar.

Niños:
Se van a casar y hay que repicar.
Si feliz te quiés ver luce garboso tu rumbo soltando parné.

Coro:
Si quiés ser muy feliz pon en tus labios el alma diciéndole el sí.
Qué mujer tan cabal, qué clavelito ensendío se va usté a llevar.
Dios le dé a su mercé con tos los bienes mundo
algún churumbel floresita e canela.

Richemond:
¡Por fin me caso como quería con una moza de Andalucía,
la más hermosa, la más bravía, la más graciosa, la más gitana!

Trini:
¡Por Dios no sigas que me avergüenzas!
¡No valgo tanto como tú piensas!

Lola:
¡Reza por mí,
que sólo puede Dios acabar mi sufrir!

Trini:
¡Pobre Lola!
¡Cuánto sufro mirándote así!

Lola:
¡El sufrir no me asusta!
Lo que sí pué matarme es no verlo ya nunca.
Chavalilla le quise con todo el alma,
y creyendo olvidarlo no le olvidaba;
que fue el primero a quien di en los labios de amor un beso.

Curro:
¡Ven aquí!
No te marches de mi vera
que en mis brazos prisionera te quió yo mirar así.

Lola:
Curro, maldita la hora en que desdenes fingí.
El corazón ahora llora,
y que me perdones te vengo a pedir.

Curro:
¿Qué dices, Lolilla?

Lola:
Que no te olvié,
y que siempre te quise y te quiero,
mi Curro, y tuya he de ser.

Curro:
Los dos solos, corazón con corazón
que ciego y sin tu luz me vea si te dejo.
Así lo juro ante mi Dios.
De rodillas y besando tus pisás
perdón y olvido te pido.

Lola:
Lo pasao ya está olvidao,
mis besos lo borrarán.

Curro:
Con tu amor otro soy ya,
conmigo en la sierra mi reina serás.

Lola:
¡A tu lao me tendrás!
Aquella mujer, que desdenes fingía,
orgullosa hoy busca celosa el nío donde está su querer.

Curro:
Estrellita de luz de mi cielo andaluz.

Lola:
Mi dueño serás,
como siempre lo fuiste en mi vía,
y humilde y rendida esclava a tus pies me verás.
Soñando viví, con volverme a mirar en tus brazos
y el alma a peasos sentí escaparse hacia ti.
Ya ves si será mi goso de ley
cuando tuya me vuelvo a mirar otra vez.

Curro:
Nublaita y lejos te miré;
Vuelve el rumbo a mi vía a marcar otra vez

Lola:
Tuya seré,
porque mi amor fue la flor que no se secó.
¡Ay! Si yo me marché
te juro hoy aquí que lejos también pensaba yo en ti.
Cerca un altar, y por mi fe te juro hoy aquí mi querer,
y que siempre estaré muy junto a ti.
Curro a la sierra iré que feliz seré con tu querer.
Sólo por tu querer feliz seré.
Quise en vano mi sino cambiar,
sin tu amor yo no puedo vivir.
¡Ay mi Curro! ¡Me muero por ti!
Pues no podré vivir sin tu amor.
¡La sierra nos cobijará por siempre ya!

Curro:
¡Ay, mujer que perdí!
Teniéndote a ti soy otro
al pensar que vuelves a mí.
Yo te quiero sólo a ti.
No pué nadie mi rumbo torcer.
Yo a ti sola te quise, mujer,
no pué nadie robar mi querer;
pues si es de ley no se pué romper.
Sólo por tu quererotro hombre he de ser,
tú lo has de ver.
Reina yo te he de hacer,
y con tu querer feliz seré,
y loco de amor contigo viviré.

Coro de niños:
Salve Regina, Madre amantísima,
misericordia ten de mí.
Virgen María, Virgen Purísima,
de hinojos caigo por rezarte a ti.
Por ti suspiro, por ti lloro,
y por ti he de vivir.
Dame tu perdón.
Gracia plena el cielo nos dé.
Gracia plena el cielo nos dé, por siempre
Gracia, Amén.
Quiera el cielo tu bien conceder,
y a los novios felices hacer.

Coro:
Salve Virgen, Reina y Madre,
que en el cielo, por tu poder
Reina has de ser, no me olvides.
Reina y Madre pido siempre que me ampares.
Salve Virgen, Reina y Madre
que me ampares pediré.
Virgen ten piedad de mi corazón,
hoy viene a implorar y a rogar,
con temor tu divino perdón.
Virgen danos tu consuelo,
Madre que estás en el cielo.
Nos perdonarás, que en ti confío yo y olvidarás.
De mi tendrás piedad y a ti mis plegarias volarán,
que quiero para ti rezar.

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