(Al levantarse el telón irán saliendo por distintos sitios las arpías (Coro de Señoras presidido por Doña Escolástica),con paso muy rápido, buscando por todas partes. Visten unas traje negro con manto, otras traje oscuro, sombrero capota y otras mantón y pañuelo a la cabeza. Todas caracterizadas y con narices largas, ridiculizando a las suegras.)
Nº1. Las suegras
Escolástica:
¿Dónde estará? ¿Dónde estará?
¿Si estará por aquí? ¿Si estará por allá?
Arpías:
¿Dónde estará? ¿Dónde estará?
¿Si estará por aquí? ¿Si estará por allá?
Cuando estaba por el mundo
era mi casa un infierno,
y he tenido yo la culpa
de que rabiara mi yerno
por no poderme aguantar.
Y por él aquí me encuentro,
pues me mandaba al demonio
cada vez que me metía
a infernar el matrimonio,
y me las ha de pagar.
¡Pillo! ¡Canalla! ¡Granuja!
Decirme que soy bruja.
¡Infame! ¡Perdido!
Porque te he conocido.
¡Maldito! ¡Fullero!
Cogerte es lo que quiero,
y verte tostado
por tuno y por malvado.
Escolástica:
¿Dónde estará? ¿Dónde estará?
¿Si estará por aquí? ¿Si estará por allá?
Arpías:
¿Dónde estará? ¿Dónde estará?
¿Si vendrá por aquí? ¿Si vendrá por allá?
Nº2. Las cocots
(Salen Rosa, Blanca y Pura, tres «cocots» capaces de alterar el orden público; con decir que son las favoritas de Satanás, basta. Visten según figurín.)
Las tres:
Somos las vendedoras del amor
y nuestra mercancía
la busca siempre el hombre con ardor,
que aumenta cada día,
y en alas de sus sueños de placer
a mí se ha de entregar,
y aunque dicen que soy débil mujer
logré siempre triunfar.
Ramiro:
Habrá que ver,
habrá que ver
de las cosas que se valen
para podernos vencer.
Las tres:
Fíjate bien
y lo verás,
si me miras por delante,
si me miras por detrás.
Rosa:
Yo me llamo Rosa.
Blanca:
Yo Blanca.
Pura:
Yo Pura.
Ramiro:
¡Caray!… Cómo sube
la… temperatura.
Rosa:
Soy muy cariñosa
y muy complaciente.
Blanca:
Yo soy muy mimosa
y condescendiente.
Pura:
En mí encontrarías
una gran pasión.
Ramiro:
Cualquiera resiste
a la tentación;
que aquí yo quisiera
ver a San Antonio,
pues son estas chicas
el mismo demonio,
y las tres me gustan
si no he de mentir.
Las tres:
Pues ya ves que tienes
en donde elegir.
Ramiro:
¡Por favor! ¡Por favor!
No tentarme,
pues con tanto calor
yo me siento muy mal
y aunque simple mortal
a las tres os daría mi amor.
Las tres:
¡Mírame! ¡Quiéreme!
que yo siempre
a ti solo querré,
pues ya tú lo verás
(Evolucionan a compás de la música, y al pasar por delante de Ramiro, dicen con mucha coquetería.)
Rosa:
Rosa.
Blanca:
Blanca.
Pura:
Pura.
(Las tres le rodean.)
Ramiro:
Vaya… si se sube
la temperatura.
Nº3. Los primos
(Salen cinco empleados, o los que convengan. Visten unos de levita, otros de chaqué, algo anticuado, pero limpios. En vida han sido unos primos.)
Todos:
Un año en el infierno
hace que vivo,
y no puedo saber
por qué motivo
me tienen aquí dentro
y sin razón,
pues yo siempre he sido
un ser bonachón.
Pagaba al tendero
y al sastre al contado,
y siempre al casero
por adelantado…
siendo lo que llaman
un primo alumbrado.
Iba a la oficina
con puntualidad,
pues era un modelo
de moralidad…
y allí trabajaba
una enormidad.
Siempre que anunciaban
unas elecciones,
jamás he votado
yo por Romanones,
pues todos sabemos
sus inclinaciones. (Por la cojera.)
Y a mis compatriotas
no hice ningún mal
pues no voté nunca
por un concejal.
Los diablillos, con mucho desdén,
se sonríen siempre que me ven,
sin que se conduelan
de mi desamparo,
pues aquí me tienen
por un bicho raro.
Yo no sé por qué me condené
y el motivo nunca lo sabré.
Ramiro:
¡Pues, hombre! ¡Por primos!
¡Por ser mentecato!
¡¡Por pagar en vida
el inquilinato!!
Primos:
¡Y yo que esperaba
una recompensal
Uno:
¡Pues constituiremos
«Junta de defensa»! (Mutis.)
Nº4. Las ilusiones – Bailable
Después de romperse el ánfora y verse el grupo artístico que dentro de ella forman las Ilusiones, van saliendo éstas formando dos filas, revolotean indecisas y, por fin, forman un puente en el centro de la escena por dentro, del cual pasa la Flor de la Pureza haciendo su presentación; al verla, las ilusiones la rodean y en alas de ellas la llevan de un lado a otro, hasta que sale la Flor del Pecado.
La Flor del Pecado, al ver a la de la pureza, se enamora de ella e intenta abrazarla, a lo que la Pureza se resiste y las Ilusiones retroceden, pero salen por distintos sitios los Diablillos y las obligan a seguir cerca de la Pureza.
La Flor del Pecado, más interesado cada vez, enamora a la Pureza pretendiendo que ésta le entregue la flor; ella se resiste, hasta que, cayendo en la tentación, se la entrega. Durante esta escena mímica, las ilusiones y los Diablillos luchan encarnizadamente hasta que el Pecado consigue la flor; al tenerla, la besa apasionadamente y los diablillos le rodean alegremente, haciendo lo mismo en el otro lado las ilusiones con la Flor de la Pureza.
La Flor del Pecado, satisfecho de su triunfo, empieza a deshojar la flor; las Ilusiones se arrodillan ante él en actitud suplicante y los Diablillos las cogen bruscamente llevándoselas al foro mientras la Pureza cae desplomada ante el ánfora de la realidad, formando todos un cuadro artístico. Satanás coge el ánfora pequeña, la destapa y sale de ella una nube de humo, mientras dice:
Satanás:
Este es el fin de todas las ilusiones, le triste realidad.
Ramiro:
¡Humo! ¡Tienes razón!
Empieza el vivo en la orquesta y salen los Diablillos chicos (coro de niños) seguidos de los Diablos los que, después de una evolución caprichosa, forman en el foro un trono con sus forcas.
La flor del Pecado coge de nuevo a la Pureza y la lleva al trono para que goce un momento de su esplendor. Ella le sigue renaciendo de nuevo su alegría: las Ilusiones, para llegar hasta ella, van una a una pasando por entre los Diablos seguidos por los Diablillos, quedando a un lado éstos y las Ilusiones en otro mirando a la pareja enamorada. De pronto, el Pecado arroja a la Pureza del trono, sentándose en una silla (que forman los Diablos cogiéndose las manos) en actitud triunfante; la Pureza retrocede horrorizada, busca en vano a las Ilusiones, las que con los Diablillos bailan locamente alrededor del trono, hasta que cae en primer término completamente desengañada.
Al verla caer, las Ilusiones caen en brazos de los Diablillos, éstos las sujetan formando un cuadro artistico, mientras cae el telón.
Nota:
Viste la Flor de la Pureza mallón carne, túnico de gasa blanca, pelo suelto y una guirnalda de rosas blancas en la cabeza. Lleva en la mano una rosa blanca, la que entrega al Pecado.
Las Ilusiones, mallón carne, túnico de gasa rosa, pelo suelto y, si con algo adornan su cabeza, a base del color rosa.
La Flor del del Pecado, traje de trusa encarnado como el Mefistófeles.
Los Diablos, Diablillos y Diablillos chicos, malla encarnada, trusa negra, la que lleva desde la muñeca a la cadera, un ala de seda plisada encarnada, como la de los murciélagos y en la cabeza calota de raso encarnado con dos plumas negras.
La nube de humo del ánfora pequeña se consigue con un pequeño depósito en la tapa colocado de modo que, al abrirla, caiga al fondo de ésta el magnesio, el que al dar en la llama que en el fondo habrá de alcohol produce el efecto deseado.
Nº.5. Cuplés de los cupidos
Los dos:
¡Papá! ¡Mamá!
Venir por mí,
que yo no quiero
estar aquí.
Tresita:
Como el diablo tiene
malas intenciones,
me llevaba al cine
con sus tentaciones,
y como tú eres
un demonio más…
Carlitos:
Yo a ti te tentaba
como Barrabás.
Papá! ¡Mamá!
Venir por mí, etc.
Teresita:
A pares o nones
me pediste un beso,
Yo te dije pares
antes que Pilar.
¡Papá! ¡Mamá!
Venir por mí, etc.
I
Teresita:
Dos novios un día
que en el cine estaban,
yo no sé que harían
en cuanto apagaban.
El caso es que ella
le decía a él..
Carlitos:
¡Qué mano tan fría
tienes, Rafael!
¡Papa! ¡Mamá! etc.
II
Teresita:
En un auto un día
dos novios paseaban,
y nubes de polvo
tras de sí dejaban,
E Inés que es la novia
dijo a Baltasar…
Carlitos:
Que con tanto polvo
buena iba a llegar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
III
Teresita:
Pepito y Dolores
que en casa estuvieron,
en un mundo viejo
los dos se escondieron.
Y después me dicen
riendo sin cesar…
Carlitos:
Que ellos en el mundo
gozaban la mar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
IV
Teresita:
Consonante a toro
Bernabé buscaba,
y por más que hacía
con él no atinaba.
Y al entrar Teodoro
dijo Bernabé…
Carlitos:
Gracias al demonio
que ya lo encontré.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
V
Teresita:
Sentado al piano
Tomás dice a Lola,
voy ahora a tocarte
una barcarola.
Y Lola le dijo
con mimo a Tomás…
Carlos:
Tócame el morrongo
que me gusta más.
¡Papál ¡Mamál etc.
VI
Teresita:
A Pilar un día
Gaspar dió unas flores,
que eran mensajeras
sin duda de amores.
Y Concha al saberlo
le dijo a Gaspar…
Carlos:
Quiero me des-flores
como a la Pilar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
VII
Teresita:
Volviendo del campo
Juanito y Teresa,
se caen de la burra
porque ésta tropieza.
Y al ir a montarla
Teresita vio…
Carlitos:
Que Juan los estribos
sin duda perdió.
¡Papá! ¡Mamá! etc
VIII
Teresita:
A correr jugaban
Ana con Severo,
a ver quién llegaba
a un sitio primero.
Mas el pobre chico
tras ella quedó..
Carlitos:
Pues la delantera
ella le cogió.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
IX
Teresita:
A Gaspar un toro
le quitó la vida,
quedando la viuda
de dolor transida.
Y si ve unos bueyes
se pone a llorar…
Carlitos:
Porque la recuerdan
al pobre Gaspar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
X
Teresita:
A mí me ha pasado
en mil ocasiones,
soñar me han echado
ya las bendiciones.
Y entrarme una cosa
que no sé explicar…
Carlitos:
Eso ocurre a todos
al irse a casar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XI
Teresita:
Un día en el cine
se sentó a mi lado
un señor ya viejo
muy desvergonzado.
Y al quedara obscura
me dijo mamá…
Carlos:
Ten mucho cuidado
que es como papá.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XII
Teresita:
Mira que el diablo
nos está observando,
y en este momento
me estaba tentando.
Y si en la caldera
nos llegana echar…
Carlitos:
Verás lo calientes
que íbamos a estar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XIII
Teresita:
Ivan a los cines
viejos calaveras,
de esos que persiguen
a las tobilleras.
Y me acuerdo de uno
que me pellizcó…
Carlitos:
En donde la espalda
su nombre perdió.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XIV
Teresita:
Al cine yo quise
ir con mi abuelito,
pues eso le gusta
mucho al pobrecito.
Y mamá me dijo
al irle a escribir…
Carlitos:
Está ya muy viejo,
no le hagas venir.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XV
Teresita:
Román, que es celoso,
se casó con Lola
y no la permite
el que salga sola.
Y como ella en todo
complace a Román…
Carlitos:
Sale acompañada
por un capitán.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XVI
Teresita:
Preguntando un día
por la Nicolasa,
a un señor le dicen
que no estaba en casa.
Pero eso no quita
porque está Asunción…
Carlitos:
Como que ejercían
igual profesión.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
XVII
Teresita:
Delante de un cuadro
que hay en el museo,
me quedo embobada
siempre que le veo.
Porque hay una niña
que aprende a bailar…
Carlitos:
Si es una menina,
¿no te ha de gustar?
¡Papá! ¡Mama! etc.
XVIII
Teresita:
La clase de postre
que a mí más me agrada,
las ricas natillas
y la mermelada.
En cambio la fruta
no puedo probar…
Carlitos:
Pues a mí las peras
me gustan la mar.
¡Papá! ¡Mamá! etc.
Nº6. Los 7 pecados capitales
Salen Los siete pecados capitales, La soberbia, representada por Maura; viste de levita y carecteriza su cabeza. La avaricia, por Weyler; viste levita algo anticuada y caracteriza su cabeza. La lujuria, tiple cómica; viste mallón carne, capa de seda negra, que la cubre toda, la que abre y cierra en el momento de decir en el estribillo: «¡Ay,ven tú, ay, ven tú!» Presentando así un desnudo artístico, jamás una figura pornográfica. En los teatros que el público finja que le molesta estas cosas, se suplirá el mallón por una camisa de encajes, media negra, liga de lazo de seda amarilla, y como broche una luz eléctrica, se cubre con un abrigo-capa gran novedad, el que dará al lego una vez hecha su presentación. La ira, por La Cierva; viste levita, pantalón a cuadros y caracteriza su cabeza. La gula, por un lego Franciscano, exageradamente grueso. La envidia, por Melquíades Alvarez; viste como sus compañeros, y siempre que acciona lo hace con el dedo índice de la mano derecha. Y La pereza, por un guardia de Orden público; viste como los Romanones)
Los siete:
Los siete pecados capitales
aquí están.
Los siete danzamos por el mundo
desde Adán.
Somos por todos agasajados,
los reyes somos de los pecados;
que es una dicha para un mortal
el verse dueño de un capital.
Avaricia:
Yo soy la avaricia,
con nadie comparto,
y aunque soy muy rica
no disfruto un cuarto.
Gula:
Y dice la gula
que nunca se hartó.
Envidia:
Méritos la envidia
en nadie encontró.
Pues éstos no pueden
valer lo que yo.
Ira:
Aquí está la ira.
¿Quién dice que no?
Conmigo no entabla
nadie discusión.
Soberbia:
Yo soy la soberbia,
no me contradigo,
y todo lo bueno
siempre está conmigo.
Ramiro:
(A la Pereza.)
¿Y tú, di, quién eres,
que tanto bostezas?
Pereza:
Decirlo vosotros… ¡Aaaa!.
Gula:
Este es la pereza.
Todos:
Y ahora solo falta
para conclusión
que haga la lujuria
su presentación.
Lujuria: (couplet)
Pecáis vosotros con un sentido
que satisfecho no está jamás,
yo cuando peco pongo los cinco
y a veces puede que alguno más.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú!
¡Ay, venturoso amor!
¡Sin ti, no! ¡Sin ti, no!
¡Sin ti no puedo estar!
No me digas, quita, quita,
quita, que no puedo más,
que yo necesito mucha…
¡Ay, mucha voluptuosidad!
Todos:
No le digas quita, quita,
etc.
Lujuria:
Hay muchos hombres que al verme dicen
que les asombra mi actividad,
porque no saben los infelices
que a mí me carga la flojedad.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú! etc.
I
A su criada don Homobono
porque no sirve la quiere echar,
pues cuando quiere que le dé gusto
encima de ella tiene que estar.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú!
II
Un buen amigo dice a don Pío:
por su difunta no llore usted,
que aquí en el pueblo su pobre esposa
de todo el mundo querida fué.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú!
III
Una academia puso de corte
hace dos meses Julia en Madrid,
y dice a todos que ella ignoraba
que el corte diera tanto de sí.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú!
IV
Hoy a su suegra le dijo Alfredo
yo dos alcobas siempre tendré,
pues su marido tuvo una pieza
distinta siempre de la de usted.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú!
V
Ayera Julia, que la dijeron
que su vestido corto quedó,
por faltar tela, dijo, no ha sido,,
pues una pieza entera entró.
¡Ay, ven tú! ¡ Ay, ven tú!
VI
A un empleado dice su esposa
yo con tu paga no sé qué hacer,
porque tan corta, chico, la tienes
que aunque la estiro no puede ser.
¡Ay, ven tú! ¡Ay, ven tú!
Nº7. Oye, Nicanora. Chotis
(Salen Sinforiano y Nicanora. Dos puntos de baile. Visten exageradamente chulo, son más feos que «Cienhigos», y presumen más que una titiritera.)
Sinforiano:
(Al llegar al centro de la escena y después de bajar la mano, que la ciñe la cintura más de lo debido.)
Oye Nicanora
tiés cosas que parecen
de señora.
Nicanora:
Sube esa mano
que la bajas más que el metropolitano,
y si alguno nos ve así
cualquier burrá dirá de mí.
Sinforiano:
Mira, Nicanora,
no exageres,
que te doy una trompa,
y si yo a ti
te doy así
ya tiés la cara pa un buen rato
hipotecá.
Nicanora:
Pa mi que te han dao
las señas cambiás,
si te crees con eso
que me tienes asustá.
Sinforiano:
No me tires de la lengua
que la tengo delicá.
Nicanora:
Calla, Sinforiano.
que ya sabes que por nada
me amilano.
Sinforiano:
Deja, so chulona,
que se pegue a tu cuerpo
mi persona,
pa que digas con razón
quítate day, Sindeticón.
(Recitado dentro de la música.)
¡Nica!
Nicanora:
¡Sinforiano!
Sinforiano:
Cuando bailas tan sentá
ni el sol en el meridiano
da la hora tan marcá.
Nicanora:
¡Sinfo!…
Sinforiano:
¡Nicanora!
Nicanora:
Ya habrás visto como yo
no me muevo, aunque la hora
adelante del retó.
(siguen bailando más pegados que un sello, desapareciendo al último acorde del chotis.)
Nº.8. Couplé de la rumba
(Sale la Rumba (primera tiple) acompañada de todas las segundas tiples y coro de señoras. Visten traje de cupletista encarnado, corta la falda y ceñida por una machimba del mismo color bordada con lentejuelas; pañuelo a la cabeza ídem.)
Rumba:
Un neguito zalamero
a una nega enamoró
y una tarde en el potrero
a coquito la invitó.
¡Chichito-co!
Y al partirlo ella le grita
«Si mi sed vas a apagá
ten cuidado que el agüita
no se vaya a derramá»
¡Chichito-co!
¡Cucullo! ¡Cucullol
El bohío que construyo
será «nega» la mansión
de nuestro amoroso arrullo.
¡Cucullo!
Dame vida el corazón
que el del «nego» es siempre tuyo
¡Cucullo! ¡Cucullo!
¡¡Cucullo!!
(como se verá en la partitura, acaba el número con una alegría desenfrenada, la que al buen gusto de los directores de escena encargamos para conseguir el éxito del número.
Nº9. Juan Español – Jota
(Juan Español adelanta hasta el proscenio y canta la siguiente jota.)
Juan Español:
Que mi patria nunca muere
eso dice mi guitarra,
pues tan grande ha sido siempre
que no hay tierra pa enterrarla.
A la jota, jota,
de una nueva España,
libre de caciques
y otras alimañas.
A la jota, jota
de Juan Español,
que canta estos aires
de renovación.
Todos:
A la jota, jota
de una nueva España, etc.
(En el momento que todos repiten el estribillo de la jota, se levanta el telón del foro apareciendo la apoteosis, la que representa el pueblo empujando a la prensa, aplastando la mala política; sirve de fondo a éstos una esfera del mundo, sobre la cual una Venus desnuda sostiene una bandera española. Telón.)