El Madrid alonsino

Las niñas de mis ojos (1927)

Tolomeo:
Cuando bailo de esta forma
con una hembra de tu empaque,
son mis nervios
triquitraques.
Y me noto aquí una cosa
que en seguida que me miras
se me encoge
y se me estira.

Coralina:
¡Qué barbaridad!
¡Qué exageración!
Eso es, hijo, porque ahí dentro
tienes un acordeón.
Ten formalidad,
no bailes así.

Tolomeo:
Es que tú no sabes, negra,
qué es lo que yo siento aquí.

Coralina:
A ver si pué ser,
no seas animal,
que te mueves más que un mono
monoplano al barrenar,
no hagas, por favor,
tanta indecentez.

Tolomeo:
Es que se me va la vista
cuando bailo tet a tet.

Coralina:
No seas gilí,
por tu salud.

Tolomeo:
Es que estoy hecho un avestruz.

Coralina:
Ay, Canuto,
qué bruto te pones;
no digas Canuto
que luego discuto.

Tolomeo:
Restituta,
no seas absoluta;
ya sé que si aprieto
te pones viruta.
No te pongas, mi bien, ruborosa.

Coralina:
Es que luego me pongo ojerosa
de verte apretar y empujar.

Tolomeo:
Es que no está pa menos la cosa.
Deja, deja, vida, que te apriete,
si quiés disfrutar.
Anda, déjame que te sujete
el paquete muscular.

Coralina:
¡Animal!..

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Las castigadoras (1927)

Las taquimecas:
Con la falda muy cortita, muy cortita,
ajustadita, luciendo el talle,
y el pelito muy cortito, muy cortito,
yo, muy airosa, voy por la calle.

Todas:
Los zapatos muy chiquitos, muy chiquitos;
las medias finas a lo Rebeca,
las muchachas taquimecas, mecas, mecas,
son la admiración
de los chicos ¡cañón!

Taquimeca 1:
A un frutal
le dije ayer jovial:
¡Qué brutal! ¡Guayabo, estás mollar!
Me miró, y al cabo me objetó:
¡Qué pochez! ¡Eres una idiotez!

Todas:
Tú a mi me gustas la mar.

Pollos:
La mar, la mar, la mar, la mar.

Todas:
Y lo repito en francés.

Pollos:
Le mer, le mer, le mer, le mer.

Taquimeca 1:
Quiero
que mi novio sea portero
de un equipo de fútbol.
Y si es boxeador,
grogui ha de quedar
al lograr mi amor.

Todas:
Quiero
que mi novio, etc., etc.

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Las lloronas (1928)

Hércules:
Tengo un truco que es fetén
pa domar las hembras bien,
y a mi nombre ya lo lo he patentao.
Pa tenerlas cautivás
se las suelta dos morrás
que las deje en seguida nocao.

Agripina:
No amenaces, so chulón,
que me da la conmoción.
Si me miras así, criminal.

Hércules:
¡Amos, anda!
¡Amos, anda!
¡No te pongas en actriz a lo Rambal! (bailan)
¿Me vas a permitir,
que quiero registrar? (se aprovecha)

Agripina:
Pareces de la aduana
que hay en Gibraltar.

Hércules:
¡Mia que te atizo!

Agripina:
¡Por Dios, Lacuerda, no me trates tan remal!

Hércules:
¡Mia que te doy!

Agripina:
Porque los ojos se me nublan al llorar.

Hércules:
¡Ahí te va;
ahí te va ese directo, so negra!
¡Ten cuidao,
ponte en guardia que yo pido guerra!
¡De esta lucha, de seguro,
voy a ser el vencedor!

Agripina:
¡Qué placer
debe ser
pegarse un palizón!

Hércules:
¡Me va a hacertrabajar
más que en la estación!

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Las cariñosas (1928)

La Lola:
Un mantón me he comprao
con algún dinero que tenía ahorrao
y en él lo he gastao.

Un mantón alfombrao
que a una cigarrera va que ni pintao
y eso está probao.

Y el mantón alfombrao
sabe Dios las cosas que me habrá tapao
y aún ha de tapar.

Que en mi barrio, ¡ay de mí!
todas las cotillas dan en murmurar
y cantar así:

«La Lola,
dicen que no duerme sola,
porque han visto a un mozalbete
que la rondan por las noches
y no ven dónde se mete.
La Lola,
en las batas gasta cola
y camisa de farola de las de tira bordá;
la camisa de la Lola
quién no la conocerá.»

Pues anda tú caliente
y déjalas en paz,
porque siempre es la gente
bastante lenguaráz.
Hazlo tóo bien tapao
con mantón alfombrao.

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El ceñidor de Diana (1929)

Castaña:
Con este traje fresquísimo,
que es de lo más modernísimo,
sigo siendo lo que era,
la castiza, castañera.

Y en la esquina de esta calle
me pueden ver sin faltar,
que me estoy quedando afónica —afónica, afónica—
de pregonar:

Castañas, calentitas,
quien las quiere, recién tostás,
pruébelas usted que le gustarán.

Castañas:
Castañas, calentitas,
llévelas, yo las tengo asás,
yo las doy mondás, y yo regalás.

No hay nadie que no disponga
de un puerto para castañas,
y al que le salen pilonga
no quiere más.

Castañas, calentitas,
llévelas, que las probará,
y repetirá por seguridad.

Castaña:
Yo tengo un novio guapísimo,
que es la mar de celosísimo,
y que no sabe, el muy pillo,
separarse de mi hornillo.

Y si acaso un parroquiano
me echa un piropo al comprar,
para que no arme un escándalo —escándalo, escándalo—
vuelvo a gritar:

Castañas, calentitas,
quien las quiere, recién tostás,
pruébelas usted que le gustarán.

Castañas:
Castañas, calentitas,
llévelas, yo las tengo asás,
yo las doy mondás, y yo regalás.

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Por si las moscas (1929)

Asegurada 1:
Nuestras pantorrillas, ¡jamón!
hay que asegurar, señor;
fíjese qué arranque se ve,
mire usted el final.

Riesgo:
¡Mon Dié!

Aseguradas:
¡Vaya un nacimiento fetén!
¡Mírelo usted bien!
¡Me lo va a comprar el «Madrid-París»
para Navidad!

Asegurada 1:
Yo nunca escucho el piropo
que me dice un guayabito.
Me gusta un hombre de veras
que me diga muy bajito:
Madrileña de ojos negros,
madrileña pinturera,
asegura bien tu cara,
porque el hombre que te quiera
si te mira es una fiera
que no puede dominar
su afán ardiente de besar.

Aseguradas:
Madrileña pinturera,
si tu amor yo consiguiera
me tendré que asegurar,
que estoy ya preso en tu mirar.

Asegurada 1:
Estas caras guapas también
quiero asegurar, muy bien;
¡dígame que prima por mí
debo de pagar¡

Riesgo:
iDiez mil!

Aseguradas:
¡Es usted pidiendo parné
la exageración!
¡Esto cuesta más
que ir a visitar
una exposición!

Asegurada1:
¡Los hombres me piropean
al mirar mis veinte abriles!
y tengo la cárcel llena
de peones de albañiles.

¡Madrileña de ojos negros… etc., etc.

Aseguradas
Madrileña pinturera…etc.,etc.

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Manuela:
De la pantalla soy ferviente admiradora
y estoy pendiente de Holivó a toda hora.
Yo por Charlot me dejo seducir,
pues me hace reír.
Me vuelven loca Clara Bow y la del Río;
Ramón Novarro, que en los besos es un tío,
y Douglas es un hombre cañón:
¡vaya gachó que está jamón
pa un tropezón!

Planchadoras:
Con Tom Mix, con Charlot, con Raquel.
¡Ay Manuela te vas a arruinar!

Manuela:
¡Natural!

Planchadoras:
Anda y deja de tanto soñar
que es mejor el taller de planchar.

Manuela:
Tienes, Manuela,
desatendida toda la clientela,
que es mucha tela
la que en el cine gasta la Manuela.
Anda, Manuela,
dedícate a lo mismo que tu abuela
a planchar…
y así no me dirán,
llamándome gili
que soy la Greta Garbo en Chamberí.
¡Timos a mí!

Planchadoras:
Tienes, Manuela, etc…

Manuela:
Y así no me dirán
en todo Chamberí
que soy gilí

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Las guapas (1930)

Apolinar: ¿Quién me requiere cerca del auricular?
Florinda: Una mujer que de un amigo le va a hablar.
Apolinar: Dígame usté quién ese interfecto…
Florinda: Es un muchacho con un defecto.
Apolinar: ¿Y yo qué pito toco en esta novedá?
Florinda: Que, en breves días, como yerno lo tendrá.
Apolinar: Si es del Barón, detalle pronto, por favor.
Florinda: Es que el detalle, es lo peor.
Apolinar: Diga si ha cometido alguna falta.
Florinda: ¡Claro! Y es una falta… que resalta.
Apolinar: ¡Oiga! ¿Por qué conducto lo ha sabido?
Florinda: Piense que el preguntarlo es atrevido.
Apolinar: Todo si se usa mucho desmerece.
Florinda: Bueno, si alguna cosa se le ofrece llame al siete nueve cero trece y contestaré.
Apolinar: iOiga, jovencita, no me cuelgue usté!
Florinda: El señor Barón no podrá querer…
el señor Barón nunca a su mujer…
Apolinar: ¿Y si llega al himeneo cómo quedará el Barón?
Florinda: Pues el señor Barón… idormido como un lirón!
A ésa locura de su chica, opóngase.
Apolinar: Como se empeñe le sacudo un puntapié.
Florinda: ¿Y si se obstina en ser la esposa del Barón?
Apolinar: ¡Si lo hace así, lo que se lleva es un capón!
¿Eh? ¿Qué ruido es este?… ¡Hable más alto! ¡No oigo nada!
Florinda: ¡No podrá querer nunca a su mujer!
Apolinar: ¡Pues entonces sólo sirve pa guardián en un harén!
Florinda: (Aparte.)¡Lo creyó!…
Apolinar: ¡Adiós!
Florinda: ¡Que lo pase bien!

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Me acuesto a las ocho (1930)

Popelín:
Esta «tualé»
ceñirá la cadera
de forma y manera
que no necesita corsé.

Ellas:
¡Qué grande es usted!

Popelín:
Un alfiler
necesita el costado,
pues yo aquí he notado
que surge una gran morbidez.

Ellas:
¡Es una «pochez»!
La confección
del vestido resulta ideal
y no tiene, sin duda, rival
ni en París ni en London.

Popelín:
Esto es muy «chic»
si se luce de ñocbe en el Ritz
y tampoco desdice si van
a Camorra o a Casa de Juan.
¡El vestido resulta gracioso y barbián!

Venus:
Tenga cuidao
porque es muy peligroso
que esté tan nervioso
y me baya pinchao.

Popelín:
Pues no lo he notao.

Angelina:
Tiene que ver
que en la parte de alante
le sobra un colgante
y debe al instante coger.

Popelín:
Pues hay que meter.

Ellas:
Esta «tualé» de Popelín
me gusta más que de Paquín.

Popelín:
Esta creación de mi invención
convertirá cualquier «gachí»
en chula bien de Chamberí.

Ellas:
Castigador, castigador
galante y arrebatador;
yo quiero estar, castigador,
sirviendo siempre a mi «tailor».

Popelín:
¡Están las dos jamón!
¡San Antonio, por Dios,
que esto es la tentación!

Ellas:
Pues no hay que exagerar
porque sabes que a mí
tú me puedes probar.

Modelos:
Castigador, castigador
galante y arrebatador;
yo quiero estár, castigador,
sirviendo siempre a mi «tailor».
¡Ay Popelín,
serás
el modisto de más postín
y el as!
Castigador, fascinador
me estoy muriendo por tu amor.
¡Que grande es usted!

Popelín:
¡Sois una pochez!

Ellas:
Pruébame tú,
ven Popelín,
que junto a tí
yo soy feliz.

Todos:
Castigador, castigador
etc., etc., etc.

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Las leandras (1931)

Pichi:
Pichi
es el chulo que castiga
del Portillo a la Arganzuela,
porque no hay una chicuela
que no quiera ser amiga
de un seguro servidor…
¡Pichi!,
pero yo que me administro,
cuando alguna se me cuela,
como no suelte la tela,
dos morrás la suministro;
que atizándolas candela
yo soy un flagelador.

Chulas:
Pichi
es el chulo que castiga
del Portillo a la Arganzuela,
y es que no hay una chicuela
que no quiera ser su amiga
porque es un flagelador…

Pichi:
¡Pichi!!
No reparo en sacrificios:
las educo y estructuro
y las saco luego un duro
pa gastármelo en mis vicios,
y quedar como un señor.

Chulas:
Me has trastornao.
¡Eres un sol!
Pónme un chalet,
dame un Renard,
cómprame un Rolls.

Pichi:
Anda, y que te ondulen con la «permanén»,
y pa suavizarte que te den «col-crem».
Se lo pués pedir a Victoria Kent,
que lo que es a mí, no ha nacido quien.
Anda, y que te ondulen con la «permanén»,
y si te sofocas ¡tómalo con seltz!

Chulas:
Eres, Pichi, para mí
de lo que no cabe más,
y yo sé de algunas por ahí
que van desesperás
detrás de ti.

Pichi:
Pero, a mí, no;
porque ¡de nén!
¡Bueno soy yo!

Chulas:
Anda, y que te ondulen con la «permanén»,
y pa suavizarte que te den «col-crem».
Se lo iré a pedir a Victoria Kent.

Pichi:
Que lo que es a mí,
no ha nacido quién.

Chulas:
Anda y que te ondulen con la «permanén»,
y si te sofocas, ¡tómalo con zeltz!

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Aurelia:
Por la calle de Alcalá
con la falda almidoná
y los nardos apoyaos en la cadera,
la florista viene y va
y sonríe descará
por la acera de la calle de Alcalá.

Y el gomoso que la ve
va y le dice: Venga usté
a ponerme en la solapa lo que quiera,
que la flor que usté me da
con envidia la verá
todo el mundo por la calle de Alcalá.

Aurelia:
Lleve usté nardos, caballero,
si es que quiere a una mujer…
Nardos… No cuestan dinero
y son lo primero para convencer…
Llévelos, y si se decide
no me moveré de aquí.
Luego… si alguien se los pide,
nunca se le olvide
que yo se los di.

Tiples:
Una vara de nardos
al que quiera saber
si será por fin dueño
de un querer de mujer.

Aurelia:
Llévelos usté,
no lo piense más;
mire que en amor
suerte le han de dar.

Tiples:
Lleve usté nardos, caballero,
si es que quiere a una mujer…
Nardos… no cuestan dinero
y son lo primero para convencer.

Tiples:
Por la calle de Alcalá
con la falda almidoná etc., etc.

Aurelia:
Nardos… Si alguien se los pide,
nunca se le olvide que yo se los di.

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Mi costilla es un hueso (1932)

Alejo:
Fue en la piscina del Manzanares
donde una tarde me la encontré,
estaba fresca como una dalia
y yo, al mirarla, la enajené.
Me entusiasmaron en la piscina
tus filigranas de natación,
y yo, al decirte: «¡sirena mía!»,
me contestaste: «¡qué boquerón!».

Nicéforo:
¡Qué mejillón!
¡Qué calamar!
¡Qué tiburón!

Susana:
Aquella tarde de la piscina
me subyugaste ná más llegar,
y me recuerdo que por mirarte
estuve a punto de naufragar.
Mientras nadaba de costadillo
tú mis encantos pudiste ver,
mis morbideces te entusiasmaron
y vas por ellas a fenecer.

Nicéforo:
A Nicéforo Mejía
no hay quien se la pueda dar,
y me escama entre casados
ese modo de achuchar.

Alejo:
¡Nicéforo! ¡Nicéforo!
¿Qué es lo que te habías pensao?
¡Nicéforo! ¡Nicéforo!
¿Qué no estábamos casaos?

Susana:
Si usted me ve,
como él me vio,
sin más tualé
que mi mallot,
se casa por teléfono.

Alejo:
¡Nicéforo! ¡Nicéforo!

Susana y Alejo:
¿Qué es lo que te habías pensao?
¡Aún no estamos divorciaos!

Susana: 
Si usted me ve,
como él me vio, etc., etc.

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¿Qué pasa en Cádiz? (1932)

Tiple:
La chulapa del siglo pasao
se ha educao,
y los timos que fama le han dao,
ha olvidao.
Hoy chamulla un lenguaje finolis
y estudia el hebreo
el griego, el caldeo
y por lo que veo
la chula que es fina
las lenguas domina.

Todas:
¡Gui, mesié!

Tiple:
A mi novio le digo mai low
y al gachó
le entusiasma la mar ser un bon 
gigoló.
Ya no bailo el chotis en la Bombi,
porque eso está feo
y pa mi recreo
voy al Ateneo
y, en vez de un quincito, me tomo un coctel.

Ya el manubrio no suena
pues pa mí es más amena
hoy la televisión.
Y en los días de asueto
me he leído completo
a Ventura y Gassols,
aunque no lo entendí ni pa Dios.

Todas:
A mi novio le digo mai low
y al gachó…

Tiple:
Soy la chula bien
que va a Pidux 
y toma pipermin.
Soy la chula bien
y no hay manús
que me castigue aunque resulte un jabalí.
Pa que un gachó 
me guste a mí
tié que saber latín,
y ha de disponer
de más alhajas que Ansorena puá tener.

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Las de Villadiego (1933)

Colasa:
La Colasa de la calle del Bastero
tié un negocio que por nada lo traspasa;
los golfillos lleva siempre al retortero
porque son de los que buscan la fusión.
La Colasa cuando alguno se propasa,
u pretende introducirse en el negocio,
un plantón con mucha guasa le da al socio
la Colasa del Pavón.

Golfillos:
Eres más chula que un ocho,
tienes más humos que el tren.

Colasa:
Pa fumar de mi tabaco
hay que ser un pollo bien.

Golfillos:
Los que se fuman lo tuyo
ya sé que son de postín.

Colasa:
Lo decís con retintín,
¡maldita siá…!
Pero a mí, plim,
plim, plim.

Golfillos:
La Colasa cuando alguno se propasa,
etc., etc.

Colasa:
¡Ande usté a su casa!
¡Váyase de aquí…!
Y con guasa a tóo el que pasa
la Colasa dice así:
¡Tabaco y cerillas!
¡Aquí no hay colillas!
Si quiere fumar,
no debe dudar:
mi estanco está abierto
y puede usté entrar.
¡Tabaco y cerillas!
¡Y qué cajetillas!
Ya llevo dos horas
y aún no me estrené…
¡Tabaco y cerillas…!
Estréneme usté.

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Mujeres de fuego (1935)

Calixta:
Soy la chula roja
como mi mantón
y armo donde llego
la revolución.

Chulas:
¡Y con mucha razón!

Calixta:
Nada de repartos
de la propiedad.
¡Que repartan los hombres yo pido
a ver si un marido 
me llega a tocar!

Chulas:
Hay que implantar desde hoy mismo
en amor el comunismo.

Calixta:
Como me llamo Calixta
que lo implanto yo.

Chulas:
Nada de repartos 
de la propiedad
que repartan los hombres yo pido
a ver si un marido 
me llega a tocar.

Calixta:
Aunque sé que habrá envidiosas
que murmuren al pasar:
¡Anda Calixta, qué lista
fue al hacerse comunista en el amor!
Hoy va que chuta y disfruta,
por astuta, seis manús a cuál mejor.
Lista que fue la Calixta,
que es la chula con más vista de Madrí,
y, en la hora del reparto tanta maña
yo me di
que me tocaron los hombres a mí.

Chulas:
¡Anda Calixta, qué lista
fue al hacerse comunista en el amor!
Hoy va que chuta y disfruta,
por astuta, seis manús a cuál mejor.
Lista que fue la Calixta,
que es la chula con más vista de Madrí.

Calixta:
Y, en la hora del reparto tanta maña
yo me di
que me tocaron los hombres a mí.

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Las de armas tomar (1935)

Ubaldo:
¡Ay! qué perra vía,
siempre trabajando
aquí todo el día
al pie del tranvía,
cambiando y cambiando
y sin un real.

Tomasa:
¡Ay! qué perra vía,
no vendo un globito
y me desgañito
desde Atocha al Prao,
por lo que mi tripa
es otro globo desinflao.

Ubaldo:
Siempre frente al Banco
y pasando apuros
y no ver un duro
ni pintao.

Tomasa:
¿Qué hago yo por Madrid
si no vendo un tanto así?

Ubaldo:
La gilí.

Tomasa:
Lo que se pué vender
son las ganas de comer.

Ubaldo:
Esto está perdío,
esto está muy malo,
y en la prensa viene
que hacen falta palos
Pa que to se arregle.

Tomasa:
¡Tien razón!

Ubaldo:
¿Qué dice usted a esto,
qué dice La voz?

Tomasa:
Pues que aquí hay tomate,
un tomate atroz….
Aquí hay tomate,
lo estamos viendo
y los garbanzos
van subiendo.
Aquí no hay nada,
sólo hay discursos,
y toos estamos
sin recursos.

Ubaldo:
Aquí hay tomate,
dice El Heraldo
y me parece
que está acertao.

Tomasa:
Y usted qué dice,
señor Oñate.

Ubaldo:
Que aquí hay tomate
ya lo he notao.

Neptuno:
Aquí hay tomate,
señá Cibeles,
lo estoy leyendo
en los papeles.

Cibeles:
¿Que aquí hay tomate?:
pero a montones,
lo saben hasta
los leones.

Seminarista:
Que aquí hay tomate
dice El debate.

Guardia:
También lo pone
La Libertad.

Todos:
Aquí hay tomate
too el mundo dice
y si lo dicen
será verdad.
Aquí hay tomate
lo estamos viendo,
y los garbanzos
van subiendo.
Aquí no hay nada,
sólo hay discursos,
y toos estamos
sin recursos.

Tomasa:
Yo voy pa Ventas.

Ubaldo:
Yo pa Bilbao.
Pues vamos juntos
pa el mismo lao.

Todos:
Aquí hay tomate,
señor Oñate.

Ubaldo:
Arrea, ninchi,
que ya has cargao.

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Me llaman la presumida (1935)

Muchacho 1:
¿Es aquí donde trabaja
una modista marchosa?

Muchacho 2:
¿que por nombre tiene Gracia?

Muchacho 3:
¿Y es la gracia de Madrid?

Pepa:
Por ese nombre contesta
de este taller la encargada.

Lola:
Pero tengan cuidadito,
que no está pa recibir.

Muchacho 1:
¿Ustedes aquí qué buscan?

Muchacho 2:
Eso pregunto yo.

Muchacho 3:
A mí me ha citado ella.

Muchacho 1:
Ya mí.

Muchacho 2:
Y a un servidor.

Gracia:
Alto el carro, señores,
no vayan a volear,
que en el camino hay baches
y es peligroso andar.
Yo no he citado a nadie,
ni en el taller, ni aquí.
Ustedes han venido,
na más que porque sí.
Dejen ya la calle franca;
no molesten, ¡so pelmazos!,
que mis horas de visita
son más tarde y en mi barrio.
Quítense de mi presencia,
porque ya me estoy cansando.
¡Digo! ¡Vaya!
Con que pueden circular.

Ellos:
Quisiera yo tener
salero al por mayor,
y así pintarla mi querer
en una flor.

Lola y Pepa:
Ustés no pintan ná,
y lárguense de aquí,
que hay muchas puertas
que pintar en to Madrid.

Ellos:
Yo quisiera obedecerlas,
pero no me da la gana,
porque tengo la costumbre
de admirar las chicas guapas.

Pepa y Lola:
Pues nosotras las escoltas
las pagamos muy baratas.
¡Digo! ¡Vaya!
Que aún se puede presumir.

Gracia:
Una mujer madrileña,
con alma y con simpatía,
no debe hablar a los hombres
sin pasar la vicaria.
Con que vaya usté con …

Todos:
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa,
tiene que ser cariñosa,
y si es desdeñosa,
mejor que mejor.

Gracia:
Con que vaya usté con …
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa…

Todos:
Tiene que ser cariñosa.

Gracia:
Yo soy desdeñosa,
que es mucho mejor.

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Rosa la pantalonera (1939)

Lola:
Es en el chotis, el miss Mateo,
pues bailando va que da mareo.
Si es un baile ful, no veas;
cíñete con mí, y allá peli.

Mateo:
Si el bailar no da de acá, me amago,
pues si no hay de qué, ni sé ni trago.
En viendo a mi gachí, con aire de Madrí,
sin darme cuenta, me atornillo a berbiquí.

Lola:
Aprietas que das frío. ¡Mi madre, que tío!

Mateo:
El chotis bien marcao, precisa ir acoplao.

Todos:
Es en el chotis, el miss Mateo,
pues bailando va que da mareo.
Si es un baile ful, no veas;
cíñete con mí, y allá peli.

Canuto:
Mira mi chalá, que va que chuta.
Ya me tiés a mí, por ti viruta.

Mateo:
Te vamos a dejar,
sin fuerzas pa rodar.

Canuto:
Pues ten cuidado,
que la vas a madurar.

Lola:
¡Si el premio es para mí,
lo mismo se me da,
aunque termine,
pa los restos señalá!
¡Ay, Mateo, Mateo, Mateo!
No me aprietes, que ya no te veo.
Yo no sé lo que será,
que me tiés del to privá
y me noto semidescascarillá…

Todos:
¡Ay, Mateo, Mateo, Mateo!
No te duermas, en el balanceo,
que bailando estás de non,
pues lo marcas tan chulón,
que te pones extraplano
el esternón.

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Ladronas de amor (1941)

Cleo:
¡Tú vas a ser para mí, chulapo!…

Marciala:
¡Por ti yo empeño el somier, so guapo!

Ministras:
Dueño serás
de mi querer,
chulo castizo.

Atilano:
Si hay quien dé más;
yo estoy de non
y me cotizo…

Marciala:
¿Qué precio te aplicarás?

Atilano:
La tasa.

Cleo:
Doy doble que las demás.

Atilano:
¿Qué pasa?

Ministras:
¡Yo por ti voy
a hipotecar
hasta mi casa!

Atilano:
¡¡Mucho cuidao,
porque ya estoy
muy trabajao!!…

Mujeres:
La comisión
de un barrio popular
al último varón
viene a admirar.
Y ha reclamao,
al ver que estás jamón,
que si te han racionao
nos den ración.

Marciala:
¡Vaya un mirar
que tiene este manús!…

Cleo:
¡Lo voy a conquistar
en un decir Jesús!…

Atilano:
¡Están por mi pa un patatús!

Cleo:
A ti, a ti, Atilano,
a ti te quiero, moreno,
y a ti te pido, tirano,
de tus besos el veneno.

Marciala:
A ti, a ti, Atilano,
te miro y quedo alelá…

Atilano:
A mí, a mí, si seguís así,
la avitaminosis me da.

Todas:
¡¡Atilano!!
¡¡Mi moreno!
¡¡A ti te pido, tirano,
de tus besos el veneno!!

Atilano:
A mí, a mí, amigüitas,
cuidao con un servidor.

Cleo, Marciala y ministras:
A ti, a ti, Atilano, a ti
te daré mi encanto mejor.

Mujeres:
¡Eres chulo, mi flagelador!

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