La linda tapada partituras

Introducción (nº1)

Todos:
Una canción alegre
canta, Inesilla, canta,
que penas no conoce
quien vive en Salamanca.

Ambrosio:
Las jácaras que sabes
o alguna tonadilla
canta, y alegra a todos,
Inés de Cantarilla.

Todos:
Baila ahí,
que pendientes estamos de ti,
y ya así
no nos tengas más tiempo, chiquilla.
Vengan ya las clásicas jácaras, jácaras.
Vengan las clásicas jacarandillas.

Inés:
Yo, con mucho gusto,
nobles caballeros,
cantaré esas jácaras
que queréis oír.
Siempre que a Chinchilla,
que es mi amante esposo,
no le cause duelo
lo que me pedís.

Todos:
Diga sin tardar.
Conteste al momento.
Diga sin tardar.

Jerónimo:
Digo que Chinchilla
jura que Inesilla
bailar puede siempre
que no dé lugar
a que algún menguado
o algún deslenguado
piense que Chinchilla
consiente algo más.

Todos:
Pues venga de ahí.

Jerónimo:
Antes, advertid
que soy el que acepta
y cuenta y recuenta
lo que esta real hembra
recoge al bailar.

Íñigo:
Tomad y callad.

Jerónimo:
Inés, a bailar.

Inés:
Allá vas, jacarandina,
apicarada de tonos,
donosuras y donaires,
perdónemelos Dios todos.

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Jácara – Casose una moza (nº 1 bis)

Inés:
Casóse una moza
joven y graciosa
con un viejo avaro,
mal genio y muy raro.
Y quiso la moza
salir en carroza,
y tuvo su coche
de día y de noche.
Sospecha el marido,
que es viejo y ladino,
que un amante tiene
la moza a quien quiere.
Y así de este modo,
muy fino y cortés,
la dijo el vejete
lo que ahora me oiréis.
Mi coche,
de noche,
va de troche
en moche,
y en coche,
de noche
no sales
ni al porche,
pues siempre que sales
regresa chafao,
y ya huele el coche
a cuerno quemao.

Todos:
Su coche,
de noche, etc.

Inés:
Esta jácara,
jacarandina,
ten presente
mujer salmantina,
y de viejos
no fíes jamás,
que por viejos
siempre saben más.

Todos:
Esta jácara, etc.

Inés:
¡Ay!
Cuando se quieren
dos corazones
ya no se escuchan
razones.

Todos:
¡Ay!
Cuando se quieren, etc.

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Escena y dúo – Castellana, castellana» (nº 2)

Íñigo:
La tapada que aquí llega,
al fin la voy a ver.

Todos:
La tapada,
la tapada,
cuán linda debe ser.

Ambrosio:
Pasad, ilustre señora,
pasad sin ningún temor,
que todos son caballeros
y huéspedes del mesón.

Íñigo:
Si es bella cual me dijeron,
¿por qué su rostro ocultó?

Jerónimo:
Gentil señora mía,
ilustre cual ninguna,
Jerónimo Chinchilla
os rinde admiración.

Inés:
Y yo, que no soy menos,
os rindo pleitesía,
y pongo cuanto valgo
a vuestra devoción.

Soldados:
También estos soldados
os quieren saludar,
y quieren presentaros
a su bravo capitán.

Laura:
Al verle frente a frente
valor me falta ya.

Íñigo:
Capitán de los Tercios de Flandes,
luché con denuedo.
Y es mi orgullo mi espada gloriosa
bruñida en Toledo.
Junto al Tajo, en su limpia ribera,
forjaron su hierro
y cual sol que despunta a la aurora
brillante es su acero.
Más brillantes tus ojos serán
y caeré prisionero.
Español de tizona y chambergo,
en guerras osado,
hoy en guerra de amor me ha vencido
tu rostro tapado.
Castellana,
castellana,
hoy loco de amores
llego a tu ventana.
Castellana,
castellana,
no ocultes tu rostro
ni tus labios grana;
no ocultes tu rostro,
clara luz de la mañana.

Todos:
Castellana,
castellana,
hoy loco de amores
llega a tu ventana.

Íñigo:
Flor galana,
mi tirana,
luz de la mañana,
loco de ilusión.

Todos:
La tapada quién será
que así intriga al Capitán.

Íñigo:
Quisiera decirte
palabras de amor.

Laura:
Capitán de los Tercios de Flandes
que humilde te postras,
ante dama que ignoras su nombre,
su nombre y su historia.
Yo te pido que no me detengas
ni digas ya nada,
y no intentes saber el motivo
porque voy tapada,
pues no soy, como buena española,
mujer casquivana.
Hace tiempo que llora tu orgullo
una dama que un día soñó
que tu amor fuera suyo, muy suyo,
y por tus desdenes la dama lloró.

Jerónimo:
De aquí no me muevo,
pues negocio he visto.

Inés:
Nada se te escapa.

Jerónimo:
Es que soy muy listo.

Todos:
La tapada, etc.

Íñigo:
Flor galana, etc.

Laura:
Muriéndome de amores
y de celos
soñé con un querer
que me negabas,
jamás distes aliento
a mis desvelos,
pues nunca en mí pusiste
tu mirada.
Y yo te digo, digo,
mi amor no es para ti,
y en cambio tú has de penar
y tú has de sufrir
llorando por mí.

Íñigo:
Y yo te digo, digo,
si amor no es para mí.

Laura:
Y en cambio tú has de penar
y tú has de sufrir
llorando por mí.

Íñigo:
Moriré por ti.

Todos:
Castellana, etc.

Laura:
Feliz yo sería
logrando su amor.

Íñigo:
Castellana.

Todos:
Castellana.

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Moza de Salamanca (nº4)

Estudiantes:
Con canciones alegres
voy a arrullarte,
y mis frases de amores
para siempre te harán
olvidar tu pesar.

Charras:
Estudiante, estudiante,
vas a engañarme,
y tus frases no creo,
pues no dicen verdad
al quererme arrullar.

Inés:
Yo recuerdo que un día
aquel mal hombre que me engañó,
me llamó vida mía,
y en su porfía le di mi amor.
Si en amor has pensado, ten gran cuidado,
pues el querer
tiene espinas dañosas
como las rosas, linda mujer.
Moza de Salamanca,
de un estudiante tendrás que huir,
pues nunca sus palabras
ni sus lamentos serán por ti.

Estudiantes:
Charra, tú no hagas caso,
que mis arrullos son de verdad.

Charras:
Calla, mal estudiante.

Inés:
De él no serán jamás

Charras:
No me hables nunca más.

Estudiantes:
Mía serás, mía serás.
Salmantina graciosa,
tú aquí me tienes
por lograr tu cariño,
pues tan sólo eres tú
mi ilusión y mi amor.

Charras:
Estudiante, estudiante,
tú no me quieres,
y al marchar de mi lado
no te vas a acordar
y me vas a olvidar.

Inés:
En amor de estudiante
nunca te fíes, que no es verdad,
que es amor que da vueltas
como veleta que al viento va.
Si amorosos te dicen que eres su vida,
ríe, mujer,
que ellos tienen cien vidas,
como los gatos del cuento aquél.
Moza de Salamanca, etc.
Siempre yo me he reído
del juego del amor.

Charras:
Es falsa tu pasión.

Estudiantes:
Tuyo es mi corazón.

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Coro de alguaciles (nº5)

Alguaciles:
Vigila la ronda
toda la ciudad.
Las encrucijadas
debemos guardar.
La ronda, la ronda
llegando al mesón;
la ronda, la ronda
del Corregidor.

Triguillos:
Ya pasa la ronda,
¡calla, corazón!,
y a cumplir el deber
de ayudar
al Corregidor.

Corregidor:
Abra al punto a la justicia,
yo soy el Corregidor,
y mientras que aquí me encuentre
no entre nadie en el mesón.

Alguaciles y Triguillos:
Con mucho cuidado
debemos entrar,
pues es nuestro oficio
oler y mirar.
Cuidado, cuidado,
tened discreción,
que de «caza» viene
el Corregidor.

Corregidor:
Por ella,
que aquí se oculta,
por ella,
que me enamora,
por ella
yo ya no vivo,
yo ya no vivo,
por ella sola.
Tapada
que así te ocultas,
tapada,
ya no te tapes,
tapada,
pues yo he dispuesto,
pues yo he dispuesto
que te destapes.

Triguillos:
Por lograr este deseo
ha llegado hasta el mesón,
y no hay nada que no logre
el señor Corregidor.

Alguaciles:
¡El señor Corregidor!

Triguillos:
Busquemos despacio.

Corregidor:
¡Mirar por allí!

Dos Alguaciles:
¡Yo nada distingo!

Otros dos:
¡Un bulto hay allí!

Corregidor:
¡Un gato ha maullado!
¿Por qué maullará?

Triguillos:
Buscando la gata
de fijo estará.

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Libre y soldado con ambición-Dúo (nº6)

Laura:
A mi prima Laura,
que tanto os intriga,
debe respetarla vuestra señoría.

Íñigo:
Yo juro que siempre la respetaré,
y por ver su rostro
su esclavo seré.

Laura:
(Debo de seguir la intriga.)

Íñigo:
Mas decidme, sin tardar,
si sus ojos negros son
y sus labios de coral.

Laura:
Mucho os interesa.

Íñigo:
Ella es mi tormento.

Laura:
El amor cual fuego
arde en vuestro pecho.

Íñigo:
No sé por qué tiemblo
en ella pensando,
no sé por qué tiembla
cual niño un soldado.
Yo nunca supe lo que es amor,
y hoy tan tapado su rostro vi,
que sólo vivo con la ilusión
de ver sus ojos mirando en mí.

Laura:
Libre y soldado con ambición
fue vuestro lema jamás sufrir,
y en cambio, quiere hoy el amor
por castigaros también reír.

Íñigo:
¡Será mía!

Laura:
¡Qué pasión ponéis, capitán!

Íñigo:
En amor no sabré engañar.

Laura:
Él me querrá.
Libre y soldado, etc.

Íñigo:
No sé olvidar.
Yo nunca supe, etc.
Mi loco afán no sé explicar,
yo no lo sé por qué será,
pues olvidé lo que es amar.
Amar.

Laura:
Corazón enamorado,
sufre y calla tu pesar,
que con tesón tú lograrás
enamorar al capitán.
Aún más.

Laura:
Muriéndome de amores
y de celos
soñé con un querer
que me negabas.
Jamás distes aliento
a mis desvelos,
pues nunca en mí pusiste
tus miradas.
Y yo te digo, digo,
mi amor no es para ti,
y en cambio, tú has de penar
y tú has de sufrir
llorando por mí.

Íñigo:
De nuevo al escucharla
aumenta mi pasión;
si no ha de ser para mí tu amor
deja viva en mí la ilusión.

Íñigo:
¿Qué es eso?¡Andrés! ¡Andrés!

Andrés:
¡Mi capitán…!

Íñigo:
¿Esas guitarras?

Andrés:
Son los estudiantes, que recorren la ciudad cantando a las mozas.
¿Pero si queréis?…

Íñigo:
¡No, déjalos; cantaré con ellos a la linda tapada!

Estudiantes:
Consiguió un estudiante
con su guitarra
doctorarse de amores
en Salamanca.
La estudiantina,
la estudiantina
oye tras de su reja
la salmantina.

Todos:
Ya vienen los estudiantes,
y al aire dan sus canciones,
que amores dicen
y celos, un día serán.
De las orillas del Tormes
llegaron a la posada
cantando coplas
y alegres jotas
de las guitarras al rasguear.
Consiguió un estudiante, etc.

Un estudiante:
Y ahora, compañeros,
antes de marchar,
cantemos la jota,
las guitarras preparar.

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Jota castellana. A España llegué de Flandes (nº6 bis)

Todos:
Mi jota es alegre,
pues es de estudiantes,
que no tienen duelos
ni tienen pesares.
Es jota de charras,
también de pasión,
desdenes y celos
y hechizos de amor.

Íñigo:
A España llegué de Flandes
y a Flandes me volveré,
y en Flandes por su desprecio,
la muerte allí buscaré.

Todos:
Mi jota es alegre, etc.

Íñigo:
En el pasar de los años…

Todos:
En el pasar de los años,
por tierras de Salamanca,
cantarán las picardías
de estudiantes y de charras.
Cantarán las picardías
de estudiantes y de charras.
En el pasar de los años
en la docta Salamanca.
Cuando se canta la jota
las penas se olvidan,
y pasa el dolor;
quiero cantarle a mi dama
la jota bravía,
la jota de amor.

Ellos:
Siempre el estudiante con afán
quiere las mujeres conseguir,
y con las guitarras logrará
de las bellas charras su sentir.

Ellas:
Tristes desengaños de mi afán,
yo quiero olvidar,
y penas de amor
yo quiero olvidar.

Todos:
Por tierras de Salamanca
la jota se canta al enamorar.

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Comediantes hoy llegaron (nº7a)

Todos:
Comediantes hoy llegaron
y recorren la ciudad.
Las farsas y comedias
quiero ver representar.
Es la dama linda moza,
es muy feo y raro su galán,
qué bonita es la graciosa,
ver al barba miedo da.

Comediantes:
Muy largo fue el camino,
fue larga la jornada,
pero hasta aquí llegamos
y no hemos de pasar.

Isabel:
¡Yo soy la dama
y hago de reina!

Gil Pérez:
¡Yo soy Gil Pérez
y hago reír!

Beltrán:
¡Yo soy el barba,
hombre iracundo,
que al fin del drama
debo morir!

Teodora:
Y después que acabe el drama
da comienzo el entremés,
y en él bailo zarabandas,
y chaconas y otras danzas,
que es lo que les gusta ver.

Los cuatro:
Y ahora callad,
que la farsa en seguida
va a comenzar.

Varios:
¿Qué ocurre?

Otros:
¿Qué pasa?

Mujer:
No os apuréis; es un malhechor que recibe el castigo que merece.
Mató a la mujer que con él vivía en las Cuevas del Sotillo.

Estudiante:
El «Guaracho», un gitano, muy conocido por tierras
andaluzas.

Teodora:
Ahí viene. ¡Da lástima verle!

Beltrán:
Siempre ha de ser una mujer la que pierda a un hombre.

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Canción del gitano (nº 7b)

Gitano:
En la cárcel de Villa
hoy me van a encerrar,
pues los jueces castigan
el delito de amar.
Ella fue mi tormento,
ella fue mi pasión,
pero un día la ingrata
de mi amor se rió.
Cuando lejos de ella estaba,
¡ay, de mí!,
en mi borriquillo tordo
hacia su reja marchaba,
¡ay de mí!,
y, alegre, cantaba así:
Borrico, corre ligero,
anda y no mires atrás,
lo que importa,
lo que importa es el camino
que falta para llegar.
Por sus malas acciones
la partí el corazón,
pues el mío partío
me dejó su traición.
Y los hombres ahora
me querrán castigar,
¡qué me importa el castigo
si no la he de ver más!
Me castigan por matarla,
¡ay de mí!,
sin saber que ya no vivo
y llorando está mi alma,
¡ay de mí!,
y triste yo canto así:
Borrico, no andes ligero,
no tengas prisa en llegar,
lo que importa,
lo que importa es el camino
que nos dejamos atrás.
Lo que importa, etc.

 

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Chacona si te encuentro sola (nº7c)

 

Varios:
¡Que cante, que cante!

Gil Pérez:
¡Canta y baila ante estos señores una chacona, que ellos sabrán
pagar con esplendidez tu trabajo!

Estudiante:
¡La chacona!

Teodora:
Chacona,
si te encuentro sola
juro he de robarte
un beso en la boca
que te ha de gustar.
Chacona,
deja que mi boca
a tus labios rojos
se acerque rabiosa
y pueda besar.
Me siento morir
cuando estoy junto a ti.

Todos:
En el Soto ayer,
sin querer,
nos besamos solo
una vez.
Si hoy al Soto vas,
ya verás
cómo sin querer
besarás.
Chacona,
si te encuentro sola, etc.
Me siento morir
cuando estoy junto a ti.
Hoy al Soto ven
tú, mi bien,
y los dos allí,
sin querer,
queriendo besarnos así
y después morir.

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Pavana- Quinteto (nº8)

Corregidor:
Permitidme, señora,
un momento,
permitid, permitid,
por favor,
que os salude con
un gran respeto
y os ofrezca todo
lo que valgo yo.

Triguillos:
(Cuando sepa quién es
la tapada,
Dios me valga la que
se va a armar,
pero yo no le digo
ahora nada,
pues mi bolso antes
quisiera salvar.)

Mencía:
(No sé qué va a ocurrir.)

Jerónimo:
(No sé qué va a pasar.)

Inés:
(Tendré ahora que fingir.)

Triguillos:
(No te me escaparás.)

Inés:
A vuestro saludo,
gran Corregidor,
voy a responderos
también cual soy yo.
Mi mano os ofrezco.

Corregidor:
¡Su mano me da!

Inés:
No la apretéis tanto.

Corregidor:
(La apretara más.)

Inés:
De vuestra mano cogida
donde me llevéis iré.

Corregidor:
Quisiera veros la cara.
INÉS Eso no va a poder ser.

Triguillos:
Por Dios,
no finjáis así, mujer,
que caro,
muy caro, os va a costar.

Mencía:
No sé lo que
de pronto pueda suceder.

Jerónimo:
Callad, por Dios,
que no sospechen
que esta dama es mi mujer.

Inés:
Triguillos, dadme la mano.

Triguillos:
(Los doblones dadme, Inés.)

Inés:
(Os los daré, yo os lo juro,
pero no me delatéis.)

Corregidor:
Quisiera de amor
con vos hablar.

Mencía:
(De fijo nos van
aquí a prender.)

Jerónimo:
(La vieja
lo puede estropear.)

Triguillos:
¡Cuán grande
es su desfachatez!

Inés:
Enamorado está
ya su mercé.

Mencía:
Yo muerta estoy.
¡Ay, San Andrés!

Corregidor:
Yo loco estoy.
¡Qué linda es!

Triguillos:
Mi bolso yo
quiero tener.

Jerónimo:
Tranquilo estoy,
cuán lista es.

Inés:
¡Señor, señor, señor,
señor Corregidor,
yo soy una chiquilla con rubor
que nada sé de amor.

Triguillos:
¡Inés, Inés, Inés!

Corregidor:
(¡Cuán linda debe ser!)

Inés:
(Aquí hay que aprovechar
y enseguidita hay que escapar
sin vacilar.)

Mencía:
(Si él sabe la verdad,
hasta la cárcel del lugar
iré a parar.)

Triguillos:
(Triguillos, a callar,
porque tu bolso
te interesa recobrar.)

Jerónimo:
(Aquí hay que aprovechar,
y enseguidita hay que escapar
sin vacilar.)

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Laura:

Escucha este cantar de amores,
cantar de amor que hace llorar,
sus quejas llegan al alma
Saudades de Portugal.
Me mata el querer,
sin nunca obtener
consuelo a mi triste afán.
¡Suspiros y lamentos al cantar
ahogan hoy el eco de mi voz,
y triste el alma ya no encontrará
reposo para mi dolor
si al fin tu amor no he de lograr.
En mi canción
no dejaré
decir al corazón
lo que es este amor,
que mi llanto yo he de ahogar
y debo siempre renunciar a él
y no volver a amar.

Íñigo, Coello y García:
Es su cantar
la serenata ideal,
y al escuchar
un no sé qué siento en mí.
Es su cantar
la sed de amar.
Es su canción
cual flor de aquel
madrigal.

Laura:
Por un amor
suspiro con pasión,
amor aquel
que en mí murió;
lo que fue risa
es hoy mi llanto;
con mi canto
voy llorando
las tristezas de mi amor.
Con una flor
comparan al amor,
y el parecido
es tan igual,
que flor y amor
yo vi morir de un beso,
cuyos ecos
sufro al recordar.

Los tres:
Su canción de amor
jamás podremos olvidar.

Laura:
El querer es ilusión,
ilusión es el amar,
y el anhelo de tu amor
ilusión será.

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Final – De España son los soldados (nº11)

 

Íñigo:
Por el Rey,
por su bandera,
por Castilla
y por mi bien.
Otra vez en las lides
de guerra,
por mi dama y mi rey
he de vencer.
Al volver a las Dunas de Flandes
serás mi tormento,
altiva mujer.

Todos:
Por el Rey, etc.

Íñigo:
En la guerra el soldado español
hasta el sol intentó hacer parar,
y al querer rendir su espada
hace falta ser titán.
Los dominios de mi patria
quiero agrandar.

Todos:
En la guerra, etc.

Íñigo:
De España son los soldados
que al entrar en la batalla
solo piensan en la madre,
en su dama y en su patria.
Son bravos y aventureros,
tienen desprecio a la vida,
y al morir se ve en su rostro
dibujarse la sonrisa.
En el puño de mi espada
este lema he de poner,
por España, por mi dama,
por Castilla y por el Rey

Todos:
De España, etc.
Es mi divisa al luchar
las ilusiones de amar.

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