Moncho y las niñas de la raqueta (Nº1)
Señoritas:
Escúcheme,
castigador.
Permítame admirarle,
por favor.
Me va a causar
la perdición
al contemplar su tipo
tan jamón.
Sonríamos,
con gracia muy gentil,
y exhíbanos
su límpido marfil.
¡Negro! ¡Chato!
¡Vida! ¡Guapo!
¡Dame tu retrato!
Moncho:
¡Educación!
¡Moderación!
Que no he venido
para castigar.
Retírense
y aléjense,
porque el jersey
me van a deformar.
De sonreír
no tengo obligación,
ni a resistir
ningún tostón.
Romántico
y un poco tímido
soy enemigo
de admitir conversación.
Señoritas:
Son tus bellos ojos llamas de pasión,
son tus labios rojos fuentes de ilusión,
y tus ojos deben ser,
como un panel de rica miel
que endulzará mi amor.
Moncho:
Dicen ser mis ojos llamas de pasión,
pero si los llamas no hay contestación;
se me rifan todas
y es muy natural…
Todas:
¡Ay!
Una:
¡Ay, ladrón, con la sed que tengo!
Señoritas:
Quien bebiera en ese rico manantial.
Eres un Adonis por lo escultural,
eres arrogante y algo angelical.
¡So negrales! Me has robado el corazón.
Moncho:
¡Cuidadito, eh! ¡Que no soy choricero!
¡A estas niñas ya las daba un chapuzón!
La sombra del siux (Nº2)
Paloma azul:
En el tren de fuego
huyó el hombre aquel,
dejando en mi pecho
el dolor amargo y cruel,
que nunca he sentido el amor
que siento por él.
Su triste recuerdo
yo quisiera del alma arrancar,
mas el corazón
no quiere escuchar.
Piel roja:
Era más bella que el sol
al nacer;
era divina mujer,
me hirió con su amor
y no ha de volver.
Paloma azul:
Hay que olvidar
que me miró
y le adoré.
Hay que olvidar,
todo pasó
y un sueño fué.
Si hace sufrir
yo quiero huir
de recordar;
si era el amor
loco y traidor,
hay que olvidar.
Piel roja:
Hay que olvidar
que la miré
y la adoré.
Hay que olvidar,
un sueño fué,
todo pasó.
Su amor me ha de hacer
sufrir.
Quiero de esa mujer
huir,
para olvidar.
Paloma azul:
Yo quisiera olvidar
que aquel tiempo pasé
y que yo le amé
con pasión.
Si él me olvidó,
le olvidaré.
No hay que soñar
si era el amor,
no hay que olvidar.
Los dos:
No hay que soñar;
si era el amor,
hay que olvidar.
El chotis de la Lola (Nº4)
La Lola:
Un mantón me he comprao
con algún dinero que tenía ahorrao
y en él lo he gastao.
Un mantón alfombrao
que a una cigarrera va que ni pintao
y eso está probao.
Y el mantón alfombrao
sabe Dios las cosas que me habrá tapao
y aún ha de tapar.
Que en mi barrio, ¡ay de mí!
todas las cotillas dan en murmurar
y cantar así:
«La Lola,
dicen que no duerme sola,
porque han visto a un mozalbete
que la rondan por las noches
y no ven dónde se mete.
La Lola,
en las batas gasta cola
y camisa de farola de las de tira bordá;
la camisa de la Lola
quién no la conocerá.»
Pues anda tú caliente
y déjalas en paz,
porque siempre es la gente
bastante lenguaráz.
Hazlo tóo bien tapao
con mantón alfombrao.