Me llaman la presumida partituras

Introducción y nª1 Escena «No me tomes más de prima»

Mujer 1:
Tié usted unos tomates muy chiquirritines,

Doña Olga:
Te iba a decir algo de los calcetines,
pero me da lacha.

Mujer 2:
¡Uy qué coliflores!

Doña Olga:
Son de Miraflores.

Mujer 2:
¡Venga! ¡Me despacha!

Señor Urquijo:
¡Pasen al bazar!
¡Hoy la entrada es libre, pueden penetrar!
Pasen los mayores y los chiquitines.
El jueves que viene daré zeplines.

Paco:
Por una chica del barrio
estoy mochales perdío,
por una chica del barrio
que me ha dejao sin sentío.

Pepa:
Cómo canta el preso.

Gracia:
Ya le oigo mujer.

Pepa:
¿Irá por ti eso?

Lola:
Vaya usté a saber.

Pepa:
Es que si tú quieres se pué averiguar.

Gracia:
Pues, por si las moscas,
voy a contestar…
No me tomes más de prima
que hace tiempo que te quiero,
Que te quiero ver en Lima.

Señor Eugenio:
¡Anda salero!

Paco:
Que nunca me contesta
lo que yo quiero.

Mujer 1:
Está bien señora.

Doña Olga:
Estas dos pesetas son de pasta flora.

Mujer 1:
¡Oiga no muerda!
Demonio de tía…

Doña Olga:
¡Vaya usté a la…

Mujer 1:
¿Cómo?

Doña Olga:
¡Muy señora mía!

Paco:
A mí me va pareciendo,
y con tristeza te escucho,
que a mí me va pareciendo
que estás presumiendo mucho;
ya te llegará,
ya te llegará,
ya te llegara,
y así Dios permita
que cuando te llegue …

Gracia:
¿Qué?

Paco:
No te pase na,
no te pase na,
no te pase na;
ya te llegará.
Sólo sueño con tu querer,
que lo llevo dentro de mi corazón,
y yo te he de convencer;
deja que el tiempo me dé la razón,
he de verlo yo.

Gracia:
Yo quiero dichosa ser.
¡Olé que sí!
No quiero saber de amor jamás,
que nunca busqué el querer.
¡Olé que no!
En el barrio no hay ninguna
como yo;
si soy presumida, cosas de la vida,
y sanseacabó.

Pepa, Carmen, Lola:
Vaya tío más latoso,
piensa que es marchoso,
y es un funeral.
Vaya pipi distraído,
éste se ha creido
que hoy es carnaval.
No le tomes más el pelo,
porque es un camelo
de los de postín.
Si te obsequia con un trino,
se supone el primo
que te hará tilín.
Dile ya que no.

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Chotis y Pasacalle «Una mujer madrileña» Nº 2

Muchacho 1:
¿Es aquí donde trabaja
una modista marchosa?

Muchacho 2:
¿que por nombre tiene Gracia?

Muchacho 3:
¿Y es la gracia de Madrid?

Pepa:
Por ese nombre contesta
de este taller la encargada.

Lola:
Pero tengan cuidadito,
que no está pa recibir.

Muchacho 1:
¿Ustedes aquí qué buscan?

Muchacho 2:
Eso pregunto yo.

Muchacho 3:
A mí me ha citado ella.

Muchacho 1:
Ya mí.

Muchacho 2:
Y a un servidor.

Gracia:
Alto el carro, señores,
no vayan a volear,
que en el camino hay baches
y es peligroso andar.
Yo no he citado a nadie,
ni en el taller, ni aquí.
Ustedes han venido,
na más que porque sí.
Dejen ya la calle franca;
no molesten, ¡so pelmazos!,
que mis horas de visita
son más tarde y en mi barrio.
Quítense de mi presencia,
porque ya me estoy cansando.
¡Digo! ¡Vaya!
Con que pueden circular.

Ellos:
Quisiera yo tener
salero al por mayor,
y así pintarla mi querer
en una flor.

Lola y Pepa:
Ustés no pintan ná,
y lárguense de aquí,
que hay muchas puertas
que pintar en to Madrid.

Ellos:
Yo quisiera obedecerlas,
pero no me da la gana,
porque tengo la costumbre
de admirar las chicas guapas.

Pepa y Lola:
Pues nosotras las escoltas
las pagamos muy baratas.
¡Digo! ¡Vaya!
Que aún se puede presumir.

Gracia:
Una mujer madrileña,
con alma y con simpatía,
no debe hablar a los hombres
sin pasar la vicaria.
Con que vaya usté con …

Todos:
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa,
tiene que ser cariñosa,
y si es desdeñosa,
mejor que mejor.

Gracia:
Con que vaya usté con …
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa…

Todos:
Tiene que ser cariñosa.

Gracia:
Yo soy desdeñosa,
que es mucho mejor.

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Dúo de Gracia y Pepe «Cuando habla el corazón» (nº3)

Gracia:
Hace tiempo que he leído
en los ojos de tu cara
el cariño que sentías
y tratabas de fingir.
Hace tiempo que he escuchado
en mis sueños de amargura
las palabras cariñosas
que me acabas, Pepe, de decir.

Pepe:
Yo te juro …

Gracia:
No me jures,
que comprendo tu temor,

Pepe:
Yo te digo …

Gracia:
No me digas,
que diciéndolo es peor.

Pepe:
Oye, chica …

Gracia:
No te escucho,
que comprendo tu pensar.

Pepe:
Sin embargo …

Gracia:
No te canses,
que te vas a fatigar.

Pepe:
Escúchame un poco,
que vas muy ligera;
figúrate, Gracia,
que no te quisiera,
y que otro estuviera
penando de amor.

Gracia:
No me gastes bromas,
que no estoy de humor.

¡Ah! Cuando os habla la mujer,
de memoria sabe ya
si el que la hace padecer
la camela de verdad.
Si me quieres y te quiero
con cariño verdadero,
que marchoso es el querer
cuando os habla la mujer.

Pepe:
Yo aprovecho este momento,
porque está … ¡Preciosa!
Si a mis manos ha llegado
qué he de hacer … ¡Graciosa!

Gracia:
Ya es horita que te arranques
y que dejes de dudar.

Pepe:
Es que estaba emocionado
por tu amor. ¡Mi vida!

Gracia:
Ahora puedo respirar.

Pepe:
Cuando manda el corazón,
es difícil protestar,
porque puede la razón
y es inútil vacilar.
Ni las dudas que tenía
han borrado mi alegría,
que es más grande la ilusión.

Los dos:
Cuando manda el corazón
Te daré
sólo a ti
mi querer.

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Mazurca de Pepe y Paco «La cosa fue» (nº4)

Paco:
¿La has hablado? ¿Qué te ha dicho?

Pepe:
¡Hola, Paco! ¿Cómo estás?

Paco:
Te pregunto si la has visto, si me quiere…

Pepe:
Tú verás…

Paco:
¿Pero qué me estás diciendo?
¿Es que te burlas de mí?

Pepe:
Yo comprendo tu vehemencia.

Paco:
Yo no te comprendo a tí.

Pepe:
Pues retira lo de burla,
que yo no me sé burlar.

Paco:
Pero bueno, en qué quedamos.
¿Es que no quieres hablar?

Pepe:
Ten paciencia, no te alteres,
que ahora mismo lo sabrás;
la cosa fue…, la cosa más sencilla;
la cosa fue…, un tanto inesperá;
la cosa fue…, si vieras qué chiquilla….
la cosa fue…, la cosa fue, sus miajas impensá.

Paco:
La cosa es…, que no me dices nada;
la cosa es…., que estoy pa reventar;
la cosa es…, que como no hables claro…,
la cosa es, la cosa es, que alguno va a palmar.

Pepe:
Yo te quisiera decir, ¡válgame Dios!

Paco:
Yo no te puedo entender, dímelo ya.

Pepe:
Es que el asunto es aquí,
pa entre los dos,
y no me atrevo a decírtelo yo
porque no has de creer la verdá.

Paco:
Si es que te ha dicho que no,
dímelo ya.

Pepe:
Yo no te puedo decir
lo que pasó.

Paco:
Háblame, Pepe, por fin, con claridá,
que aunque sea que no, no pasa na.
A esa mujer no la puedo olvidar….
Es su querer lo que me hace penar,
y tiemblo como un niño
al ver que su cariño,
¡sueño loco!, no puedo conquistar.

Pepe:
Esa mujer yo no sé que me dio,
cuando escuché las palabras que habló.

Paco:
Explícate sin miedo,
que quiero yo saber
lo que te pasó.

Habla, Pepe

Pepe:
La cosa fue…

Paco:
Habla de una vez, ¿no ves que me ties loco?

Pepe:
Pues… verás.

Paco:
¿Es que no quieres hablar?

Pepe:
¡Cálmate!, Paco. ¡Cálmate!

Paco:
Pero como voy a tener calma. Estoy loco.
Y tiemblo como un niño
pensando en su cariño;
vivo y muero
tan solo por su amor,
que me llena
de angustia y dolor.
La quiero para mi
y no podré olvidarte
que mi cariño
fue solo para ti.

Pepe:
Jamás pude pensar
que fuera yo capaz de querer la mujer
que quiere para sí
aunque me resisto
su amor quiero tener
sólo para mí.

Los dos:
¡La cosa es, la cosa es,
que no me/le has/he dicho casi na!

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Final del primer acto (nº5)

Paco:
Yo no es que riña. Yo es que le escupo, que le desdeño por su traición…

Pepe:
Si a ese extremo llevas las cosas, me carcajeo de tu intención.

Paco:
Aunque te rías, yo te aseguro que llevas siempre las de perder.

Gracia:
A ver si alguno me explica el caso. Que yo me entere, si puede ser.

Basilio:
Es muy justo.

Olga:
Que se aclare.

Cayetano:
¿Qué sucede?

Pepa:
¡No lo sé!

Eugenio:
Vente, Paco.

Carmen:
Vamos, Gracia.

Lola:
Esto es serio.

Pepe:
Ya se ve.

Paco:
Porque la quiero de veras me daba miedo de hablar…
Y si él dice que te quiere, no le debes escuchar,
porque te quiero de veras.

Gracia:
Le quiero porque le quiero, y en mi querer nadie manda.
Le quiero porque me gusta, y porque me da la gana.

Pepe:
¿Está claro?

Paco:
¡Si es mentira!

Basilio:
¡Melodrama!

Olga:
¡Cállese!

Cayetano:
Va a haber hule.

Pepa:
No lo creo.

Carmen:
Vente, chica.

Lola:
Déjale.

Gracia:
Cuando manda el corazón es difícil protestar.
Porque puede la razón y es inútil vacilar.
Ni las dudas que tenía se han llevado mi alegría,
que es más grande la ilusión cuando manda el corazón.

Paco:
Yo la quiero y es inútil vacilar.
Se ha llevado mi alegría y es más grande la ilusión
cuando manda el corazón.

Pepe:
El amor no debe vacilar, que es más grande la ilusión
cuando manda el corazón.

Los demás:
Quién pensaría que los dos reñirían
defendiendo con tesón lo que manda el corazón.

Paco:
Por una vez en la vida me permito presumir;
pa decirte… que te quiera, me lo tienes que pedir.

Gracia:
Una mujer madrileña, cuando presume de guapa,
echa a los hombres a un lado y se ríe de amenazas.
Con que vaya usté con….

Todos:
Una mujer madrileña, cuando a los hombres desprecia,
tié que tener valentía, porque acaso un día la puede pesar.

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Romanza de Paco «Madrileña graciosa» (nº6)

Paco:
No sé lo que me sujeta,
que quiero marcharme lejos,
y no me separo apenas
de lo que quiero olvidar.
Morena de mis achares,
que vas vendiendo alegría,
a mi vera vendrás algún día.
llorando de pena,
y entonces, morena,
te tiés que acordar,
que no fuiste buena.
Si pudiera convencerte,
modistilla postinera,
se acababa mi tormento,
y las dudas que ahora siento
se alejaban ya de mí.
Sin tu cariño no vivo,
porque soy de tu gracia cautivo,
y sólo quisiera tenerte a mi vera
y estar junto a ti, mujer retrechera.
Si llegara el día
que con ansia espero,
loco te diría,
lleno de ilusión:
Madrileña graciosa,
que en el alma te llevo;
en tus ojos me miro
y en tu garbo estoy preso.
Madrileña graciosa,
me tendrás que querer,
que si tú eres marchosa,
yo no soy el juguete
de ninguna mujer.
Yo quisiera dejarte
y no puedo marchar.
Sólo pienso en quererte
y en volver a soñar;
y te juro, si vuelves, al fin
te sabré conquistar.
Madrileña graciosa,
no te puedo olvidar.

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Fox-trot de Pepa y Cayetano (nº7)

Pepa:
Yo soy una mujer
que no se quié casar,
que tiene que vivir y disfrutar.
En cosas del querer
no cabe tropezar;
Yo soy una mujer
que no se quié casar.

Cayetano:
Yo soy un pollo bien,
castizo y de postín,
que busco a la mujer
con muy mal fin.
Si no te quiés casar,
de acuerdo; que a mí, plín.
Yo soy un pollo bien,
castizo y de postín.

Pepa:
La mujer moderna
tiene que vivir.

Cayetano:
Ta, ta, ta, ta,
ta, ta, ta, ta, ta, ta,
El gachó del día
lié que disfrutar

Pepa:
La mujer moderna
vive pa reír.

Cayetano:
Ta, ta, ta, ta,
ta, ta, ta, ta, ta, ta,
El gacho del día
vive pa bailar.

Pepa:
Que el mundo es bailarín
aquí y en Singapur,
en Rusia, Budapest y San Felíu

Cayetano:
Y tos los pollos bien
hoy beben whisky ya,
Pernoses y Cuantroses
y Mari Brisard.

Pepa:
La mujer no se priva de nada.

Cayetano:
Y los hombres se hacen
migas por bailar.

Pepa:
En el cabaré la gente se disloca,
y los pollos rás se bailan la carioca.

Cayetano:
Y la orquesta negra
se arma la balumba.
¡Toma! ¡Dale! ¡Zumba!
Ta, ta, ta, ta … ¡Pon!

Pepa:
En el cabaré imito a las del cine,
y bailando soy el gran Sachagudime.

Cayetano:
Pues si yo me pico
soy el Harry Fleming

Los dos:
¡Toma! ¡Dale! ¡Venga!
Hasta morir hay que bailar. ¡Ja!

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Habanera- «Me llaman la presumida» (nº8)

Paco:
No reñir por tan poco,
que no es motivo,
que hay que ser en la vida
más reflexivo.

Pepe:
Es que no hay quien la aguante
ni quien la dome,
por la cosa más tonta
se descompone.

Gracia:
Menos palabrería
hace aquí falta,
que las buenas acciones
son las que cantan,
y una servidorita
no está dispuesta
a sufrir los desprecios
de un sinvergüenza.

Paco:
Tú no te alteres,
que está ofuscada
con tus desdenes.
Pepe.es buen chico,
me consta a mí,
y estoy seguro
que está por ti.

Pepe:
Está ofuscada,
porque se piensa
que la doy marcha,
y este es un caso para emigrar,
porque estoy harto de regañar.

Gracia:
Pues no hay motivo
pa disgustarse,
que a mí estas cosas me
sientan mal.

¡Ah! Me llaman la presumida
porque en los hombres no creo,
pues no merece ninguno
lo que sufrimos por ellos;
que no se encuentra tan fácil
un hombre de cálida;
por eso soy presumida,
y presumo de verdá.

Paco:
Hay algunos que quieren
con toda el alma,
y en lugar de dar voces
sufren y callan;
eso a Pepe le ocurre,
tú bien lo sabes.
Olvidar lo pasado
y hacerlas paces.

La quiero más que a mi vida
y por callarlo me muero;
el alma me dice olvida
y el pecho me hace traición,
y aunque con ansias la quiero,
me retuerzo el corazón.

Gracia:
Pues en vista que aquí sobra una,
por las buenas me voy largar.

Paco:
No presumas y vete con Pepe.

Pepe:
¡Esta quiere volver a empezar!

Gracia:
Me llaman la presumida,
y presumo de verdá.

Pepe y Paco:
La llaman la presumida,
y presume de verdá.

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Dúo de Gracia y Paco «Si presumo es porque quiero» (nº9)

Gracia:
Si presumo es porque quiero,
¡vaya si es verdad!
Porque hay gracia y hay salero
para presumir.
No te pongas tan coplero,
¡vamos, anda ya!,
Que me vas a hacer reír,
y eso no es formalidá.

Paco:
No me seas postinera,
que no es por ahí,
ni te subas a la higuera,
que te pués caer,
porque en lo que estés soltera,
aún te puedes convencer.
En la gracia de tu cuerpo
me prendí
y en el fuego de tus ojos
me quemé.
Yo soñaba con llamarte mía,
pero mi porfía pronto abandoné.

Gracia:
En la gracia de un piropo
de postín,
mi ilusión quedó prendada
con la flor.
Yo pensaba que amor me dirías;
pero con los días
no llegó el amor.

Paco:
Con mi cariño jugaste,
y me ha dicho el tiempo
toda la verdá.

Gracia:
Tú fuiste poco oportuno,
y el amor es cosa
de oportunidad.

Paco:
No recuerdes con tus burlas
lo que ya pasó;
fui cobarde, lo comprendo,
que le voy a hacer.
Olvidemos para siempre
lo que ya no puede ser.
Aunque quiera, no podré olvidar.

Gracia:
¡Ni yo!

Paco:
El cariño que pensé lograr.

Gracia:
¡Y yo!

Paco:
Porque me ha robado el alma entera.

Gracia:
Aunque yo me muera,
lo sabré callar.

Los dos:
La ilusión que se ha marchado,
esa nunca volverá.

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Fox de los gases (nº10)

Olga:
Un socio le busca
con mala intención.

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
Y usté tiene miedo,
con mucha razón.

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
Por zarramplín
y carcamal
se ve usté así.

Basilio:
No alce la voz,
que puén oír
a lo peor.

Olga:
Aquella faena
la tié que pagar.

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
¡Felón! ¡Melón! ¡Rufián!

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
¡Lo sé!

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
¡Qué va!

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
Pue decirle la verdá.

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
Que se durmió.

Basilio:
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…

Olga:
¿Y qué culpa tengo yo?
Usté tie que ser
un hombre formal,
pues tiene el deber
de ser muy leal,
con una mujer.
¡Por Dios! ¡Verdá!

Basilio:
Uuuuu…

Olga:
Pues jugarse el corazón.
Usté es donjuanesco
y asaz trapalón.

Basilio:
Uuuuu…

Olga:
Que sí.

Basilio:
Que no.

Olga:
Que sí.

Basilio:
Que no.

Olga:
Que sí.

Basilio:
Que no.

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Final (nº11)