Mi costilla es un hueso cantables

Mi costilla es un hueso
Historieta cómico-vodevilesca en un prólogo y nueve cuadros
Texto original de Joaquín Vela y Enrique Sierra
Música de Francisco Alonso

Susana/Bobín/Mary/Modistilla……………Amparo Miguel Ángel
Ágata/Niña del bar…………………….Amparo Taberner
Abundia………………………………Pilar Perales
Erundina……………………………..Sara Guash
Nieves/Rosina…………………………Amparo Perucho
Paulita………………………………Aurelia Ballesta
La Presidenta…………………………Elisa Ceperis
Premiada 1……………………………Manolita Negra
Premiada 2……………………………Srta. Magro
Alejo………………………………..Miguel Ligero
Mosquera……………………………..Francisco Gallego
Don Melquiades………………………..Emilio Stern
Alfredo/Estudiante…………………….Mariano Sevilla
Agente de viajes………………………Sr. Cañizares
Conserje/Armando………………………Sr. Tierra

Estrenada el 14 de octubre de 1932 en el Teatro Maravillas de Madrid.

La Sociedad Filantrópica «El sostén de las casadas», reparte anualmente una serie de premios en metálico para aquellas virtuosas mujeres que más se hayan distinguido durante el año anterior por su «fidelidad al marido, amor a la casa y entusiasmo por las labores propias de su sexo».

A dicha entrega acude Nicéforo Mejía para recoger el galardón de su esposa, pero al admitir ante el jurado que su mujer se ha fugado con otro, le deniegan el dinero del premio. Nicéforo entonces hace ver a la Sociedad Filantrópica que su tarea es prácticamente inútil, ya que todas las mujeres –sea cual fuere el estado de éstas– en cuanto ven a un hombre con dinero corren a su encuentro, incluso a pesar de estar casadas; de ahí que se establezca una apuesta entre Nicéforo y «El sostén», que estipula que en el plazo de un año aquél hará delinquir a una mujer casada, con él mismo o con otro hombre.

La socia escogida es Abundia Chinchilla, esposa de Alejo Martínez, un comerciante de juguetes que posee una tienda de muñecos en un castizo barrio madrileño. Éste a su vez tiene constantes discusiones y peleas con Abundia, ya que se hace pasar por un duque ruso –exiliado de la revolución– para poder vender los muñecos a precios muy altos, cosa que exaspera a su mujer; a esta tarea le ayuda Mosquera, un sinvergüenza que saca partido de cualquier situación. Pero este truco tiene sus consecuencias: una vedette, llamada Susana, que está perdidamente enamorada de Alejo.

Nicéforo se presenta en la juguetería para proponerle a Alejo un negocio: le ofrecerá una cuantiosa suma de dinero si su mujer le engaña con él, a condición de poder llevarla a cabo en otro lugar. A pesar de negarse a ello, finalmente acepta el juego; lo que Nicéforo no sabe es que Alejo va a intentar aprovecharse también de él, y hace pasar a Susana como su esposa. Abundia, quien ha escuchado detrás de la puerta toda la conversación, se hace pasar por ama de llaves de Alejo y Susana para poder probar parte del pastel y así, de paso, vigilar a su marido. Todos se embarcan en un crucero de lujo hacia California, donde tratan de que Susana sea infiel con cualquiera de los marineros de la tripulación. Al llegar a California, le ofrecen a Susana un papel para una película, y durante su ensayo con un camarero creen que es infiel al marido. Al final logran convencerla, pero llega Don Melquiades, secretario de la asociación, con la noticia de que Susana no es la esposa y desenmascara la farsa de Alejo y Abundia.

FOX DEL BOBITO
BOBITO
Soy Bobín, Bobito,
muñeco muy monín;
soy un hombrecito,
aunque tenga por dentro serrín.
Dicen que Bobito
es muy presumidín
porque no hay muñeca
que consiga que me haga «tilín».
Una bebé
hoy se suicidó
porque comprendió
que la desprecié.
Y ayer Lolín,
loca ya por mí,
para sobornarme
me dio un pirulí.
¡Ay, Bobín, Bobito,
te quieren asediar;
mas, yo lo repito,
con ninguna me quiero casar!

MUÑECAS
¡Ay, mi Bobín,
ten de mí piedad,
que estoy por ti
que no puedo más!

BOBITO
Muñeca gentil,
no quiero tu amor
pues debes tener
también de trapo el corazón.
Muñeca, por mí
no debes penar,
pues no has de lograr
que corresponda a tu pasión.

MUÑECAS
Muñeco gentil,
tú me has de querer,
que ya en el amor
más que muñeca soy mujer.
¡Dichoso serás!
¡Mil goces tendrás!

BOBITO
No te he de creer,
pues como mujer
me habrás de engañar.

CHOTIS DE NICÉFARO
ALEJO
Fue en la piscina del Manzanares
donde una tarde me la encontré,
estaba fresca como una dalia
y yo, al mirarla, la enajené.
Me entusiasmaron en la piscina
tus filigranas de natación,
y yo, al decirte: «¡sirena mía!»,
me contestaste: «¡qué boquerón!».

NICÉFORO
¡Qué mejillón!
¡Qué calamar!
¡Qué tiburón!

SUSANA
Aquella tarde de la piscina
me subyugaste ná más llegar,
y me recuerdo que por mirarte
estuve a punto de naufragar.
Mientras nadaba de costadillo
tú mis encantos pudiste ver,
mis morbideces te entusiasmaron
y vas por ellas a fenecer.

NICÉFORO
A Nicéforo Mejía
no hay quien se la pueda dar,
y me escama entre casados
ese modo de achuchar.

ALEJO
¡Nicéforo! ¡Nicéforo!
¿Qué es lo que te habías pensao?
¡Nicéforo! ¡Nicéforo!
¿Qué no estábamos casaos?

SUSANA
Si usted me ve,
como él me vio,
sin más tualé
que mi mallot,
se casa por teléfono.

ALEJO
¡Nicéforo! ¡Nicéforo!

SUSANA Y ALEJO
¿Qué es lo que te habías pensao?
¡Aún no estamos divorciaos!

SUSANA Si usted me ve,
como él me vio, etc., etc.

 

CANCIÓN DE MARY
MARY
De aquel amor que tuve
no queda nada,
se fue el cow-boy valiente
que yo adoraba.
Se fue muy lejos
tras la riqueza,
sin importarle nada
de mi tristeza.
En toda California
ya no hay quien pueda decir
que ha conseguido que yo le quiera.
Desde aquel día
de su abandono
mi risa y mi alegría
ya nunca han de volver.
Aún recuerdo su voz
al decir con pasión:
«¡Mary! ¡Mary!»
Y su alegre cantar
cuando me iba a esperar:
«¡Mary, yo te quiero!»
Hoy desdeñosa siempre
soy con los hombres
y avivo así la hoguera
de sus amores.
Si está ya lejos
la vida mía,
¿qué importa que de todos
me burle y ría?
¡De mis amores
no queda nada,
se fue el que amaba
y mis caricias guardo para él!

 

MARCHA DE LOS COW-BOYS
COW-BOYS
Todos los cow-boys
esperando están
a que sea Mary
hoy la reina del lugar.
Por lograr su amor
quiero galopar
y con mi caballo
he de ser el vencedor.

TIPLES
Voy a disputar
ese galardón,
aunque en la pelea
hoy me juegue el corazón.
Por algún cow-boy
te has de decidir;
siento ya el deseo
de vencer o de morir.

MARY
Dejad que a mis amigos
feliz los quiera,
mas no hay entre todos
uno que yo prefiera.
¡Al son de mi canción
quiero volar
y levantar
alegre el corazón!
¡Por nadie he de sufrir,
pues aprendí
que es lo mejor
nunca sentir amor!
¡De todos seré
la novia ideal
y a todos daré
mi risa triunfal!

TODOS
Al son de mi canción,
etc., etc.

 

CUPLÉS RUSOS
ALEJO
Cierto jefe bolchevique
que allí tiene fuerza y mando
me ordenó que una misiva
a Moscú llevara andando.

MOSQUERA
Y al decirle «por lo menos
proporcióneme usté un mulo»,
otro jefe bolchevique
te mandó a San Petersburgo.

LOS DOS Si ve, si ve,
si ve usté un siberiano
que se va, se va,
se va algo de la mano,
su frescura no le ha de chocar.

CORO
Si ves, si ves,
si ves un siberiano
ya te puedes abrigar.
¡Tra la, la!
Eso dice cuando bailan.
¡Tra la, la!
Yo no sé por qué será.

ALEJO Se casó Perico Angulo
con la hermosa Paca Velas
que hasta el día de la boda
padeció dolor de muelas.

MOSQUERA
Y al llegar al himeneo
vio el marido desolado
que el dentista Lucio Pérez
se lo había ya quitado.

TODOS
Si ve, si ve,
si ve usté un siberiano,
etc., etc.

ALEJO
Hoy la moda en las revistas
en el cuadro de apoteosis
es mostrar las vicetiples
sin sostén todas las cosis.

MOSQUERA
Como aquí no enseñan eso
la revista no es completa,
mas les juro que mañana
salgo yo sin camiseta.

TODOS
Si ve, si ve,
si ve usté un siberiano,
etc., etc.

 

ESTUDIANTES Y MODISTILLAS (LAS MAÑANAS DEL RETIRO)
ESTUDIANTE
Chiquilla,
mi garbosa modistilla,
la que pisa con salero,
yo en tus ojos solo quiero
sin los libros el amor estudiar.

MODISTILLA
Chiquillo,
embustero estudiantillo,
no me pidas que te quiera
porque luego, como todos,
cuando acabes la carrera
me querrás abandonar.

ESTUDIANTE
Modistilla madrileña gentil,
capullito tempranero de abril,
pajarito mañanero,
tu piquito zalamero
es tan solo mi deseo conseguir.

MODISTILLA
Estudiante madrileño verás
como siempre mi cariño tendrás,
mas no olvides que al quererte
como quieren en Madrid…,
¡si me engañas yo te juro
que te acuerdas tú de mí!

LOS DOS
¿Por qué he/ha de mentir,
si a mis/sus labios asomó el corazón?
¿Por qué he/ha de mentir,
si te/me quiero/e con pasión?