Preludio
Nº1. Qué tarde más triste
Custodia:
¿qué hora es papa?
Moyate:
Las siete, hija.
Custodia:
Pero esa corría ¿no se acaba nunca?
Moyate:
¡Nunca, ya lo estás viendo!
Justilla:
¡Nunca!
Moyate:
A mí tanta tardansa me huele malamente, la verdá.
Justilla:
Y a mí.
Custodia:
No desírmelo, que a mí me da una angustia de muerte.
Moyate:
¡Esto de que Juan Fransisco no haya yamao ar teléfono de aquí junto, como me prometió.
Custodia:
¡Qué tarde más triste!
¡Qué horitas más negras!
¡Qué tormentos pasa
la novia que espera!
Moyate:
Pocas veses en la vía
me engaña a mí er corasón:
¡no se acaba la corría
sin una esaborisión!
Custodia:
¿Se quié usté cayá?
¡Por lo que más quiera!
¿No me vé yorá?
Justilla:
¡Caye usté, por Dios!
Ca una por su causa,
yoramos las dos.
Custodia:
¡Qué angustia más grande!
¡Qué tarde más larga!
¡Qué fatigas sufre
la novia que aguarda!
Moyate:
Moyate siempre ha tenío
mucho sentío común:
¡lo que hoy me dise er sentío
es más negro que er betún!
Custodia:
¡Acabe ya la corría,
y que yo le vuerva a vé
junto a su madre y con vía
y ér me mire junto a é!
iVirgensita mía,
mis ojitos le han de dá
luminarias a tu artá!
¡Ay, que me mata
la desasón!
¡Ay, cómo tiembla
mi corasón!
Justilla:
¡Acabe ya la corría,
o yo aquí voy a caé
presa de una arferesía
y nadie me hará vorvé!
¡Ay, que me mata
la desason
¡Ay, cómo tiembla
mi corasón!
Moyate:
¡Acabe ya la corría,
y yo luego te diré
lo mismo que el otro día
y que ayé y antes de ayé!
Los tres:
¡Acabe ya la corria!
Nº2. Zapatero, Zapatero
Justilla:
Ni sordado, ni torero,
ni piloto voladó:
sapatero, sapatero,
sapatero es lo mejó.
Torerito no lo quiero;
no lo quiero matadó:
sapatero, sapatero,
sapatero es lo mejó.
Un beserro en una plasa
puede darle una corná;
en las botas y en su casa
er beserro no hase na.
Por los aire, junto ar sielo,
se espampana sin queré:
en su mesa y en er suelo
no hay peligro de caé.
Una bala de un morito
me lo puede atravesá:
perfilando un sapatito
no le pasa nunca na.
Traen los amores mir sinsabores
para aumentarlos con los demás:
que otras se yeven los voladores,
los militares, los matadores…
¡Un sapatero de cuerpo entero,
dicharachero,
me gusta más!
¡A San Antonio yo se lo encargo
si es menesté!
¡Muero con parma si no me sargo
con mi queré!
Ni sordado, ni torero,
ni piloto voladó:
sapatero, sapatero,
sapatero es lo mejó.
Nº3. Te entra pa arriba – Bulería
Rehilete:
Te entra por arriba,
te entra por abajo,
te entra por delante,
te entra por detrás,
como unos microbios
que están en el aire,
como una corriente
de elertricidá.
¡Ahhhhhh!
Justilla:
Contagiada. ¡Aaaaaah!
¡Sólo de pensarlo
la tierra me farta!
¡Na más que de oírte
me he puesto a temblá!
Rehilete:
Ze nublan tuz ojos,
te tiemblan las piernas,
te zuenan las tripas,
te rompe er zudó,
te da calentura,
te dan repelucos,
te dan muchas ganas…
de irte ar cayejón.
¡Ohhhh!
Justilla:
¡Ohhhh!
¡Sólo de pensarlo
sin purso me queo!
¡Na más que de oírte
me aumenta er tembló!
Rehilete:
¡Er toro crece cuando ze acerca,
y en vez de un toro te parecen tres,
y en cambio de ezo los burlaeros
ze van tan lejos que no los ves!
Justilla:
¡Caya, chiquiyo, que no se entiende
que haya en er mundo quien atoree,
habiendo tantas sapaterías
y otros oficios donde escogé!
Rehilete:
Pos ze torea, Justiya,
porque er toro en los pitones
tiene una coza que briya
y biyetes a montones!
¡Pero ya hace farta
que invente la Ciencia
argún papeliyo
o arguna inyerción
que er mieo nos quite
durante la lidia,
como la toaya
nos quita er zudó!
Justilla:
No hay en er mundo sabio ninguno
que esa reseta te pueda dá.
Es más sensiyo poné los cuernos
de una manera que no hagan na.
Rehilete:
Ese es er caso y es er busilis
y es lo que tiene dificurtá,
que si los cuernos no dan dijustos….
no hay un torero que importe na.
Justilla:
¡Que no haya toreros
es lo regulá!
Rehilete:
¡Nasé con dineros
y no hay que temblá!
Nº4. No me mires de ese modo
Custodia:
No me mires de ese modo, Antonio mío.
¡Yo no pienso mal de ti!
Hoy te quiero más que nunca te he querío.
¡Tú no pienses mal de mí!
Torerín:
Si es verdá que hoy más que nunca tú me quieres,
la sospecha me engañó.
Si después de mi desgracia me prefieres,
¡nadie vale más que yo!
¡Por mi madre, que yora;
por lo que hoy he sufrío;
por tus ojos de aurora;
por er cariño mío:
no me dejes ahora
que estoy triste y dolío!
Custodia:
iPor mi Virgen bonita;
por mi boca, que resa;
por tu suerte mardita;
por tu fe y tu tristesa;
por tu madre bendita,
yo te juro firmesa!
Torerín:
¡Que Dios te pague, morena,
esta ilusión que me das!
¡Por tu corasón de buena
hoy te quiero más!
¡Después de sentirme cobarde
creyendo en er fin de mi vía,
yo nunca pensé que esta tarde
tuviera alegría!
Custodia:
¡Estando tú y yo como ahora,
juntitas tu cara y la mía,
no habrá pa los dos una hora
sin esta alegría!
¡Er cariño que mereses,
si tú me quieres tendrás;
porque cuanto más padeses
yo te quiero más!
Torerín:
¡Dímelo mir veses
y me sarvarás!
¡Dios bendiga tu boca de fló, que así me consuela y me anima!
Custodia:
¡Mi corasón habla por eya! ¡ Tus espinas, Antonio, tu yanto y tu pena los pido pa mí!
Torerín:
¡Er sielo quiera que yo te lo pueda pagá!
(Asoman en la puerta de la izquierda Justilla, Moyate y el Cojo Ventura, y dirigiéndose a estos dos últimos, como desafiándolos con su cariño, repiten
los enamorados:)
Custodia:
¡Nadie nos separa! ¡Hoy lo quiero más!
Torerín:
¡No hay quien nos separe! ¡Hoy la quiero más!
Preludio segundo acto
Nº5. Por las calles de Sevilla. Pasodoble
(Sentados a una de las mesas están el Torerin y Rehilete, mal trajeados y mustios. Por la derecha salen «Sarasate» y Torrija, con un gramófono ambulante. Se sitúan convenientemente y ponen en el aparato el disco de un animado pasodoble. Atraídos por la música aparecen unos chiquillos que juegan al toro, simulando la salida de las cuadrillas. Traen todos los chirimbolos y adminículos necesarios, y el que hace de toro, una imponente cabeza de mimbre.)
Rehilete:
¡Pa muziquita tenemos nozotros las tripas!
Todos:
Ya salen las cuadriyas!
El picador:
¡Yo soy er picadó!
Banderilleros 1 y 2:
¡Yo pongo banderiyas!
El matador:
¡Yo soy er matadó!
Las tres mulillas:
¡Nosotros, las muliyas!
El toro:
¡Y er toro lo hago yo!
El matador:
¡A vé si a este murube
le paro bien los pies!
Espectadores:
¡Ole! ¡Ole! ¡Ole!
¡Qué torero es!
Todos:
¡Ar toro, piquero!
¡Ar toro, tumbón!
(Se sube uno encima de otro y simulan picar.)
El picador:
¡Embiste, Fernando!
¡Embiste, guasón!
(Fernando embiste y da en tierra con el picador y con el «caballo».)
Todos:
¡Ar quite, el espada!
¡Valiente ovasión!
Banderillero 1:
¡Vengan banderiyas!
¡Yo voy a quebrá!
Todos:
¡Ole! ¡Ole! ¡Ole!
¡Qué bonito pá!
Banderillero 2:
¡Vaya otro ar cuarteo!
¡Tate quieto, André!
¡Embiste, Fernando!
El toro:
¡Te voy a cogé!
Banderillero 2:
¡Como no me cojas !…
¡Ya se lo clave!
Todos:
¡Suenan los clarines!
¡Tocan a matá!
Matador:
¡Cayarse, muchachos,
que voy a brindá!
¡Por la plasa de Seviya,
por er señó Presidente,
por las mujeres de grasia
y por los hombres valientes!
¡Por la plasa de Seviya!
¡To er mundo al estribo!
¡Dejarme a mí ya!
Todos:
¡Ole! ¡Ole! ¡ Ole!
Matador:
¡Esto es toreá!
¡Cuádrate, Fernando!
¡Valiente estocá!
Unos:
¡Las muliyas! ¡las muliyas! ¡las muliyas!
¡Vuerta ar ruedo y ovasión!
Otro:
¡Que le den las dos orejas al espada!
¡A la fonda en prosesión!
Matador:
¡Pa que aprendan los toreros presumíos!
¡Pa que aprenda la afisión!
Todos:
¡Por las cayes de Seviya
er matadó va en volandas;
que las mujeres lo armiren
y que los hombres lo aplaudan!
Nº6.Yo fumo pimienta
Pepe:
¡Pepe er Guapo!
Juan:
¡Juan er Tipo!
Curro:
¡Curro er Feo!
Los tres:
¡Los tres quitamos el hipo
de un zopapo,
y repartimos er mieo!
¡Qué trineo!
Pepe:
¡Yo fumo pimienta!
Juan:
¡Yo masco arquitrán!
Curro:
¡Yo bebo petrólio!
Pepe:
¡Yo escupo aguarrás!
Juan:
¡Yo zudo veneno!
Curro:
¡Yo, piedras pelás!
Los tres:
¡Los tres merendamos
puré de alacrán!
Pepe:
¡Yo barro las nubes
y detengo ar zó!
Juan:
¡Yo azusto ar demonio
de una mardición!
Curro:
¡Yo tumbo una torre
de un gorpe de tos!
Los tres:
¡Cuando hay terremoto
la cauza zoy yo!
To er que quiere librarze
de un enemigo,
pa liquidarlo pronto
cuenta conmigo.
En un zegundo
mando ar Ci que ze tercie
pa er otro mundo.
Y con estas agayas
y estos quehaceres,
zoy como er cloroformo
pa las mujeres.
Que no hay morena
que por estas hechuras
no paze pena.
Pepe:
¡Pepe er Guapo!
Juan:
¡Juan er Tipo!
Curro:
¡Curro er Feo!
Los tres:
¡Los tres quitamos el hipo
de un zopapo
y repartimos er mieo!
¡Qué trineo!
Nº7. Virgen de la amargura
La escena está sola. Luego sale Justilla, que viene a poner en el altarcito algunas flores más. Ante la Virgen dice, después de santiguarse:
Justilla:
¡Madre mía: que suseda lo que más le convenga a é! Yo, por si queda bien y se hase torero… ya tengo otro sapatero a la vista. De mí no te ocupes.
(Se va. A poco aparece Moyate, preocupadisimo. Ante el altar exclama:)
Moyate:
¡Madre mía: a mí se me ha encogio er corasón a úrtima hora! ¡Te pío que sarga con bien ese muchacho! Yo soy un hombre que va con las ideas de su siglo, y que no debía hablarte así; pero ahora que no me escucha ningún colega, así te hablo.
(Se santigua y se va también.)
(Llega el Torerin poco después, vestido ya para la corrida. Se acerca al altarcito montera en mano, se hinca un momento de rodillas y canta luego.)
Torerín:
¡Virgen la de la Amargura,
Madre mía,
hoy me juego la ventura
con la vía!
¡Si pa ti vargo la pena,
si la vale mi morena,
que es dueña de mi queré,
te pío una tarde buena,
o quedarme ayí en la arena
de una vé!
¡Mírame cómo yoro!
¡Gane yo la ovasión,
que es la gloria y el oro
mi costante ambisión,
o que en la plasa er toro
me parta er corasón!
Fuente de luz, que yo la descubrí;
concha der má, que yo me la encontré
vara de nardos que yo cuidé;
rosa que yo escogí
pa darle mi queré:
¡quiero pa ti la dicha que soñé;
quiero la gloria que persigo yo;
dame tu fe,
dame coraje, dame való,
y tuyo ar fin seré!…
¡A nadie quiero más que a ti… mi amó!
(Va a marcharse, cuando viene Custodia. Se abrazan en silencio y él huye. Ella, entonces, se acerca a su vez al altar, y canta.)
Custodia:
¡Por er bien que yo haya hecho,
por er laso tan estrecho
que amarra nuestro queré,
que vuerva a mí satisfecho,
y que descanse en mi pecho
de una vé!
¡Dame lo que te pío!
¡Córmame esta ilusión!
Y oye bien mi quejío
y oye mi desisión:
¡aunque er vuerva, vensío,
le doy mi corasón!
Torerín:
(Dentro, lejos.)
¡Quiero pa ti la dicha que soñé;
quiero la gloria que persigo yo!…
Custodia:
¡Yeva mi fe,
yeva el hechiso que nos unió,
que yo aquí resaré
pa darte más való!
¡Fuego en que yo me tengo de abrasá;
luz de un queré que el arma me alumbró!
¡Er venserá
con el aliento que le doy yo!
¡Suya seré na má!
¡A nadie quiero más que a ti… mi amó!
(Cae de rodillas.)
Nº8. Pasodoble
(Algazara, entusiasmo, alborozo. El pueblo sigue a Juan Francisco e invade el patinillo.)
Unos:
¡Venga usté!
Otros:
¡Venga aquí!
¿Cómo fué?
¿Como fué?
¡Yo lo vi!
¡Yo lo sé!
¡Cuente usté!
¡Cuente usté!
Juan Francisco:
¡Es er torero más grande que vió Seviya,
sin discusión!
¡Es un toreo que pronto será er delirio
de la afisión!
Unos:
¡Venga usté!
Otros:
¡Venga aquí!
¿Cómo fué?
¿Cómo fué?
¡Yo lo vi!
¡Yo lo sé!
Juan Francisco:
¡Contaré lo que vi!
Varios:
¿Cómo fue?
¿Cómo fue?
Juan Francisco:
¡Pos fue así!
De bote en bote la plasa entera,
los burladeros y er cayejón.
Cuando a la muerte yegó la fiera,
yegó er sobrero
pa mi torero,
espanto daba la espertasión.
Cogió los trastos con valentía;
le gritó ar Cojo: «¡Lo dicho, dicho!»
y paso a paso se fué pa er bicho,
que traisionero se defendía.
No resoyaba ni una criatura;
era un silensio que daba mieo ;
la sangre helaba verlo en er rueo,
solo en los medios con er miura.
Tan metío en los cuernos
lo empesó a toreá,
que la fiera y el hombre
eran uno na más.
Con asombro la gente
lo miraba pasá
sin creé que era er mismo
de tres meses atrás.
Y en un pase de pecho,
como no vi otro iguá,
estayó er primer ¡ole!…
que se oyó en Arcalá.
Y ya pases y ¡oles!
marchaban a la pa,
y la plasa yevaba
con er trapo er compás.
¡Ooooolé!
Todos:
¡Oooooolé!
Juan Francisco:
¡Oooooolé!
Todos:
¡Oooooolé!
Juan Francisco:
¡La Música, a to esto,
se arranca a resopla,
y la Girarda sola
prinsipia a repicá!
¡Josú, qué borrachera
de parmas, de grita;
aqueyo ya no es plasa,
aqueyo es un vorcán!
Torerín se perfila
y se tirá a matá,
y le empuja to er mundo
con un grito la espá.
¡Hummmm!
Rodó er miura:
¡ni la puntiya presisa fué!
¡Ya es er delirio! ¡ Ya es la locura!
¡La gente en masa se pone en pie,
hasta la teja le tira un cura,
y tos sartamos ar redondé!
¡Salió er torero que yo desía!
¡España entera lo aplaudirá!
¡Tengo con esto tanta alegría,
que no me importa morirme ya!