Las tocas (1936)
Texto de Emilio González del Castillo y José Muñoz Román
La despedida del torero – Pasodoble
Intérprete: Guillermo Orozco
Gitano:
Gitaniyas de la Cava
cuando salgo a torear
voy pensando en vuestros ojos
que me ayudan a triunfar,
negros por aquí,
verdes por allá.
No quiero más laureles
ni más premio a mi valor
que unos ojos de mujer
que me pidan amor
o me brinden querer.
Gitanas:
El gitano de la Cava
cuando sale a torear
va pensando en nuestro ojos
que le ayudan a triunfar,
negros ojos por aquí,
verdes por allá.
No quiere más laureles
ni más premio a su valor
que unos ojos de mujer
que le pidan amor
o le brinden querer.
Gitano:
Cuando el toro embiste
y es noble y es bravo,
yo le doy un pase
de cabeza a rabo.
Gitanillas:
Con el trapo rojo
domina a la fiera
y en la plaza entera
se escucha un ¡olé!
Gitano:
Yo soy torero
y esta tarde me aplauden porque yo quiero,
por que yo quiero
que se admiren las hembras de mi salero.
Hoy en la plaza quiero ser el primero
y si muero que digan:
¡Era un torero!
Novia:
Quiero sonreír, pero no puedo,
para despedir a mi torero.
Que de negra pena
mi vida se llena
cuando él va a torear.
Gitanas:
Es un torero,
y esta tarden le aplauden
porque yo quiero,
porque yo quiero
que se admiren las hembras
de su salero.
Hoy en la plaza
tié que ser el primero.
Pa que to el mundo diga:
¡Es un torero!
Todas y la novia:
Virgencita Macarena
dale suerte pa vencer.
Tenle Madre compasión
porque en su corazón
va una pobre mujer.
Manuelita Rosas (1941)
Romanza de Rafael
Texto: Luis Fernández Ardavín
Intérprete: Antonio Medio
Dirige Francisco Alonso a la Orquesta del Teatro Calderón
Rafael:
En la noche callada
bajo la luna,
ir me dejo al capricho
de mi fortuna,
y encarcelado
canto mis desventuras
de enamorado.
Las bellas ilusiones,
por lo fugaces,
igual que las espumas
son cosa frágil,
y al querer apresarlas
se nos deshacen.
Por prendarme de ti,
¡ay, ingrata mujer!,
a esta cárcel sombría
me mandaste traer.
Las mujeres son mudables
como barcos en el mar,
que varían con el viento
que los hace navegar;
y lo mismo que veletas
van cambiando en el amor
pues según el aire sopla
con él se va su corazón.
Soñador y aventurero
persiguiendo un ideal,
yo iba en pos de tu cariño
como el hierro hacia el imán.
Pero tú me has engañado
cuando yo te quise más.
Las mujeres son mudables
como barcos en el mar.
Como barcos en el mar
que no saben dónde van.
Cayetana la rumbosa (1951)
Texto: Pilar Millán Astray y Luis Fernández de Sevilla
Romanza de Antonio
Intérprete: Manuel Ausensi
Victoriano Echeverría dirige a la Gran Orquesta Sinfónica
Antonio:
Si es un chaval el cariño,
no es extraño mi temor,
que ha de tener miedo un niño,
de sufrir un gran dolor.
Eres chiquilla orgullosa
del amor si es mujer,
ese nombre de Rumbosa,
no lo sabes merecer.
Si saliera ahora
yo así le diría:
Yo no vengo a llorarte,
vengo a exigirte,
porque tú necesitas
quien te domine.
Porque tú necesitas,
chiquilla preciosa,
quien sepa sembrar
en tu pecho la semilla
venenosa del querer. Ah!
Ella no sabe cómo la quiero
ella no sabe que sufro y muero
Sigo sus pasos igual
que una alondra buscando balcón pa anidar
Luz de mis ojos que ciega,
ilumina y me hace llorar.
Ella no sabe lo que la temo.
Ella no sabe que al verla tiemblo, bebo su risa,
me asusta su enfado
y haría mi herida mayor,
si ella se burla.
Si soy desgraciado me mata el dolor.
Mira, Rumbosa, que yo te quiero,
como ninguno sabe querer.
Calma con besos, mi padecer.