El gallo- Fox de las pieles (Nº2)
Los renard:
El invierno no me da temor,
y me importa poco ver nevar,
porque tengo para el frío
un magnífico renard.
Coquetonamente puesto así,
aunque al aire lleve lo demás,
pues tapando lo preciso
no me voy a constipar.
Las demás pieles:
Son las pieles elegancia y chic,
de las féminas la tentación,
y a los hombres por lo caras
les producen desazón.
Hay mujer que por un petit gris
da el corazón.
y daría muchas cosas más
por un vissón.
El armiño:
Pieles que acarician voluptuosas,
pieles sugestivas y galantes,
mi cuerpo aprisionando
cual brazos de un amante
tan suaves, me parecen
el roce inquietante de un beso de amor.
Pieles encantadoras,
que el alma excitan de la mujer.
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El gallo – Java de la pava (Nº3)
Diana:
Para asar una rica pava
y que tenga gustito bueno,
al compás de una alegre java
preparar debes el relleno.
Genovevo:
Al pensar en la rica pava,
de ilusión se me cae la baba.
Diana:
¡Echa perejil!
Genovevo:
Y ocho granos de nuez moscada,
dos castañas y toronjil.
Diana:
iPon, pon, pon, pon!
Ponle mantequilla, vino y azafrán.
Genovevo:
iPon, pon, pon, pon!
Ponle unas almendras, que estén bien tostás.
Diana:
Y después diez yemas,
añadirle debes, Genobobo.
Genovevo:
Me parecen,
para una pavita,
demasiados huevos.
Diana:
Echa unos polvitos
de pimienta y sal.
Genovevo:
Eso, ¡vida mía!
nunca sienta mal.
Diana:
Y una vez que está,
átala,
cósela y rehógala.
Genovevo:
iLo que va a sufrir
la infeliz!
Dana:
iDéjame seguir!
Se pone al asador,
para tostar,
su carne fina.
Genovevo:
¡Ahí suda el costipao,
aunque no tome
la aspirina.
Diana:
Mira los muslitos,
que ya están doraos,
y un poco pasaos.
Genovevo:
iCuando he visto un muslo,
jamás lo he soltao!
Diana:
¡Jesús, qué desahogao!
Genovevo:
El fuelle atraparé,
y soplaré,
con ardimiento.
Diana:
Te van a motejar
primer soplón
del regimiento.
Los dos:
Y cuando la pava
esté ya dispuesta
pa el atracón,
se baila la java
con dislocación.
Genovevo:
¡Echa perejil!
Los dos:
Ya está el ave a pedir de boca,
para darnos el gran festín.
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El gallo – Tonadilla de la capa (Nº5)
Todas:
La capa blanco y grana, que altiva y ufana
con singular donaire llevaba Godoy,
fué la castiza abuela, graciosa y chispera,
de esta juncal pañosa, que tan garbosa lucimos hoy;
y si me embozo en ella, pidiendo guerra yo siempre voy.
Diana:
Con la capa lo soy todo, sin la capa no soy nada,
y si me la cruzo así, o a la rebolera,
no hay una gachí cañí que no me prefiera.
Con las vueltas y las revueltas que tiene la capa mía,
iMujer! Lograré tu querer.
¡Ven aquí, ven aquí!,
que yo te arrope en mi capa,
junto a mí junto a mí
quiero tu boca sentir.
¡Qué ganas tengo, nena, de besar tu piel morena!
iVen aquí, ven aquí!,
ponla en tu cuerpo chulón!
iTómala! ¡Lúcela! ¡Llévala!
Que en ella va un corazón.
Todas:
¡Ven aquí, ven aquí!, que yo te arrope en mi capa!,
junto a mí junto a mí quiero tu boca sentir.
Diana:
¡Qué ganas tengo, nena, de besar tu piel morena!
iVen aquí, ven aquí!, ponla en tu cuerpo chulón!
iTómala! ¡Lúcela! ¡Llévala!
Que en ella va un corazón.
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El gallo – En el Turquestán (Nª6)
En el Turquestán
están
sedientas de amor
las hijas de Irán,
que van
tras una ilusión.
En el Turquestán
son todas flores
de vivos colores,
que brindan amores.
En el Turquestán
están
deseando querer
las hijas de Irán,
que van
buscando placer.
Allí es la mujer
ardiente rayo de sol,
que enciende un deseo
soñador.
Y si al pasar
la mira un varón
Y apasionada
suele entonar
las dulces notas
de este cantar.
En el Turquestán
las mujeres son
cuando quieren a un galán
un volcán en erupción.
En el Turquestán
te darán su amor
las mujeres del Irán,
iTurquestán!
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El pañuelo de lunares
Música: Francisco Alonso. Letra: Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Intérprete: Conchita Supervía
Un pañuelo de lunares un hombre me regaló,
y, aunque él se fue de mi vera, el pañuelo me dejó.
Pañuelo de mi cariño, pañuelo de mi consuelo,
tus lunares me parecen las estrellitas del cielo.
Ah, ¡que no me lo pida nadie!
¡Que no me lo pida nadie,
porque a nadie le he de dar
mi pañuelo de lunares!
¡Que no me lo pida nadie!
En cada lunar de aquellos un beso suyo quedó,
y un suspiro en cada pico, y en la marca el corazón.
Pañuelo de mi ventura, pañuelo de mi alegría,
cuando te cojo en mis manos, vuelven a mí tus caricias.
Ah, ¡que no me lo pida nadie!
¡Que no me lo pida nadie,
porque a nadie le he de dar
mi pañuelo de lunares!
¡Que no me lo pida nadie!
Antes me falte la mesa, el pan, el agua y la sal,
que el pañuelo de lunares, de la arquita donde está.
Pañuelo de mi recuerdo, llorando me lo pedía,
pañuelo que juntas tiene lágrimas suyas y mías.
Ah, ¡que no me lo pida nadie!
¡Que no me lo pida nadie,
porque a nadie le he de dar
mi pañuelo de lunares!
¡Que no me lo pida nadie!
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La corte de los gatos – Chotis
Cayetano:
Si usted goza, seña Cava,
de criterio personal
y chanela lo fetén,
y tié gusto y paladar,
venga aquí, cacho de rosca,
que se va a atolondrinar
con la salsa que al chotis
este chulón sabe impregnar.
Florinda:
Por mi honor, que no me explico
esta extraña sensación,
que tu mágico cantar
me ha llevado al corazón.
Es un dardo envenenado,
que no puedo resistir.
Ya no tengo otra ilusión
que abandonarme en el chotis.
Cayetano:
Pa mí,
que ya veo a este chulón
tomar
el cocido en un porrón.
¿Por qué
de tal modo me has guillé?,
que ya
me estoy viendo en Leganés.
Como te empeñes, me costeas, so chulona
la patrona y el café.
Florinda:
Por ti,
lo que haya que hacer haré,
morir
o empeñar hasta el corsé.
Bailar
es ya mi única pasión,
con el chulo de mi corazón.
(Hablado, sobre la música.)
Cómo me atraes! Has debido darme un filtro.
Cayetano:
No se me ha ocurrido, prenda , pero mañana te envío el de casa,
aunque tié desportillá la porcelana.
Pardiez,
qué es lo que me pasa a mi;
No sé
si soy guardia o bailarín.
Pues es
que me baila el cinturón,
la nuez
y hasta un cacho de esternón.
Por mis mayores, como siga este meneo
se me salta hasta el jobón.
Florinda:
(Hablado.) ¡Qué cadencioso es esto !
Cayetano:
(Hablado) Pa cadenciosa, usted, maestra;
que hay pa agarrar un cólico.
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Las cariñosas – El chotis de la Lola (Nº4)
La Lola:
Un mantón me he comprao
con algún dinero que tenía ahorrao
y en él lo he gastao.
Un mantón alfombrao
que a una cigarrera va que ni pintao
y eso está probao.
Y el mantón alfombrao
sabe Dios las cosas que me habrá tapao
y aún ha de tapar.
Que en mi barrio, ¡ay de mí!
todas las cotillas dan en murmurar
y cantar así:
«La Lola,
dicen que no duerme sola,
porque han visto a un mozalbete
que la rondan por las noches
y no ven dónde se mete.
La Lola,
en las batas gasta cola
y camisa de farola de las de tira bordá;
la camisa de la Lola
quién no la conocerá.»
Pues anda tú caliente
y déjalas en paz,
porque siempre es la gente
bastante lenguaráz.
Hazlo tóo bien tapao
con mantón alfombrao.
Las cariñosas – Charles del sombrero
Las castigadoras – Schottisch de las taquimecas (nº4)
Las taquimecas:
Con la falda muy cortita, muy cortita,
ajustadita, luciendo el talle,
y el pelito muy cortito, muy cortito,
yo, muy airosa, voy por la calle.
Todas:
Los zapatos muy chiquitos, muy chiquitos;
las medias finas a lo Rebeca,
las muchachas taquimecas, mecas, mecas,
son la admiración
de los chicos ¡cañón!
Taquimeca 1:
A un frutal
le dije ayer jovial:
¡Qué brutal! ¡Guayabo, estás mollar!
Me miró, y al cabo me objetó:
¡Qué pochez! ¡Eres una idiotez!
Todas:
Tú a mi me gustas la mar.
Pollos:
La mar, la mar, la mar, la mar.
Todas:
Y lo repito en francés.
Pollos:
Le mer, le mer, le mer, le mer.
Taquimeca 1:
Quiero
que mi novio sea portero
de un equipo de fútbol.
Y si es boxeador,
grogui ha de quedar
al lograr mi amor.
Todas:
Quiero
que mi novio, etc., etc.
Las castigadoras – Charlestón del pingüino (nº5)
Angelita:
Baila, Jacobo, muy fino,
el charles del Pingüino;
de prisa, Jacobo,
que se desinfla el globo;
aviva, pelmazo,
que al verte me arrobo.
¡Jacobo, cobo, cobo,
no seas tumbón
y baila hasta la descoyuntación!
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Pasodoble – Claveles rojos (nº7)
Tiple 1:
En los jardines de nuestra España.
Dios hizo el alma de la mujer,
formó con nardos su carne blanca,
y sus sonrisas, con un clavel.
Las de los claveles:
Flor de pasión.
que al sol de abril
trazó en su boca un corazón.
Tiple 1:
Labios de mujer,
que están teñidos
con la sangre del clavel.
Todas:
Tras la reja sevillana
la mocita es una flor,
y su amante enamorado
canta así su loco amor:
Tiple 1:
¡Claveles, claveles rojos!
Son tus labios, ¡mi morena!,
que abrasan como tus ojos:
que si me miran, también me queman;
que abrasan como el fuego de tus ojos…
¡Ay, mi morena! ¡Claveles rojos!
Claveles:
Gitano juncal,
mirándome así,
mi alma y mi vida
serán para ti.
Gitano cañí,
no me hagas penar,
que al pie de mi reja
te quiero escuchar…
Todas:
¡Claveles, claveles rotos!
Son tus labios, ¡mi morena!,
que abrasan como tus ojos:
que si me miran, también me queman:
que abrasan como el juego de tus ojos.
¡Ay, mi morena! ¡Claveles rojos!
Claveles:
Es la mujer, como una flor,
todo perfume y color,
y en el querer pone pasión,
dándole su corazón
al mocito juncal que la sabe adorar:
con pasión, adorar
al mocito juncal que la sabe adorar.
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Las guapas – Black bottom (nº 6)
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Las guapas – Chacarera» (nº 7)
Florinda:
La pampa es lo mejor pa mi, porque chacarerita nasí…
Un hombre aquí con palabras me engrupió
y mi amor le di, pero me esclavisó.
Es compadrón y con el facón,
cuando riñe va al corasón…
y sola estoy porque suya soy,
y oigo a todos desir donde voy:
Cuidado, chacarerita,
que ya empesaron a murmurar…
cuidado, chacarerita,
porque el pampero se va a enterar.
Ya sabes que es muy seloso
y fiero como un jaguar…
Cuidado, chacarerita,
que pa él es cuasi como jugar el matar.
¿No bailan ya, todo se paró
por la chacarerita que entró?
Chacareritas:
Bailarla, sí;
todavía queda aquí
quien le diga así:
¡Hoy con vos, bailo yo!
Todos:
¡Templado es!
ya bailando está
la papusa con el galán…
Florinda:
Si el otro aquí, yega, y si nos ve,
de la biaba, no queda uno en pie.
Todos:
Cuidado, chacarerita,
que ya empesaron a murmurar…
Florinda:
¡Ahura!
Apolinar:
Cuidado, chacarerita,
que soy muy fino pa peliar,
cuidado, chacarerita,
porque te puedo perjudicar…
Florinda:
Pampero,que no fue nada,
no me hagas, por Dios, yorar…
Apolinar:
Cuidado chacarerita,
que yo he matao medio miyar
¡nada más!
Las guapas – Pasacalle de los Pepe-Hillos» (nº 8)
Florinda:
La corrida de esta tarde fue la Corte a presidir,
y orgulloso el sol al verles no cesaba de lucir.
A Pepehillo que mataba, el Rey Fernando le gritó:
«Voy a tirarte la corona que eres aquí más rey que yo».
Todos:
A Pepehillo que mataba, el Rey Fernando le gritó:
«Voy a tirarte la corona que eres aquí más rey que yo.
Y las mujeres al ver de Pepehillo el valor,
le jaleaban y le abrasaban con sus miradas de amor;
y a alguna usía, yo sé que, cuando entraba a matar,
le dio un vahido porque el marido se echaba a temblar.
Pepehillos:
¡Písala! ¡Pon el pie
y esta capa será la que suerte me de!
Florinda:
En los toros fue donde me miró…
y le enamoré, y me enamoró…
Y una usía me lo quitó, porque tiene carroza con guardapié…
¡Ay que pícara!
¡Si le canto yo a esa pájara una jácara…jácara, pícara!
Duquesas y demás gente fina:
Gente mísera, majas rústicas,
pronto apártense, menos músicas.
Cuando pase una dama repórtense;
si no saben, se buscan un dómine.
Majas:
Pepehillo es pa mi
Pepehillos:
Pepehillo es pa ti
Duquesas y demás gente fina:
Yo aseguro que no.
Todos:
En la plaza me vio
y el torero es pa mi no habrá toros si no.
Tiples:
Si a Pepehillo le ves torear, pecas de fijo, pero al confesar,
si el fraile ha visto al matador, te absuelve y dice: «Es el mejor».
Los demás:
En los toros fue donde me miró,
y le enamoré y me enamoro…
Y una usía dengosa me lo quitó
porque tiene carroza con guardapié.
¡Ay, qué pícara debe ser!
Florinda:
¡Si le canto yo a esa pájara
una jácara…jácara, pícara!
Todos:
No hay un torero en Madrid que le aventaje en valor,
y a las usías y a las manolas encienda de amor.
¡La corrida de esta tarde el sol quiso presidir al lucir!
Por si las moscas – Mazurca rusa (nº7)
Cordero:
Yo la danza rusa aprendí
en la Corte de mi amigo el gran Zar.
Albertina:
¡Oh, por Dios, Alteza, que honor
si esas fiestas os dignáis recordar!
Siempre gocé con Borodín
Cordero:
Va por usted.
La mazurca me entusiasma a mi,
¡so negra, ven aquí!
Albertina:
¡Qué cadenciosa la danza es!
Cordero:
Yo la he bailado en Tres Peces, tres.
Albertina:
Es la mazurca mejor que el fox.
Cordero:
Como esta danza no he visto dox.
Albertina:
Bailando siempre así
placer como este no le hay
en Rusia y en Shangay, Bombay
en Cuenca y en Madrid.
Siguiendo así al bailar
yo necesitaré un pay pay
que pueda abanicarme
y hasta refrescarme
porque así, al saltar,
no sé lo que me va a pasar.
Cordero:
Si así al bailando vas
placer como este no lo hay,
que yo nací en Bombay, caray
y en Rusia me crié.
No te separes tú
que si te vas de aquí nanay
después lo sentirás
que yo soy Charles Nicolás.
Albertina:
¡Qué agitación y qué sofocación!
Estoy que pierdo la respiración.
Cordero:
Es que cantando y, además, bailando,
sudo más que entrando un mundo a la estación.
Por si las moscas – Schottisch de la Manuela (nº8)
Manuela:
De la pantalla soy ferviente admiradora
y estoy pendiente de Holivó a toda hora.
Yo por Charlot me dejo seducir,
pues me hace reír.
Me vuelven loca Clara Bow y la del Río;
Ramón Novarro, que en los besos es un tío,
y Douglas es un hombre cañón:
¡vaya gachó que está jamón
pa un tropezón!
Planchadoras:
Con Tom Mix, con Charlot, con Raquel.
¡Ay Manuela te vas a arruinar!
Manuela:
¡Natural!
Planchadoras:
Anda y deja de tanto soñar
que es mejor el taller de planchar.
Manuela:
Tienes, Manuela,
desatendida toda la clientela,
que es mucha tela
la que en el cine gasta la Manuela.
Anda, Manuela,
dedícate a lo mismo que tu abuela
a planchar…
y así no me dirán,
llamándome gili
que soy la Greta Garbo en Chamberí.
¡Timos a mí!
Planchadoras:
Tienes, Manuela, etc…
Manuela:
Y así no me dirán
en todo Chamberí
que soy gilí