la linda tapada cantables

La linda tapada
Zarzuela en dos actos
Texto original de José Tellaeche
Música de Francisco Alonso

PERSONAJES Y REPARTO
INÉS DE CANTARILLA ………………. RAFAELITA HARO
LAURA MARIALBA ……………………. EMILIA IGLESIAS
MENCÍA ……………………………….. VICTORIA ARGOTA
TEODORA ………………………………….. LAURA BLASCO
ISABEL ………………………………………….. SRTA. LÓPEZ
CONSTANZA ……………………………….. SRTA. C. HARO
JOSEFA ……………………………………… SRTA. M. HARO
CLARA ……………………………….. SRTA. MENDIZÁBAL
MARTA ……………………………………….. SRTA.MONCÓ
JACINTA …………………………………… SRTA. DOMINGO
ROSA …………………………………….. SRTA. CARABAÑO
JERÓNIMO CHINCHILLA …………………. JOAQUÍN ROA
DON ÍÑIGO DE ALBORNOZ ………. JOSÉ LUIS LLORET
EL CORREGIDOR …………………….. RAMÓN ABOLAFÍA
ALGUACÍL TRIGUILLOS ……………MARIANO OZORES
UN GITANO ……………………………………. JOSÉ MARÍN
AMBROSIO ………………………………. CARLOS RUFART
ANDRÉS ……………………………… FAUSTINO BRETAÑO
LICENCIADO GARCÍA ………………….. SR. VELÁZQUEZ
LUIS DE COELLO ………………………………… SR. VALLE
GIL PÉREZ / SOLDADO 1.º …………………. SR. VILCHES
BELTRÁN ………………………………………. SR. ROMERO
TAMBOR ……………………………………….. SR. ALCAINE
SOLDADO 2.º ……………………………… SR. RODRÍGUEZ
ESTUDIANTE 1.º ………………………………… SR. PRIETO
ESTUDIANTE 2.º ……………………………… SR. BELLVER

Estrenada el 19 de abril de 1924 en el Teatro Cómico de Madrid.

ACTO PRIMERO
Salamanca, a principios del siglo XVII, entre pícaros, alguaciles y estudiantes. En el patio de un mesón de la ciudad, Inés de Cantarilla, con el consentimiento de Jerónimo Chinchilla, su marido, baila una jácara en presencia de un grupo de estudiantes y soldados.

TODOS
Una canción alegre
canta, Inesilla, canta,
que penas no conoce
quien vive en Salamanca.

AMBROSIO
Las jácaras que sabes
o alguna tonadilla
canta, y alegra a todos,
Inés de Cantarilla.

TODOS
Baila ahí,
que pendientes estamos de ti,
y ya así
no nos tengas más tiempo, chiquilla.
Vengan ya las clásicas jácaras, jácaras.
Vengan las clásicas jacarandillas.

INÉS
Yo, con mucho gusto,
nobles caballeros,
cantaré esas jácaras
que queréis oír.
Siempre que a Chinchilla,
que es mi amante esposo,
no le cause «duelo»
lo que me pedís.

TODOS
Diga sin tardar.
Conteste al momento.
Diga sin tardar.

JERÓNIMO
Digo que Chinchilla
jura que Inesilla
bailar puede siempre
que no de lugar
a que algún menguado
o algún deslenguado
piense que Chinchilla
consiente «algo más».

TODOS
Pues venga de ahí.

JERÓNIMO
Antes, advertid
que soy el que acepta
y cuenta y recuenta
lo que esta «real hembra»
recoge al bailar.

ÍÑIGO
Tomad y callad.

JERÓNIMO
Inés, a bailar.

INÉS
Allá vas, jacarandina,
apicarada de tonos,
donosuras y donaires,
perdónemelos Dios todos.
Casóse una moza
joven y graciosa
con un viejo avaro,
mal genio y muy raro.
Y quiso la moza
salir en carroza,
y tuvo su coche
de día y de noche.
Sospecha el marido,
que es viejo y ladino,
que un amante tiene
la moza a quien quiere.
Y así de este modo,
muy fino y cortés,
la dijo el vejete
lo que ahora me oiréis.
Mi coche,
de noche,
va de troche
en moche,
y en coche,
de noche
no sales
ni al porche,
pues siempre que sales
regresa chafao,
y ya huele el coche
a «cuerno quemao».

TODOS
Su coche,
de noche, etc.

INÉS
Esta jácara,
jacarandina,
ten presente
mujer salmantina,
y de viejos
no fíes jamás,
que por viejos
siempre saben más.
TODOS Esta jácara, etc.

INÉS
¡Ay!
Cuando se quieren
dos corazones
ya no se escuchan
razones.

TODOS
¡Ay!
Cuando se quieren, etc.

Doña Laura Marialba llega a Salamanca, en unión de su dueña, Mencía, en busca del capitán don Íñigo de Albornoz, que pernocta en la ciudad castellana para reclutar gente con destino a los Tercios de Flandes. Hacia allá habrá de salir el capitán tan pronto como acabe la recluta. Parece ser que don Íñigo, durante su estancia en la corte, no hizo mucho caso de doña Laura cuando ésta le fue presentada. Laura quedó enamorada del joven capitán y dolida a la vez por la falta de atención que le demostrara don Íñigo. Pero su cariño caló hondo, a tal extremo que ideó marchar tras él a Salamanca y presentarse ante el capitán don Íñigo con la cara tapada. Su estratagema comienza a tener éxito cuando logra que las gentes de la ciudad se interesen por saber quién será la linda tapada, como todos la llaman ya. Entre los interesados está, naturalmente, el capitán don Íñigo de Albornoz.

ÍÑIGO
La tapada que aquí llega,
al fin la voy a ver.

TODOS
La tapada,
la tapada,
cuán linda debe ser.

AMBROSIO
Pasad, ilustre señora,
pasad sin ningún temor,
que todos son caballeros
y huéspedes del mesón.

ÍÑIGO
Si es bella cual me dijeron,
¿por qué su rostro ocultó?

JERÓNIMO
Gentil señora mía,
ilustre cual ninguna,
Jerónimo Chinchilla
os rinde admiración.

INÉS
Y yo, que no soy menos,
os rindo pleitesía,
y pongo cuanto valgo
a vuestra devoción.

SOLDADOS
También estos soldados
os quieren saludar,
y quieren presentaros
a su bravo capitán.

LAURA
Al verle frente a frente
valor me falta ya.

ÍÑIGO
Capitán de los Tercios de Flandes,
luché con denuedo.
Y es mi orgullo mi espada gloriosa
bruñida en Toledo.
Junto al Tajo, en su limpia ribera,
forjaron su hierro.
Y cual sol que despunta a la aurora
brillante es su acero.
Más brillantes tus ojos serán
y caeré prisionero.
Español de tizona y chambergo,
en guerras osado,
hoy en guerra de amor me ha vencido
tu rostro tapado.
Castellana,
castellana,
hoy loco de amores
llego a tu ventana.
Castellana,
castellana,
no ocultes tu rostro
ni tus labios grana;
no ocultes tu rostro,
clara luz de la mañana.

TODOS
Castellana,
castellana,
hoy loco de amores
llega a tu ventana.

ÍÑIGO
Flor galana,
mi tirana,
luz de la mañana,
loco de ilusión.

TODOS
La tapada quién será
que así intriga al Capitán.

ÍÑIGO
Quisiera decirte
palabras de amor.

LAURA
Capitán de los Tercios de Flandes
que humilde te postras,
ante dama que ignoras su nombre,
su nombre y su historia.
Yo te pido que no me detengas
ni digas ya nada,
y no intentes saber el motivo
porque voy tapada,
pues no soy, como buena española,
mujer casquivana.
Hace tiempo que llora tu orgullo
una dama que un día soñó
que tu amor fuera suyo, muy suyo,
y por tus desdenes la dama lloró.

JERÓNIMO
De aquí no me muevo,
pues negocio he visto.

INÉS
Nada se te escapa.

JERÓNIMO
Es que soy muy listo.

TODOS
La tapada, etc.

ÍÑIGO
Flor galana, etc.

LAURA
Muriéndome de amores
y de celos
soñé con un querer
que me negabas,
jamás distes aliento
a mis desvelos,
pues nunca en mí pusiste
tu mirada.
Y yo te digo, digo,
mi amor no es para ti,
y en cambio tú has de penar
y tú has de sufrir
llorando por mí.

ÍÑIGO
Y yo te digo, digo,
si amor no es para mí.

LAURA
Y en cambio tú has de penar
y tú has de sufrir
llorando por mí.

ÍÑIGO
Moriré por ti.

TODOS
Castellana, etc.

LAURA
Feliz yo sería
logrando su amor.

ÍÑIGO
Castellana.

TODOS
Castellana.

No contaba la bella con el Corregidor de la ciudad; hombre impertinente y caprichoso, que no deja en paz a dama que merezca la pena. Esta vez, por tanto, ha de tocarle a Laura ser víctima de la persecución del ejecutor de la justicia. Para verse libre de tal acoso la joven recurre a la ayuda que se brinda prestarla Inés, casada con el picaruelo Jerónimo Chinchilla, quien también colabora en la ayuda con su mujer.

ESTUDIANTES
Con canciones alegres
voy a arrullarte,
y mis frases de amores
para siempre te harán
olvidar tu pesar.

CHARRAS
Estudiante, estudiante,
vas a engañarme,
y tus frases no creo,
pues no dicen verdad
al quererme arrullar.

INÉS
Yo recuerdo que un día
aquel mal hombre que me engañó,
me llamó vida mía,
y en su porfía le di mi amor.
Si en amor has pensado, ten gran cuidado,
pues el querer
tiene espinas dañosas
como las rosas, linda mujer.
Moza de Salamanca,
de un estudiante tendrás que huir,
pues nunca sus palabras
ni sus lamentos serán por ti.

ESTUDIANTES
Charra, tú no hagas caso,
que mis arrullos son de verdad.

CHARRAS
Calla, mal estudiante.

INÉS
De él no serán jamás

CHARRAS
No me hables nunca más.

ESTUDIANTES
Mía serás, mía serás.
Salmantina graciosa,
tú aquí me tienes
por lograr tu cariño,
pues tan sólo eres tú
mi ilusión y mi amor.

CHARRAS
Estudiante, estudiante,
tú no me quieres,
y al marchar de mi lado
no te vas a acordar
y me vas a olvidar.

INÉS
En amor de estudiante
nunca te fíes, que no es verdad,
que es amor que da vueltas
como veleta que al viento va.
Si amorosos te dicen que eres su vida,
ríe, mujer,
que ellos tienen cien vidas,
como los gatos del cuento aquél.
Moza de Salamanca, etc.
Siempre yo me he reído
del juego del amor.

CHARRAS
Es falsa tu pasión.

ESTUDIANTES
Tuyo es mi corazón.

El alguacil Triguillos, también interesado por la dama, habla con Ambrosio –sueño del mesón donde se hospeda Laura Marialba– sobre qué puede hacer para que caiga en manos del Corregidor, al que rinde incondicional pleitesía para allanarle el camino que conduce a la conquista de la misteriosa mujer. Pero Inés, también embozada, se hace pasar por Laura, sacándole el dinero al alguacil.
Por otra parte, precisamente la noche que el Corregidor y su gente se presentan en el mesón a buscar a Laura, se encuentran con las espadas del capitán don Íñigo de Albornoz y Andrés, quienes hacen huir a todos los representantes de la justicia después de propinarles una regular paliza.

ALGUACILES
Vigila la ronda
toda la ciudad.
Las encrucijadas
debemos guardar.
La ronda, la ronda
llegando al mesón;
la ronda, la ronda
del Corregidor.

TRIGUILLOS
Ya pasa la ronda,
¡calla, corazón!,
y a cumplir el deber
de ayudar
al Corregidor.

CORREGIDOR
Abra al punto a la justicia,
yo soy el Corregidor,
y mientras que aquí me encuentre
no entre nadie en el mesón.

ALGUACILES Y TRIG.
Con mucho cuidado
debemos entrar,
pues es nuestro oficio
oler y mirar.
Cuidado, cuidado,
tened discreción,
que de «caza» viene
el Corregidor.

CORREGIDOR
Por ella,
que aquí se oculta,
por ella,
que me enamora,
por ella
yo ya no vivo,
yo ya no vivo,
por ella sola.
Tapada
que así te ocultas,
tapada,
ya no te tapes,
tapada,
pues yo he dispuesto,
pues yo he dispuesto
que te destapes.

TRIGUILLOS
Por lograr este deseo
ha llegado hasta el mesón,
y no hay nada que no logre
el señor Corregidor.

ALGUACILES
¡El señor Corregidor!

TRIGUILLOS
Busquemos despacio.

CORREGIDOR
¡Mirar por allí!

DOS ALGUACILES
¡Yo nada distingo!

OTROS DOS
¡Un bulto hay allí!

CORREGIDOR
¡Un gato ha maullado!
¿Por qué maullará?

TRIGUILLOS
Buscando la gata
de fijo estará.

Laura ha decidido, de acuerdo con el plan que le indicaron Inés y Jerónimo, disfrazarse de hombre y presentarse ante el capitán como un caballero portugués –pariente de la linda tapada– interesado por la dama. El capitán cae en la celada y exterioriza de una manera clara el cariño que ya siente por Laura de Marialba, la mujer del rostro oculto.
Esta comienza a saborear el triunfo que ha conseguido sobre su amado.

LAURA
A mi prima Laura,
que tanto os intriga,
debe respetarla vuestra señoría.

ÍÑIGO
Yo juro que siempre la respetaré,
y por ver su rostro
su esclavo seré.

LAURA
(Debo de seguir la intriga.)

ÍÑIGO
Mas decidme, sin tardar,
si sus ojos negros son
y sus labios de coral.

LAURA
Mucho os interesa.

ÍÑIGO
Ella es mi tormento.

LAURA
El amor cual fuego
arde en vuestro pecho.

ÍÑIGO
No sé por qué tiemblo
en ella pensando,
no sé por qué tiembla
cual niño un soldado.
Yo nunca supe lo que es amor,
y hoy tan tapado su rostro vi,
que sólo vivo con la ilusión
de ver sus ojos mirando en mí.

LAURA
Libre y soldado con ambición
fue vuestro lema jamás sufrir,
y en cambio, quiere hoy el amor
por castigaros también reír.

ÍÑIGO
¡Será mía!

LAURA
¡Qué pasión ponéis, capitán!

ÍÑIGO
En amor no sabré engañar.

LAURA
Él me querrá.
Libre y soldado, etc.

ÍÑIGO
No sé olvidar.
Yo nunca supe, etc.
Mi loco afán no sé explicar,
yo no lo sé por qué será,
pues olvidé lo que es amar.
Amar.

LAURA
Corazón enamorado,
sufre y calla tu pesar,
que con tesón tú lograrás
enamorar al capitán.
Aún más.

LAURA Muriéndome de amores
y de celos
soñé con un querer
que me negabas.
Jamás distes aliento
a mis desvelos,
pues nunca en mí pusiste
tus miradas.
Y yo te digo, digo,
mi amor no es para ti,
y en cambio, tú has de penar
y tú has de sufrir
llorando por mí.

ÍÑIGO
De nuevo al escucharla
aumenta mi pasión;
si no ha de ser para mí tu amor
deja viva en mí la ilusión.

ÍÑIGO.
¿Qué es eso?¡Andrés! ¡Andrés!

ANDRÉS.
¡Mi capitán…!

ÍÑIGO.
¿Esas guitarras?

ANDRÉS.
Son los estudiantes, que recorren la ciudad cantando a las mozas.
¿Pero si queréis?…

ÍÑIGO.
¡No, déjalos; cantaré con ellos a la linda tapada!

ESTUDIANTES
Consiguió un estudiante
con su guitarra
doctorarse de amores
en Salamanca.
La estudiantina,
la estudiantina
oye tras de su reja
la salmantina.

TODOS
Ya vienen los estudiantes,
y al aire dan sus canciones,
que amores dicen
y celos, un día serán.
De las orillas del Tormes
llegaron a la posada
cantando coplas
y alegres jotas
de las guitarras al rasguear.
Consiguió un estudiante, etc.

UN ESTUDIANTE
Y ahora, compañeros,
antes de marchar,
cantemos la jota,
las guitarras preparar.

ÍÑIGO
¡Por España y por mi dama
he de cantar,
cantar!

TODOS
Mi jota es alegre,
pues es de estudiantes,
que no tienen duelos
ni tienen pesares.
Es jota de charras,
también de pasión,
desdenes y celos
y hechizos de amor.

ÍÑIGO
A España llegué de Flandes
y a Flandes me volveré,
y en Flandes por su desprecio,
la muerte allí buscaré.

TODOS
Mi jota es alegre, etc.

ÍÑIGO
En el pasar de los años…

TODOS
En el pasar de los años,
por tierras de Salamanca,
cantarán las picardías
de estudiantes y de charras.
Cantarán las picardías
de estudiantes y de charras.
En el pasar de los años
en la docta Salamanca.
Cuando se canta la jota
las penas se olvidan,
y pasa el dolor;
quiero cantarle a mi dama
la jota bravía,
la jota de amor.

ELLOS
Siempre el estudiante con afán
quiere las mujeres conseguir,
y con las guitarras logrará
de las bellas charras su sentir.

ELLAS
Tristes desengaños de mi afán,
yo quiero olvidar,
y penas de amor
yo quiero olvidar.

TODOS
Por tierras de Salamanca
la jota se canta al enamorar.

ACTO SEGUNDO
Una plaza de Salamanca. En ella está enclava la Posada del Caballo Negro, donde se han dado cita por separado todos los personajes en medio de romances y representaciones de comediantes.

TODOS
Comediantes hoy llegaron
y recorren la ciudad.
Las farsas y comedias
quiero ver representar.
Es la dama linda moza,
es muy feo y raro su galán,
qué bonita es la graciosa,
ver al barba miedo da.

COMEDIANTES
Muy largo fue el camino,
fue larga la jornada,
pero hasta aquí llegamos
y no hemos de pasar.

ISABEL
¡Yo soy la dama
y hago de reina!

GIL PÉREZ
¡Yo soy Gil Pérez
y hago reír!

BELTRÁN ¡Yo soy el barba,
hombre iracundo,
que al fin del drama
debo morir!

TEODORA
Y después que acabe el drama
da comienzo el entremés,
y en él bailo zarabandas,
y chaconas y otras danzas,
que es lo que les gusta ver.

LOS CUATRO
Y ahora callad,
que la farsa en seguida
va a comenzar.

VARIOS.
¿Qué ocurre?

OTROS.
¿Qué pasa?

MUJER 1.ª.
No os apuréis; es un malhechor que recibe el castigo que merece.
Mató a la mujer que con él vivía en las Cuevas del Sotillo.

ESTUDIANTE 1.º.
El «Guaracho», un gitano, muy conocido por tierras
andaluzas.

TEODORA.
Ahí viene. ¡Da lástima verle!

BELTRÁN.
Siempre ha de ser una mujer la que pierda a un hombre.

GITANO
En la cárcel de Villa
hoy me van a encerrar,
pues los jueces castigan
el delito de amar.
Ella fue mi tormento,
ella fue mi pasión,
pero un día la ingrata
de mi amor se rió.
Cuando lejos de ella estaba,
¡ay, de mí!,
en mi borriquillo tordo
hacia su reja marchaba,
¡ay de mí!,
y, alegre, cantaba así:
Borrico, corre ligero,
anda y no mires atrás,
lo que importa,
lo que importa es el camino
que falta para llegar.
Por sus malas acciones
la partí el corazón,
pues el mío partío
me dejó su traición.
Y los hombres ahora
me querrán castigar,
¡qué me importa el castigo
si no la he de ver más!
Me castigan por matarla,
¡ay de mí!,
sin saber que ya no vivo
y llorando está mi alma,
¡ay de mí!,
y triste yo canto así:
Borrico, no andes ligero,
no tengas prisa en llegar,
lo que importa,
lo que importa es el camino
que nos dejamos atrás.
Lo que importa, etc.

VARIOS.
¡Que cante, que cante!

GIL PÉREZ.
¡Canta y baila ante estos señores una chacona, que ellos sabrán
pagar con esplendidez tu trabajo!

ESTUDIANTE 1.º.
¡La chacona!

TEODORA
Chacona,
si te encuentro sola
juro he de robarte
un beso en la boca
que te ha de gustar.
Chacona,
deja que mi boca
a tus labios rojos
se acerque rabiosa
y pueda besar.
Me siento morir
cuando estoy junto a ti.

TODOS
En el Soto ayer,
sin querer,
nos besamos solo
una vez.
Si hoy al Soto vas,
ya verás
cómo sin querer
besarás.
Chacona,
si te encuentro sola, etc.
Me siento morir
cuando estoy junto a ti.
Hoy al Soto ven
tú, mi bien,
y los dos allí,
sin querer,
queriendo besarnos así
y después morir.

El Corregidor y el alguacil Triguillos prueban la hiel del desengaño enamorándose de Inés, a quien confunden con la linda tapada, puesto que la mujer de Jerónimo se disfrazó con las ropas de la señora, según el plan previsto. Inés aprovechó bien la ocasión y fácil le fue sacar el dinero al cándido Triguillos, quien le entregó hasta el último doblón. El alguacil descubre la superchería de Inés y pretende que ésta le devuelva el dinero.

CORREGIDOR
Permitidme, señora,
un momento,
permitid, permitid,
por favor,
que os salude con
un gran respeto
y os ofrezca todo
lo que valgo yo.

TRIGUILLOS
(Cuando sepa quién es
la tapada
Dios me valga la que
se va a armar,
pero yo no le digo
ahora nada,
pues mi bolso antes
quisiera salvar.)

MENCÍA
(No sé qué va a ocurrir.)

JERÓNIMO
(No sé qué va a pasar.)

INÉS
(Tendré ahora que fingir.)

TRIGUILLOS
(No te me escaparás.)

INÉS
A vuestro saludo,
gran Corregidor,
voy a responderos
también cual soy yo.
Mi mano os ofrezco.

CORREGIDOR
¡Su mano me da!

INÉS
No la apretéis tanto.

CORREGIDOR
(La apretara más.)

INÉS
De vuestra mano cogida
donde me llevéis iré.

CORREGIDOR
Quisiera veros la cara.
INÉS Eso no va a poder ser.

TRIGUILLOS
Por Dios,
no finjáis así, mujer,
que caro,
muy caro, os va a costar.

MENCÍA
No sé lo que
de pronto pueda suceder.

JERÓNIMO
Callad, por Dios,
que no sospechen
que esta dama es mi mujer.

INÉS
Triguillos, dadme la mano.

TRIGUILLOS
(Los doblones dadme, Inés.)

INÉS
(Os los daré, yo os lo juro,
pero no me delatéis.)

CORREGIDOR
Quisiera de amor
con vos hablar.

MENCÍA
(De fijo nos van
aquí a prender.)

JERÓNIMO
(La vieja
lo puede estropear.)

TRIGUILLOS
¡Cuán grande
es su desfachatez!

INÉS
Enamorado está
ya su mercé.

MENCÍA
Yo muerta estoy.
¡Ay, San Andrés!

CORREGIDOR
Yo loco estoy.
¡Qué linda es!

TRIGUILLOS
Mi bolso yo
quiero tener.

JERÓNIMO
Tranquilo estoy,
cuán lista es.
INÉS ¡Señor, señor, señor,
señor Corregidor,
yo soy una chiquilla con rubor
que nada sé de amor.

TRIGUILLOS
¡Inés, Inés, Inés!

CORREGIDOR
(¡Cuán linda debe ser!)

INÉS
(Aquí hay que aprovechar
y enseguidita hay que escapar
sin vacilar.)

MENCÍA
(Si él sabe la verdad,
hasta la cárcel del lugar
iré a parar.)

TRIGUILLOS
(Triguillos, a callar,
porque tu bolso
te interesa recobrar.)

JERÓNIMO
(Aquí hay que aprovechar,
y enseguidita hay que escapar
sin vacilar.)

En el interior de la posada se oye el rasguear de las guitarras y bandurrias de unos estudiantes que se preparan para cantar sus amores. Laura –disfrazada de caballero portugués– se sorprende de que el capitán no se haya declarado todavía a la linda tapada, y entona un fado bajo la ventana de la misteriosa dama, prometiéndole que habrá de ver su cara tan de cerca como ahora está viendo la suya.

LAURA
Escucha este cantar de amores,
cantar de amor que hace llorar,
sus quejas llegan al alma
«Saudades» de Portugal.
Me mata el querer,
sin nunca obtener
consuelo a mi triste afán.
¡Suspiros y lamentos al cantar
ahogan hoy el eco de mi voz,
y triste el alma ya no encontrará
reposo para mi dolor
si al fin tu amor no he de lograr.
En mi canción
no dejaré
decir al corazón
lo que es este amor,
que mi llanto yo he de ahogar
y debo siempre renunciar a él
y no volver a amar.

ÍÑIGO, COELLO Y GARCÍA
Es su cantar
la serenata ideal,
y al escuchar
un no sé qué siento en mí.
Es su cantar
la sed de amar.
Es su canción
cual flor de aquel
madrigal.

LAURA
Por un amor
suspiro con pasión,
amor aquel
que en mí murió;
lo que fue risa
es hoy mi llanto;
con mi canto
voy llorando
las tristezas de mi amor.
Con una flor
comparan al amor,
y el parecido
es tan igual,
que flor y amor
yo vi morir de un beso,
cuyos ecos
sufro al recordar.

LOS TRES
Su canción de amor
jamás podremos olvidar.

LAURA
El querer es ilusión,
ilusión es el amar,
y el anhelo de tu amor
ilusión será.
Llega el momento en que el capitán don Íñigo de Albornoz
y sus gentes han de partir
para la campaña de Flandes.

ÍÑIGO
Por el Rey,
por su bandera,
por Castilla
y por mi bien.
Otra vez en las lides
de guerra,
por mi dama y mi rey
he de vencer.
Al volver a las Dunas de Flandes
serás mi tormento,
altiva mujer.

TODOS
Por el Rey, etc.

ÍÑIGO
En la guerra el soldado español
hasta el sol intentó hacer parar,
y al querer rendir su espada
hace falta ser titán.
Los dominios de mi patria
quiero agrandar.

TODOS
En la guerra, etc.

ÍÑIGO
De España son los soldados
que al entrar en la batalla
solo piensan en la madre,
en su dama y en su patria.
Son bravos y aventureros,
tienen desprecio a la vida,
y al morir se ve en su rostro
dibujarse la sonrisa.
En el puño de mi espada
este lema he de poner,
por España, por mi dama,
por Castilla y por el Rey

TODOS
De España, etc.
Es mi divisa al luchar
las ilusiones de amar.

Inés y Jerónimo han de huir disfrazados para no devolver el dinero y no cumplir un condena pendiente. Cuando mayor es el embrollo y se cree que la tal embozada no existe, Laura de Marialba se da a conocer en su verdadera personalidad. El Corregidor, en franca derrota, no vuelve a molestarla, poniendo nuevamente sus ojos en otra presunta víctima; Inés y su esposo son perdonados y pueden quedarse con el dinero del alguacil; y el capitán reitera ante su amada todo su sentir, prometiendo ella seguirle hasta Flandes.