LUNA DE MIEL EN EL CAIRO
Opereta en dos actos y un epilogo
Original de José Muñoz Roman
Música del maestro Francisco Alonso
La acción del primer acto en El Cairo,
la del segundo en un oasis y la del epílogo en Alejandría.
ARGUMENTO
En un hotel de El Cairo, el joven Eduardo está al piano componiendo una opereta. Los autores del libreto, que se encuentran con él a fin de encontrar inspiración para el argumento y situaciones de la obra, son Carlota y Pío, ella supuesta musa y él supuesto escritor. Han ido a El Cairo porque Eduardo escuchó por teléfono una voz que, llamándole desde allí, le cautivó con la melodía: “Ven que te espero en El Cairo, junto a la orilla del Nilo. La noche africana, sensual y pagana, será testigo mudo de nuestro amor…”
El pagador del viaje es don Moncho, un gallego que hizo fortuna en Nueva York gracias a un préstamo del padre de Eduardo con quien quedó en deuda. Para inspirar a Eduardo la composición de una música romántica moderna, Carlota y Pío le presentan a Martha, una princesa huida de su casa al querer su padre casarla a la fuerza, que está disfrazada de colegiala y accede de inmediato a estas maquinaciones. Cuando llega Eduardo, ella está canturreando “Ven que te espero en El Cairo”, y él cree reconocer la voz que escuchó por teléfono, pero, al verla disfrazada, se desengaña. Ella, sin embargo, le confiesa que es la mujer que le llamó por teléfono y que se había enamorado de él en un cabaret de Nueva York. En mitad de su cortejo interrumpe Basilisa, que, pretendiendo ser una duquesa rusa, hace de dueña de Martha. Todos se ríen entonces de Eduardo, que ha compuesto un dúo de amor como querían, menos Martha, quien queda triste por estar enamorada de él.
Llega entonces el Mudir al hotel para detener a un huésped. Basilisa y Martha se alarman, pero Carlota y Pío confiesan que los buscan a ellos, que son en realidad dos amantes fugados. Carlota es Myrna Méndez, la hija del ex Ministro mexicano de Guerra Ponciano Méndez, que se escapó con su novio Rufi (Pío), un pobre cabo. Ponciano se oponía al matrimonio por haber tenido en su juventud un desencuentro amoroso con la madre de Rufi. Para evitar que les capturen, Martha se hace pasar por Myrna y Rufi coge la documentación de Eduardo. El Mudir detiene a Eduardo y Martha pensando que son Rufi y Myrna pero, para su sorpresa, no tiene sino orden de casarlos ya que Ponciano y la madre de Rufi, reconciliados, se iban a casar también. Eduardo, que es el único que se mantiene un poco ajeno a la intriga, se encuentra metido en el embrollo y con la obligación de casarse con Martha, a lo cual accede no sin ciertas reticencias.
Pactada la boda, vuelve a escena el Mudir satisfecho por haber apresado en el aeropuerto a la princesa Martha -en realidad Myrna- y a su amante, un músico español -en realidad Rufi- a quien encarcela.
En el segundo acto, tras la boda, se descubre que el padre de Myrna ha dado al Mudir toda una serie de sobres con las instrucciones que éste ha de seguir en cada momento referentes a su hija. Así, en vez de ir de luna de miel, los recién casados deben quedarse en la residencia del propio Mudir en un oasis cercano, para que los vigile y, si se llevan bien, les dé una cantidad de dinero. Cuando escapa de la prisión, Rufi se encuentra con ese problema y empieza a preocuparse porque a Eduardo no le va bien la luna de miel y él teme por su dote. Se presentan entonces el padre de Myrna y la madre de Rufi para pedir a sus hijos consentimiento para casarse y, con ellos, se complica aún más el argumento. Primero porque cada uno habla con el impostor que no conoce: la madre de Rufi habla con Martha creyendo que es Myrna, y, Ponciano con Eduardo pensando que es Rufi. Luego, cuando les ven acaramelados, como no reconocen en ninguno a sus hijos, caen en la confusión de que se están engañando recién casados. Llegados a este punto, ante la confusión del Mudir que se cree afectado por el alcohol, se revelan las identidades, pero Martha y Eduardo rompen su relación, lo que da lugar a un epílogo.
Myrna y Rufi, desheredados, tienen que ganarse la vida, él escribiendo el libro para una opereta y ella preparándose para interpretarla. Ante las dificultades que tienen, don Moncho les dice que escriban lo que les ha pasado. El problema es que el final no es bueno, porque Eduardo está enamorado de Martha y ella se ha ido. Don Moncho saca entonces la última carta de la manga: Martha no era la supuesta princesa, sino Carmiña,
su hija, que estaba en verdad enamorada de Eduardo.
Numeros musicales:
1 Su voz apenas cantaba.
2 Llévame a una “boîte” que esté de moda.
3 ¡Ven compositor!
4 ¡Está llorando!
5 Delicada es la misión…
6 En la noche azul.
7 Una princesita de alma soñadora.
8 No te enfades ni por nadie ni por nada.
9 Tu melodía llega a mí…
SU VOZ APENAS CANTABA
EDUARDO
Su voz apenas cantaba,
velada por la emoción,
pues más que de la garganta
salía del corazón.
Canción que no dice nada
pero expresa una ansiedad
de mujer enamorada
que ya no puede callar.
Su voz misteriosa
llegó al alma mía,
y, dulce y mimosa,
temblando decía:
Ven, que te espero en El Cairo,
junto a la orilla del Nilo…
La noche africana,
sensual y pagana,
será testigo mudo de nuestro amor.
Ven, que te espero en El Cairo,
para que pruebes en mi boca,
suspirando con amor,
de mis besos el sabor.
(Salen las Vicetiples.)
TODAS
¿Y quién supones que es ella?
EDUARDO
Jamás lo pude saber.
MYRNA
¡A ver si está entre nosotras
la voz de aquella mujer!…
TODAS
¿No sabes si es guapa o fea
la que amores te cantó?
EDUARDO
Aunque no le vi la cara,
el alma, sí me enseñó.
SUZY
Quizá tengas cerca
la voz que has oído.
MYRNA
La voz que no puedes
dar nunca al olvido.
TODAS
Vive enamorado
de un ideal
que realizado
nunca ha de ver,
pues es igual
que en las estrellas un amor poner.
VEDETTE
(A través de los amplificadores.)
La noche africana,
sensual y pagana,
será testigo mudo de nuestro amor.
EDUARDO
Ven, que te espero en El Cairo,
para, que pruebes en mi boca,
suspirando con amor,
de mis besos el sabor
de un ideal.
TODAS
Vive enamorado
que realizado
nunca ha de ver.
¡Es como un sueño de amor engañador!
¡Vive enamorado de un ideal, que es lo peor!
LLÉVAME A UNA BOITE QUE ESTÉ DE MODA
MYRNA
Llévame a un “boîte” que esté de moda.
donde vaya sólo gente fina.
Llévame, riquín,
a bailar: el “swing”,
que me vuelve loca la orquestina.
RUFI
Si te vuelve loca, loca, loca,
me figuro yo que es porque toca,
porque toca con
con afinación,
desde el contrabajo al saxofón.
MYRNA
Anda ya, mi vida,
vamos en seguida.
no lo pienses más.
¡Taparató-paratá!,
y verás, chiquillo,
qué hormiguillo
sentirás
oyendo el jazz…
RUFI
¡Taparatá,
taparató-taparaparaparato!
TODOS
Llévala a una “boite”, que esté de moda…
RUFI
¡Taparatáparató!
TODOS
…donde vaya sólo gente fina…
RUFI
¡Taparatáparatá!
TODOS
¡Llévala, riquín,
a bailar el “swing”,
que le vuelve loca la orquestina!
MYRNA
Si me vuelve loca, loca, loca,
es porque hay que ver lo bien que toca.
RUFI
Hay que darle al “swing”
más agitación.
¡¡Tiene que sudar hasta el trombón!!
(Orquestina en caricatura.)
EDUARDO
(Interrumpiendo.)
¡Un momento, por favor!…
¡Que se me ha ocurrido un motivo nuevo!…
(Figurando que compone al piano.)
Jazz-band, que con tu ritmo,
lleno de algarabía,
jazz-band, burlón y loco cantas
el amor de un día…
TODAS
Jazz-band que nos encantas,
jazz-band, con tu alegría…
EDUARDO
¡¡Jazz-band,
y siempre inquieto y reidor
te burlas del dolor!!
TODOS
Jazz-band que con tu ritmo
lleno de algarabía,
jazz-band, burlón y loco,
cantas el amor…
1.ª VOZ
¡Jazz-band que con tu ritmo,
lleno de algarabía
trae tu canción
melodías que despiertan mi ilusión!
2.ª VOZ
Tarapatárapatataparatapa
tarapatárapatataparatapa.
TODOS “¡¡¡Swing!!!”
VEN COMPOSITOR
MARTHA
Ven, compositor;
quiero inspirarte un dúo de amor.
EDUARDO
No me inspiraré,
porque hoy el dúo está “demodé”.
¡Ya no es como antes!…
MARTHA
Eso es un error;
nunca de moda se pasará.
EDUARDO
¡Qué ingenuidad!
MARTHA
Son dulces instantes
en que cantan dos amantes
su felicidad.
EDUARDO
El amor en el siglo presente
ya nadie lo siente
con tanto calor.
MARTHA
El amor es en todos los siglos
divina locura,
encanto y dulzura.
EDUARDO
Hay quien asegura
que trae el dolor.
MARTHA
¿El dolor?
EDUARDO
¡Sí, señor!
MARTHA
¡Ven aquí, por favor!
EDUARDO
¡Déjame!
MARTHA
¿Y por qué?
EDUARDO
Por el bien de los dos.
MARTHA
¡Dos amantes!… ¡Dos que van en pos
de un querer que enloquece a los dos!…
Hay en su placer o en su dolor
un motivo de dúo de amor…
EDUARDO
Moriré de desconsuelo, si
tus miradas no son para mí.
MARTHA
Cuando te vi
me enamoré.
EDUARDO
¡Y yo sentí
un no sé qué
cuando te vi!
MARTHA
¿Es que ninguna te enamoró?
EDUARDO
Antes de verte, juro que no.
MARTHA
¿Nunca tu querer
cantando has dicho a una mujer?
EDUARDO
¡Nunca jamás!
MARTHA
Por eso no sabes cómo suenan las palabras
al compás de un vals.
(En tiempo de vals lento.)
¡Dos amantes!… Dos que van en pos…
EDUARDO
(Terminando la frase.)
…de un querer que enloquece a los dos…
MARTHA
Hay en su placer o en su dolor…
EDUARDO
(Como antes.)
…un motivo de dúo de amor.
MARTHA
El vals al suspirar los violines
palabras amorosas dice al corazón.
Y a su son
te digo ahora que
cuando te vi
me enamoré.
EDUARDO
Yo sentí
un no sé qué
cuando te vi.
ESTÁ LLORANDO
OFICIAL 1.º
Está llorando…
OFICIAL 2.°
¡Y es una nena!…
OFICIAL 3.º
No la conozco.
OFICIAL 4.º
Tampoco yo.
LOS OCHO
(Rodeando a Martha.)
Y es tan bonita
que causa pena
ver en sus ojos
huellas de dolor.
MARTHA
¡Dejadme sola,
que me siento triste
sin saber por qué!
OFICIALES
Tu pena, nena
dime en qué consiste
y te consolaré.
MARTHA
¡Y cómo he de decirlo
si yo no lo sé!
OFICIALES
¡Hermosa niña!…
¿Quién será, tu dueño,
quién tendrá, tu amor?..
MARTHA
Mi amor es sólo
como un bello sueño
lleno de candor,
y en lo más hondo de mi pecho
siento su calor.
Guardaré mi amor para el hombre que soñé.
OFICIALES
Y yo, después de verte, sólo contigo soñaré.
MARTHA
Esas son palabras que no me creo yo.
OFICIALES
Sé que, aunque te las creas, vas a decir que no.
MARTHA
Yo suspiro por un hombre
que me quiera eternamente
y en el fondo de mis ojos
él se mire solamente.
OFICIALES
Eso tendrás en mí;
nunca te ha de faltar.
MARTHA
Es que yo no me fío
de los amores de un militar.
OFICIALES
Quiera Dios que un día consigas ese afán.
MARTHA
Hay sueños imposibles que nunca se realizarán.
OFICIALES
¿Y por qué te muestras a su cariño fiel?
MARTHA
Porque mi amor primero lo guardo para él.
¡Amores primeros!…
Despiertan en nuestras almas
un sentimiento que no se olvida…
¡Amores primeros!…
Y dejan una dulzura
que ya nos dura
siempre en la vida.
Amores sentí
tan sólo por ti.
¡Amores primeros
que son los verdaderos,
porque en ellos de ilusión
se abrasa entero el corazón!…
TODOS
¡Amores primeros!…
Despiertan en nuestras almas
un sentimiento que no se olvida.
¡Amores primeros!…
MARTHA
Y dejan una dulzura
que ya nos dura
siempre en la vida.
OFICIALES
La flor de tu amor
me tienes que dar.
MARTHA
Ya os dije que no me fío
de los amores de un militar.
DELICADA ES LA MISIÓN
MUDIR
Delicada es la misión
que me trae a esta mansión.
Yo suplico mil perdones
a señoras y varones.
TODOS
Al freír será el reír,
pues con el genio del Mudir
vamos todos a prisión
sin consideración.
MAÎTRE
Señor… Sed bien venido.
TODOS
Señor…
MUDIR
Gracias, tanto honor…
A mí no darme coba, que es peor.
TODOS
Mudir, Mudir querido…
MARTHA
Señor…
TODOS Señor, gran señor…
MUDIR
Silencio, por favor.
MARTHA
Por amores fingí.
MUDIR
¿Sí?
BASILISA
Y fingiendo no pecó.
MUDIR
¿No?
MONCH. Y FLOR.
Por amor mentimos todos, todos, todos.
MUDIR
¡Todos, todos menos yo!
MARTHA
Quiéreme con frenesí.
MUDIR
Sí.
BASILISA
¡Cómo te idolatro yo!
MUDIR
¡¡No!!
MONCH. Y FLOR.
Todo eso es mentira, tira, tira, tira.
MUDIR
(Dirigiéndose a las Doncellas y a su Guardia.)
¡¡Media vuelta o esto se acabó!!…
(Se vuelven todos de espaldas.)
MARTHA
En amor se miente,
y aun queriendo ciegamente,
no hay un hombre que nos diga la verdad:
frases cariñosas,
palabritas mentirosas,
y con ellas nos engañan sin piedad.
TODOS
¡¡Nadie dice nunca la verdad!!
MUDIR
Yo en amores no mentí.
DONCELLAS
¡¡Sí!!
MUDIR
¡¡La verdad en mí brilló!!
TODOS
¡¡No!!
MARTHA
Como son los hombres unos embusteros,
a mi novio así
le digo yo:
Embustero, ya sé que tus frases
son bellas promesas que no cumplirás.
Si al oírlas me siento dichosa,
¿qué importa, el dolor?
Acércate a mí
y engáñame más.
TODOS
Embustero, ya sé que tus frases
son bellas promesas que no cumplirás…
MARTHA
Si al oírlas me siento dichosa.
¿qué importa el dolor?…
¡Embustero, engáñame más!
(Mientras canta Martha la última frase, han hecho mutis
por distintos lados Camareras y Guardianes del Mudir.
Este canta, dirigiéndose a Basilisa, Moncho y Florido.)
MUDIR
¡Lárguense, pero que ya!
LOS TRES
¡Ah!
MUDIR
Que he de hablarle a solas yo.
LOS TRES
¡Oh!
MUDIR
¡Me hace falta tino,
tino, tino, tino,
porque es delicada la misión
que me ha traído a esta mansión!
EN LA NOCHE AZUL
EDUARDO
En la noche azul
crea la ilusión
horas de inquietud
en el corazón.
MARTHA
Horas de inquietud
que perfumarán
con aquel recuerdo toda nuestra vida.
¡Horas de inquietud
que son canción
de juventud! ¡Ah!
(Van saliendo las Tiples, vestidas unas de novia, en
blanco, y otras de novio, de frac.)
Ellas nos evocan
la más bella noche de pasión…
EDUARDO
Un sueño es el amor…
Por eso quiero yo soñar,
que es en el mundo lo mejor
soñar y nunca despertar.
MARTHA
Quisiera que tu amor
no fuera un sueño nada más
de dichas mil prometedor
que no se ven cumplir jamás.
Yo quiero que tu amor
mi vida llene de felicidad;
y si es tan sólo un sueño tentador,
igual que el humo se te va a esfumar
al despertar.
TIPLES
Quisiera que tu amor
no fuera un sueño nada más
de dichas mil prometedor
que no se ven cumplir jamás.
MARTHA
El alma entera yo te daré
y en tu cariño mi fe pondré,
que siempre tuya y sólo tuya quiero ser.
(Aparece una decoración brillantísima, en la que están
colocadas las Segundas Vedettes y todas las Vicetiples,
mitad de novias y mitad de novios.)
TODAS
Horas de inquietud
que en mi corazón
dejan el recuerdo
de la noche azul
de la ilusión.
UNA PRINCESITA DE ALMA SOÑADORA
MARTHA
Una princesita de alma soñadora.
Por el mundo se lanzó,
y hoy, desengañada, calla, sufre y llora.
ella que jamás lloró,
porque…
EDUARDO
la pobre princesita en su afán primero
hasta a un trono renunció,
por buscar tan sólo un amor sincero,
y al final no lo encontró.
MARTHA
(Cantándole a Eduardo.)
Tú,
que al mirarme me hiciste temblar;
tú,
que temblabas porque te miré,
dímelo tú,
dímelo tú,
si es que no existe el amor que soñé.
Tú,
que robaste a mis ojos la luz;
tú,
que en mis labios probaste la flor,
dímelo tú,
dímelo tú,
si es que no existe el amor.
(Fuerte en la orquesta. Aparece Myrna, seguida de varias
Invitadas –segundas tiples–.)
MYRNA
Una princesita llena de ilusiones
por el mundo se lanzó,
y al pasar; dejando risas y canciones,
a los hombres cautivó.
TODOS
¡Una princesita,
frívola y bonita,
que no teme al qué dirán!
MYRNA
Yo soñaba un día,
ser, con mi alegría,
la princesa del “jazz-band”.
MARTHA
Tú,
que robaste a mis ojos la luz;
tú,
que en mis labios probaste la flor,
dímelo tú,
dímelo tú,
si es que no existe el amor.
NO TE ENFADES NIPOR NADIE NI POR NADA
MYRNA
No te enfades ni por nadie ni por nada.
RUFI
Porque es un primo
el que se enfada…
MYRNA
Hoy se tiene que tomar la vida en broma.
RUFI ¡Y ya va listo
quien no la toma!
EDUARDO
¿Pretendéis que no lo tome en tan en serio
cuando veo que a burlarse van de mí?
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería.
Hay que gozarla
y hay que reír!
RUFI
¡¡Ja, jay!!
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería,
pues de un berrinche
puedes morir.
EDUARDO
Si bien se va a mirar,
tenéis razón.
LOS DOS
¡No hay discusión!
EDUARDO
¿Por qué me he de llevar
un sofocón?
RUFI
Hoy día es una ganga,
pues te ahorras el carbón
de la calefacción.
Tomar la vida en serio
es una tontería.
¡Hay que gozarla
y hay que reír!
MYRNA Y EDUARDO
¡Plin!…
¡A mí, plin plin plin!
¡A mí, plin plin plin!…
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería,
pues de un berrinche
puedes morir.
EDUARDO Y RUFI
¡Plin!
¡A mí, plin plin plin!
¡A mí, plin plin plin!…
MYRNA
Si te engaña la mujer en quien más crees,
RUFI
Tú no te enfades
ni te mosquees.
MYRNA
La venganza es hoy la cosa más sencilla.
RUFI
La das de baja
en la cartilla.
EDUARDO
Esas cosas se aconsejan fácilmente,
y en la práctica no tienen solución…
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería.
¡Hay que gozarla
y hay que reír!
RUFI ¡¡Ja, jay!!
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería,
pues de un berrinche
puedes morir.
EDUARDO
Es vana la mujer
que hace traición.
LOS DOS
¡No hay discusión!
EDUARDO
No puede puro ser
su corazón.
RUFI
Si es puro y de la vana
te cortan el cupón,
no tienes salvación.
Tomar la vida en serio
es una tontería.
Hay que gozarla
y hay que reír.
MYRNA Y EDUARDO
¡Plin!…
¡A mí, plin plin plin!
¡A mí, plin plin plin!…
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería,
pues de un berrinche
puedes morir.
EDUARDO Y RUFI
¡Plin!…
¡A mí, plin plin plin!
¡A mí, plin plin plin!…
MYRNA
No te importe que te digan que malgastas.
RUFI
¡Para que ruede se ha hecho la pasta!
MYRNA
Que eras rico y ahora estás sin dos pesetas.
RUFI
No haber comprado tres camisetas.
EDUARDO
Son las cosas, que hoy están de tal manera
que aunque quiera no consigue nadie ahorrar.
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería.
Hay que gozarla
y hay que reír.
RUFI
¡¡Ja, jay!!
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería,
pues de un berrinche
puedes morir.
EDUARDO
A veces vives tú sacrificao,
y al conseguir tener un duro ahorrao…
RUFI
Te piden dos retratos;
¡ya ves el resultao:
dinero que has tirao!…
Tomar la vida en serio
es una tontería.
Hay que gozarla
y hay que reír.
MYRNA Y EDUARDO
¡Plin!
¡A mí, plin plin plin!
¡A mí, plin plin plin!…
MYRNA
Tomar la vida en serio
es una tontería,
pues de un berrinche
puedes morir.
EDUARDO Y RUFI
¡Plin!
¡A mí, plin plin plin!
¡A mí, plin plin plin!…
LOS TRES
¡Hay que tomarla a broma!
¡¡Hay que vivir!!
OTTO, FRITZ Y LAS TIROLESAS
UNA TIROLESA
El baile tiro-tirolés,
qué fácil y bonito es.
Se dan de bofetadas
muy contentos, como ves.
TODOS
El baile tiro-tirolés
requiere ritmo y tafetán,
que a veces te equivocas
y en la boca todas te las dan.
(Bailan la típica danza tirolesa de las bofetadas.)
RUFI.
– (Hablado.) Hombre, les voy a preguntar un “¿Qué le dijo?” ¡A ver si lo
saben!
MUDIR.
– ¡Bah! ¡Eso se pasó ya de moda! Lo que ahora se estila es un “¿Qué
contesta?” Verán ustedes. (Fuerte en la orquesta.)
HABLADO SOBRE LA MÚSICA
(A Otto.) ¿Qué te crees que contesta Fritz si le preguntan por qué se puso tan contento cuando el médico le dijo que tenía una cosa de hígado?
TODOS (Cantado.)
¿Qué contesta?
OTTO.
– Pues contesta…, pues contesta que se puso muy contento porque la cosa que tenía de hígado era una lata de “foie-gras”.
RUFI.
– Vamos a ver, Fritz. ¿Qué te crees que contesta una mujer muy celosa cuando el marido le pide permiso para irse solo a los toros?
TODOS (Cantado.)
¿Qué contesta?
FRITZ.
– Pues contesta…, pues contesta que como es muy celosa, no le deja ni a sol ni a sombra.
TODOS (Cantado.)
¡Otto y Fritz,
Otto y Fritz,
son dos tipos populares!…
Y hoy me voy
a reír
con los cuentos de Otto y Fritz…
RUFI.
– ¿Qué te crees que contesta un mozo de almacén después de haberse pasado
el día atando paquetes?
TODOS (Cantado.)
¿Qué contesta?
OTTO.
– Pues contesta…, pues contesta que cuando llega la noche está ya loco. ¡Pero loco de atar!
EDUARDO.
– Vamos a ver, Otto. ¿Qué te crees que contesta Fritz a un almacenista
de patatas si le pregunta en qué se parecen?
TODOS (Cantado.)
¿Qué contesta?
OTTO.
– Pues contesta…, pues contesta… que él cuenta cuentos y él vende patatas para la misma cosa: para que se monden.
TODOS (Cantado.)
¡Otto y Fritz,
Otto y Fritz,
son dos tipos populares!…
Y hoy me voy
a reír
con los cuentos de Otto y Fritz…
¡Otto y Fritz,
Otto y Fritz,
son dos tipos populares!…
Y hoy me voy
a reír
con los cuentos de Otto y Fritz…
TU MELODÍA LLEGA A MÍ
EDUARDO.- (Hablado sobre la música.) Sé que cuando pasen los años y esta
aventura se haya borrado de tu memoria, mi música llevará a tu corazón el recuerdo del hombre que más te ha querido… ¡Óyela ahora!… Es como tú: apasionada y sensual, triste y alegre a la vez. La titulo “Aquella noche de El Cairo”…
MARTHA.
– ¡Aquella noche de El Cairo!…
(Eduardo empieza a tocar con el violín una melodía que Martha oye llena de emoción.)
MARTHA (Cantado.)
Tu melodía llega a mí.
y en mi recuerdo evocará
que en el ambiente abrasador
de aquella noche tropical
sentí en mi sangre su calor
en un momento sentimental.
Noche de El Cairo.
llena de hechizo,
noche que embrujas
como un bebedizo.
Bajo el silencio
de tus estrellas
aprisionó mi boca
y yo cerré los ojos…
y el alma le entregué.
VICETIPLES
¡Noche que embrujas
como un bebedizo!
MARTHA
Aprisionó mi boca
y yo cerré los ojos
y el alma le entregué.
¡Noche de El Cairo,
darte al olvido jamás podré!…
(Al terminar el número, Martha y Eduardo quedan
abrazados en el fondo.)