ME LLAMAN LA PRESUMIDA
Sainete lírico en tres actos
Texto original de Francisco Ramos de Castro y Anselmo C. carreño
Música de Francisco Alonso
PERSONAJES Y REPARTO
GRACIA …………………………….. MARUJA VALLOJERA
DOÑA OLGA ………………………………… AMPARO BORI
PEPA …………………………………………. MARÍA TÉLLEZ
LOLA …………………………………………… NATI PIÑEIRO
TERE …………………………………………….. SRA. GÓMEZ
CARMEN …………………………………………. SRTA. VERA
PALOMA ……………………………………. SRTA. CARRIÓN
POMPI …………………………………………… SRTA. ZAFRA
PACO ………………………………………. LUIS SAGI-VELA
DON BASILIO …………………………. FRANCISCO ARIAS
PEPE ……………………………….. SALVADOR CASTELLÓ
CAYETANO ……………………………….. ELADIO CUEVAS
SEÑOR URQUIJO ……………………….. FRANCISCO RUIZ
SEÑOR EUGENIO …………………… RAFAEL GALLEGOS
HETERODINO ……………………. VICENTE GÓMEZ BUR
MUCHACHO 1/ MUCHACHO 2…………………………… SR. RODRÍGUEZ
SANTI …………………………….. SR. DAINA
MUCHACHO 3…………………………………. SR. RITORÉ .
Estrenado el 4 de diciembre de 1935 en el Teatro Ideal de Madrid.
ACTO PRIMERO
La acción transcurre en una plaza de los barrios bajos de Madrid, a la que ha llegado la moderna urbanización. El suburbio resulta ser el barrio de Chamberí a mediados de los años treinta. En la plaza se encuentran el puesto de verdudas de doña Olga y su hija Pepa; el estudio de fotografía de don Basilio, que a su muerte heredará su sobrino Cayetano; una tienda de modas en la que trabajan Gracia, Pepa, Carmen y Lola; y el taller de joyería de don Eugenio en el que trabaja Paco, un joven aprendiz de joyero que está enamorado de Gracia, la bella y presumida encargada de la tienda de modas, que le desprecia con frescura causando la risa de las demás modistillas de la tienda.
PACO
Por una chica del barrio
Estoy mochales perdío.
Por una chica del barrio
que me ha dejado sin sentío.
GRACIA
No me tomes más de prima,
que hace tiempo que te quiero…
PACO
¿Qué?…
GRACIA
¡Que te quiero ver en Lima!
PACO
A mí me va pareciendo,
y con tristeza te escucho,
que a mí me va pareciendo
que estás presumiendo mucho;
ya te llegará,
ya te llegará,
ya te llegará,
y así Dios permita
que cuanto te llegue…
GRACIA
¿Qué?
PACO
No te pase ná,
no te pase ná,
no te pase ná,
ya te llegará.
Sólo sueño con tu querer,
que lo llevo dentro de mi corazón,
y yo te he de convencer;
deja que el tiempo me dé la razón,
y te lo diré.
GRACIA
Yo quiero dichosa ser,
¡olé que sí!
No quiero saber de amor jamás,
que nunca busqué el querer,
¡olé que no!
En el barrio no hay ninguna
como yo;
si soy presumida, cosas de la vida,
y sanseacabó.
PEPA, CARMEN, LOLA Y CHICAS
Vaya un tío más latoso,
piensa que es marchoso,
y es un funeral.
Vaya pipi distraído;
este se ha creído
que hoy es carnaval.
No le tomes más el pelo,
porque es un camelo
de los de postín.
Si te obsequia con un trino,
se supone el primo
que te hará tilín.
Dile ya que no
Dentro del estudio de fotografía se oye un estruendo y aparecen en escena los novios, los padrinos y los invitados de una boda persiguiendo a Cayetano, joven fotógrafo que trabaja en la tienda de su tío Basilio, cuarentón, soltero y chulapo, que no hace vida de su sobrino. Don Basilio se encara con Cayetano, que –frívolo y moderno– tiene unas ideas muy extrañas sobre el arte de la fotografía, proponiendo descabelladas poses no habituales en los retratos de bodas que le han acarreado más de un disgusto y espantan a la clientela. En la plaza quedan hablando doña Olga, Pepa y el señor Urquijo, un pobre viejecillo, abuelo de nueve nietos, con su hija en el paro y el yerno fugado, cuya tienda es una manta en el suelo con un estrafalario bazar de cosas que no tienen ninguna utilidad ni interesan a nadie. Pepa pregunta al señor Urquijo si ha visto pasar a Pepe el «Chevalier», que lleva trastornadas a todas las mozas del barrio. Ella tiene novio formal pero está colada por el donjuán, primer «boy» de la compañía de Celia Gámez, y amigo de la infancia de Paco. Del taller salen Carmen y Lola, que son interrogadas por tres muchachos que buscan a Gracia, la maestra.
MUCHACHO 1.º
¿Es aquí dónde trabaja
una modista marchosa.
MUCHACHO 2.º
Que por nombre tiene Gracia…
MUCHACHO 3.º
¿Y es la Gracia de Madrid?
PEPA
Por ese nombre contesta
de este taller la encargada.
LOLA
Pero tengan cuidadito,
que no está pa recibir.
MUCHACHO 1.º
¿Ustés aquí qué buscan?
MUCHACHO 2.º
Eso pregunto yo.
MUCHACHO 3.º
A mí me ha citao ella.
MUCHACHO 1.º
Y a mí.
MUCHACHO 2.º
Y a un servidor.
GRACIA
Alto el carro, señores,
no vayan a volcar,
que en el camino hay baches
y es peligroso andar.
Yo no he citado a nadie,
ni en el taller, ni aquí;
ustedes han venido
na más que porque sí.
Dejen ya la calle franca;
no molesten, ¡so pelmazos!,
Que mis horas de visita
son más tarde y en mi barrio.
Quítense de mi presencia,
porque ya me estoy cansando.
¡Digo!¡Vaya! Con que pueden circular.
ELLOS
Quisiera yo tener
salero al por mayor
y así pintarla mi querer
en una flor.
LOLA Y PEPA
Ustés no pintan na,
y lárguense de aquí,
que hay muchas puertas
que pintar en to Madrid.
ELLOS
Yo quisiera obedecerlas,
pero no me da la gana,
porque tengo la costumbre
de admirar las chicas guapas.
PEPA, LOLA Y GRACIA
Pues nosotras las escoltas
las pagamos muy baratas.
¡Digo! ¡Vaya! Que aún se puede presumir.
GRACIA
Una mujer madrileña,
con alma y con simpatía,
no debe hablar a los hombres
sin pasar la vicaría.
Con que vaya usté con ….
TODOS
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa,
tiene que ser cariñosa,
y si es desdeñosa,
mejor que mejor.
GRACIA
Con que vaya usté con…
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa..
TODOS
Tiene que ser cariñosa.
GRACIA
Yo soy desdeñosa,
que es mucho mejor.
Cuando salen las chicas del taller para ir a comer se encuentran a Pepe el Chevalier, alque todas encuentran muy atractivo, excepto Gracia, que dice que el «Chevalier» le tiene sin cuidado y que no comprende cómo sus amigas están loquitas por él. Éste les invita a unos aperitivos y, cuando se dispone a entrar en el bar, sale Paco de su taller y le llama para pedirle un favor. Aprovechando su amistad y la experiencia de Pepe con las mujeres, Paco, que es más apocado, le pide que tantee a Gracia; que le hable de él para ver lo que dice y saber si puede abrigar esperanzas, ya que, por temor a sufrir un desengaño, no se atreve a decirla que la quiere. Craso error, porque aunque Pepe accede con las mejores intenciones de ayudar a su amigo, y se declara en favor de Paco, Gracia piensa que es Pepe quien la pretende y se rinde a sus encantos. Al principio, Pepe no sabe cómo reaccionar, pero al final no desaprovecha la ocasión –ni siquiera por la amistad de Paco– para añadir un nombre más a su ya larga lista de conquistas.
GRACIA
Hace tiempo que he leído
en los ojos de tu cara
el cariño que sentías
y tratabas de fingir.
Hace tiempo que he escuchado
en mis sueños de amargura
las palabras cariñosas
que me acabas, Pepe, de decir.
PEPE
Yo te juro…
GRACIA
No me jures,
que comprendo tu temor.
PEPE
Yo te digo…
GRACIA
No me digas,
que diciéndolo es peor.
PEPE Oye chica…
GRACIA
No te escucho,
que adivino tu pensar.
PEPE Sin embargo…
GRACIA
No te canses,
que te vas a fatigar.
PEPE
Escúchame un poco,
que vas muy ligera;
figúrate, Gracia,
que no te quisiera,
y que otro estuviera
penando de amor.
GRACIA
No me gaste bromas,
que no estoy de humor.
Cuando os habla la mujer,
de memoria sabe ya
si el que la hace padecer
la camela de verdad.
Si me quieres
y te quiero,
con cariño verdadero,
que marchoso es el querer
cuando os habla la mujer.
PEPE
Yo aprovecho este momento,
porque está… ¡Preciosa!
Si a mis manos ha llegado,
¿qué he de hacer?… ¡Graciosa!
GRACIA
Ya es horita que te arranques
y que dejes de dudar.
PEPE
Es que estaba emocionado
por tu amor. ¡Mi vida!
GRACIA
Ahora puedo respirar.
PEPE
Cuando manda el corazón,
es difícil protestar,
porque puede la razón
y es inútil vacilar.
Ni las dudas que tenía
han borrado mi alegría,
que es más grande la ilusión.
LOS DOS
Cuando manda el corazón.
Te daré
solo a ti
mi querer.
Basilio vuelve a la tienda de fotografía acompañado por Paloma, una guapa mujer –bien vestida pero un poquito flamenca– a la que quiere retratar «artísticamente» en paños menores a cambio de algún regalo. Mientras éstos entran en el estudio, en la plaza tiene lugar una graciosa escena con Heterodino, un joven locutor de Unión Radio, que habla cómicamente con un enrevesado discurso de anuncios radiofónicos. Heterodino propone matrimonio a Pepa, pero ella le rechaza argumentando que es una mujer moderna y que prefiere a un joven que no le hable de boda, como Cayetano. Paco sale del taller y le pregunta a Pepe por el resultado de la conversación con Gracia; éste no sabe qué responder, y trata de ocultarle lo ocurrido contestando con evasivas.
PACO
¿La has hablado? ¿Qué te ha dicho?
PEPE
¡Hola, Paco! ¿Cómo estás?
PACO
Te pregunto si la has visto, si me quiere…
PEPE
Tú verás…
PACO
¿Pero qué me estás diciendo?
¿Es que te burlas de mí?
PEPE
Yo comprendo tu vehemencia.
PACO
Yo no te comprendo a tí.
PEPE
Pues retira lo de burla,
que yo no me sé burlar.
PACO
Pero bueno, en qué quedamos.
¿Es que no quieres hablar?
PEPE
Ten paciencia, no te alteres,
que ahora mismo lo sabrás;
la cosa fue…, la cosa más sencilla;
la cosa fue…, un tanto inesperá;
la cosa fue…, si vieras qué chiquilla….
la cosa fue…, la cosa fue, sus miajas impensá.
PACO
La cosa es…, que no me dices nada;
la cosa es…., que estoy pa reventar;
la cosa es…, que como no hables claro…,
la cosa es, la cosa es, que alguno va a palmar.
PEPE
Yo te quisiera decir, ¡válgame Dios!
PACO
Yo no te puedo entender, dímelo ya.
PEPE
Es que el asunto es aquí,
pa entre los dos,
y no me atrevo a decírtelo yo
porque no has de creer la verdá.
PACO
Si es que te ha dicho que no,
dímelo ya.
PEPE
Yo no te puedo decir
lo que pasó.
PACO
Háblame, Pepe, por fin, con claridá,
que aunque sea que no, no pasa na.
A esa mujer no la puedo olvidar….
Es su querer lo que me hace penar,
y tiemblo como un niño
al ver que su cariño,
¡sueño loco!, no puedo conquistar.
PEPE
Esa mujer yo no sé que me dio,
cuando escuché las palabras que habló.
PACO
Explícate sin miedo,
que quiero yo saber
lo que te pasó.
PACO.
– Habla, Pepe
PEPE.
– La cosa fue…
PACO.
– Habla de una vez, ¿no ves que me tienes loco?
PEPE.
– Pues… verás.
PACO.
– ¿Es que no quieres hablar?
PEPE.
– ¡Cálmate!, Paco. ¡Cálmate!
PACO.
– Pero como voy a tener calma. Estoy loco.
Y tiemblo como un niño
pensando en su cariño;
vivo y muero
tan solo por su amor,
que me llena
de angustia y dolor.
La quiero para mi
y no podré olvidarte
que mi cariño
fue solo para ti.
PEPE
Jamás pude pensar
que fuera yo capaz de querer la mujer
que quiere para sí
aunque me resisto
su amor quiero tener
sólo para mí.
LOS DOS
¡La cosa es, la cosa es,
que no me/le has/he dicho casi na!
Todo el enredo se ve complicado cuando una presumida Gracia confiesa a sus amigas Carmen y Lola –que también se disputan al «Chevalier»– que ella y Pepe están juntos. Paco tiene un arranque de violencia, que es sofocado con la acostumbrada indiferencia de Gracia. Ante los gritos, don Basilio, doña Olga, Pepa, Cayetano y el señor Eugenio, junto con modistas y demás curiosos, salen a la plaza para presenciar el altercado.
PACO
Yo no es que riña. Yo es que le escupo,
que le desdeño por su traición…
PEPE
Si a ese extremo llevas las cosas,
me carcajeo de tu intención.
PACO
Aunque te rías, yo te aseguro
que llevas siempre las de perder.
GRACIA
A ver si alguno me explica el caso.
Que yo me entere, si puede ser.
BASILIO
Es muy justo.
OLGA
Que se aclare.
CAYETANO
¿Qué sucede?
PEPA
¡No lo sé!
EUGENIO
Vente, Paco.
CARMEN
Vamos, Gracia.
LOLA
Esto es serio.
PEPE
Ya se ve.
PACO
Porque la quiero de veras
me daba miedo de hablar…
Y si él dice que te quiere,
no le debes escuchar,
porque te quiero de veras.
GRACIA
Le quiero porque le quiero,
y en mi querer nadie manda.
Le quiero porque me gusta,
y porque me da la gana.
PEPE
¿Está claro?
PACO
¡Si es mentira!
BASILIO
¡Melodrama!
OLGA
¡Cállese!
CAYETANO
Va a haber hule.
PEPA No lo creo.
CARMEN
Vente, chica
LOLA Déjale.
GRACIA
Cuando manda el corazón
es difícil protestar.
Porque puede la razón
y es inútil vacilar.
Ni las dudas que tenía
se han llevado mi alegría,
que es más grande la ilusión
cuando manda el corazón.
PACO
Yo la quiero
y es inútil vacilar.
Se ha llevado mi alegría
y es más grande la ilusión
cuando manda el corazón.
PEPE
El amor no debe vacilar,
que es más grande la ilusión
cuando manda el corazón.
LOS DEMÁS
Quién pensaría
que los dos reñirían
defendiendo con tesón
lo que manda el corazón.
PACO
Por una vez en la vida
me permito presumir;
pa decirte… que te quiera,
me lo tienes que pedir.
GRACIA
Una mujer madrileña,
cuando presume de guapa,
echa a los hombres a un lado
y se ríe de amenazas.
Con que vaya usté con….
TODOS
Una mujer madrileña,
cuando a los hombres desprecia,
tié que tener valentía,
porque acaso un día
la puede pesar.
ACTOS SEGUNDO Y TERCERO
CUADRO PRIMERO.– Dos meses después, en pleno verano, las cosas siguen más o menos igual en la plaza chamberilera; sólo que, en una tienda que antes estaba vacía, ahora hay una horchatería regentada por el señor Urquijo, cuyo yerno fugado se presentó con algún dinero. Lola tampoco es la modistilla de antes; ha tenido suerte en el teatro y ahora viste bien, aunque un poco llamativa. Don basilio sigue con sus sesiones fotográficas privadas y ha embrollado a otra joven –una tal Tere– , pero ésta le sale díscola y se va montando un escándalo y prometiendo contar a su novio las pretensiones del fotógrafo. Y el pobre Paco sigue calladamente enamorado de Gracia, compungido y esperando resignado una nueva oportunidad para declararse.
PACO
No sé lo que me sujeta,
que quiero marcharme lejos,
y no me separo apenas
de lo que quiero olvidar.
Morena de mis achares,
que vas vendiendo alegría,
a mi vera vendrás algún día.
llorando de pena,
y entonces, morena,
te tiés que acordar,
que no fuiste buena.
Si pudiera convencerte,
modistilla postinera,
se acababa mi tormento,
y las dudas que ahora siento
se alejaban ya de mí.
Sin tu cariño no vivo,
porque soy de tu gracia cautivo,
y sólo quisiera tenerte a mi vera
y estar junto a ti, mujer retrechera.
Si llegara el día
que con ansia espero,
loco te diría,
lleno de ilusión:
Madrileña graciosa,
que en el alma te llevo;
en tus ojos me miro
y en tu garbo estoy preso.
Madrileña graciosa,
me tendrás que querer,
que si tú eres marchosa,
yo no soy el juguete
de ninguna mujer.
Yo quisiera dejarte
y no puedo marchar.
Sólo pienso en quererte
y en volver a soñar;
y te juro, si vuelves, al fin
te sabré conquistar.
Madrileña graciosa,
no te puedo olvidar.
Heterodino aparece ahora cortejando a Gracia, y Paco –sin venir a cuento– se interpone como amparo de Pepe, a quien sigue considerando su amigo. También por esos días el barrio está revolucionado como consecuencia de un simulacro de ataque con gases asfixiantes debido a la posible amenaza bélica; para ello, el Ayuntamiento reparte unas aparatosas masacrillas antigás y cada cual tiene un papel determinado: las chicas son enfermeras, el señor Urquijo ayudante de la Cruz Roja, y Paco y Basilio afectados por los gases. Don Basilio aprovecha para cortejar seriamente a doña Olga cuando llegan Cayetano y Pepa con las máscaras. Cayetano, aprovechando la cuerda que le da Pepa, se encarga de visitar a las mujeres que retrataba su tío para recuperar las joyas que éste regalaba a cada una de sus «modelos».
PEPA
Yo soy una mujer
que no se quié casar,
que tiene que vivir y disfrutar.
En cosas del querer
no vale tropezar;
yo soy una mujer que no se quié casar.
CAYETANO
Yo soy un chico bien,
castizo y de postín,
que busco a la mujer
con muy mal fin.
Si no te quiés casar,
de acuerdo; que a mí, plín.
Yo soy un chico bien, castizo y de postín.
PEPA
La mujer moderna
tiene que vivir.
CAYETANO
Ta, ta, ta, ta, ta, ta,
ta, ta, ta, ta.
El gachó del día
tié que disfrutar.
PEPA
La mujer moderna
vive pa reír.
CAYETANO Ta, ta, ta, ta, ta, ta,
El gachó del día
vive pa bailar.
PEPA
Que el mundo es bailarín
aquí y en Singapur,
en Rusia, Budapest y San Feliú.
CAYETANO
Y tos los chicos bien
hoy beben whisky ya,
pernoses y cuantróses
y Mari Brisard.
PEPA
La mujer no se priva de nada.
CAYETANO
Y los hombres se hacen migas al bailar.
PEPA
En el cabaré la gente se disloca,
y los pollos rás se bailan la carioca.
CAYETANO
Y la orquesta negra, se arma la balumba
¡Toma! ¡Dale! ¡Zumba!
Ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta… ¡Pon!
PEPA
En el cabaré imito a las del cine,
y bailando soy el gran Sachagudine.
CAYETANO
Pues si yo me pico,
soy un Harry Fleming.
LOS DOS ¡Toma! ¡Dale! ¡Venga!
Hasta diñarla hay que bailar.
¡Ja!
Pepe y Gracia siguen saliendo juntos, pero se están peleando constantemente; y más últimamente, debido a que Lola se ha metido en el mundo artístico y tiene de pareja a Pepe, por lo cual Gracia se siente celosa, ya que éste pasa mucho tiempo con Lola. Paco presencia una de estas peleas y, haciendo de tripas corazón, insta a Gracia a que no sea tan presumida y orgullosa y se reconcilien. Aprovechando un momento a solas, Gracia y Paco hablan seriamente, pero no llegan a nada porque vuelve Pepe. Gracia, aunque le pese, está comprobando que en realidad no ama a Pepe ni éste a ella, pero hace caso al consejo de Paco y cogiendo del brazo al «Chevalier», se marchan juntos.
PACO No reñir por tan poco,
que no hay motivo,
que hay que ser en la vida
más reflexivo.
PEPE
Es que no hay quien la aguante
ni quien la dome;
por la cosa más tonta
se descompone.
GRACIA
Menos palabrería
hace aquí falta,
que las buenas acciones
son las que cantan,
y una servidorita,
no está dispuesta
a sufrir los desprecios
de un sinvergüenza.
PACO
Tú no te alteres, que está ofuscada
con tus desdenes.
Pepe es buen chico,
me consta a mí,
y estoy seguro que está por tí.
PEPE
Está ofuscada, porque se piensa
que la doy marcha,
y este es un caso
para emigrar,
porque estoy harto
de regañar.
GRACIA
Pues no hay motivos pa disgustarse,
que a mí estas cosas me sientan mal.
¡Ah!
Me llaman la presumida
porque en los hombres no creo,
pues no merece ninguno
lo que sufrimos por ellos;
que no se encuentra tan fácil
un hombre de calidá.
Por eso soy presumida,
y presumo de verdá.
PACO
Hay algunos que quieren
con toda el alma,
y en lugar de dar voces
sufren y callan;
eso a Pepe le ocurre,
tu bien lo sabes.
Olvidar lo pasado
y hacer las paces.
La quiero más que a mi vida
y por callarlo me muero;
el alma me dice olvida
y el pecho me hace traición,
y aunque con ansias la quiero,
me retuerzo el corazón.
GRACIA
Pues en vista de que aquí sobre una,
por las buenas me voy a largar.
PACO
No presumas y vete con Pepe.
PEPE
¡Esta quiere volver a empezar!
GRACIA
Me llaman la presumida,
y presumo de verdá.
CUADRO SEGUNDO.
Patio del vecindario donde viven Gracia, Carmen, Paco y Heterodino. A través de las ventanas tiene lugar un nuevo desencuentro entre Gracia y Paco, a pesar de que éste le confiesa su antiguo amor por ella, y ésta su desengaño con Pepe.
GRACIA
Si presumo es porque quiero,
¡vaya si es verdad!
Porque hay gracia y hay salero
para presumir.
No te pongas tan coplero,
¡vamos, anda ya!,
Que me vas a hacer reír,
y eso no es formalidá.
PACO
No me seas postinera,
que no es por ahí,
ni te subas a la higuera,
que te pués caer,
porque en lo que estés soltera,
aún te puedes convencer.
En la gracia de tu cuerpo
me prendí
y en el fuego de tus ojos
me quemé.
Yo soñaba con llamarte mía,
pero mi porfía pronto abandoné.
GRACIA
En la gracia de un piropo
de postín,
mi ilusión quedó prendada
con la flor.
Yo pensaba que amor me dirías;
pero con los días
no llegó el amor.
PACO
Con mi cariño jugaste,
y me ha dicho el tiempo
toda la verdá.
GRACIA
Tú fuiste poco oportuno,
y el amor es cosa
de oportunidad.
PACO
No recuerdes con tus burlas
lo que ya pasó;
fui cobarde, lo comprendo,
que le voy a hacer.
Olvidemos para siempre
lo que ya no puede ser.
Aunque quiera, no podré olvidar.
GRACIA
¡Ni yo!
PACO
El cariño que pensé lograr.
GRACIA
¡Y yo!
PACO
Porque me ha robado el alma entera.
GRACIA
Aunque yo me muera,
lo sabré callar.
LOS DOS
La ilusión que se ha marchado,
esa nunca volverá.
CUADRO TERCERO.
De nuevo en el escenario principal, donde tiene lugar el simulacro de ataque con gas. La madre de Carmen entrega a don Esteban una sortija con una foto de su hija para que le ponga brillantes alrededor; éste lo encuentra muy cursi y se lo da a Paco para que lo haga él, que se lo pone en un dedo para no perderlo. Doña Olga convence a Gracia para que deje su testarudez y ponga las cosas en claro con Paco, porque se da cuenta de que Gracia sólo sigue con Pepe por niñería y a quien verdaderamente quiere es a Paco, el cual sólo espera que ella se muestre un poco más cariñosa para demostrarle que la quiere; luego media con Paco, que está acercándose peligrosamente a Carmen, para que vuelva a verse con Gracia. Pero una vez más el encuentro de Paco y Gracia termina como el rosario de la aurora, porque ella descubre en el dedo de Paco el anillo con el retrato de Carmen y, creyéndole comprometido con ella, vuelve a ponerle en ridículo con sus desdenes sin que él sepa ni siquiera por qué. Gracia, presa del ataque de rabia que tiene, se dispone a quitar a Lola de su camino con Pepe y casarse con él. Cuando se dispone a hablar con Lola ésta le pide perdón y le confiesa que esta embarazada de Pepe.
Gracia siente compasión por ella y la perdona. Mientras tanto, Santi –el novio de la Tere–, muy ofendido por las fotos que don Basilio le hizo a su novia, sigue empeñado en encontrar al fotógrafo para darle una somanta de palos.
OLGA Un socio le busca
con mala intención.
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
Y usté tiene miedo,
con mucha razón.
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
Por zarramplín
y carcamal
se ve usté así.
BASILIO
No alce la voz,
que puén oír
a lo peor.
OLGA
Aquella faena
la tié que pagar.
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
¡Felón! ¡Melón! ¡Rufian!
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
¡Lo sé!
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
¡Qué va!
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
Pue decirle la verdá.
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
Que se durmió.
BASILIO
Uuuuu… Uuuuu… Uuuuu…
OLGA
¿Y qué culpa tengo yo?
Usté tie que ser
un hombre formal,
pues tiene el deber
de ser muy leal,
con una mujer.
¡Por Dios! ¡Verdá!
BASILIO
Uuuuu…
OLGA
Es jugarse el corazón.
Usté es donjuanesco
y asaz trapalón.
BASILIO
Uuuuu…
OLGA
Que sí.
BASILIO
Que no.
OLGA
Que sí.
BASILIO
Que no.
OLGA
Que sí.
BASILIO
Que no.
Pepe arregla su relación con Gracia quedando como amigo de ella para cumplir con Lola, más por gusto que por obligación; y dice entonces a Gracia que el anillo que llevaba Paco era sólo para repararlo. Como Gracia no sabe que Paco hace de atacado en el ensayo de los gases asfixiantes, cuando llega a la verdulería –que es donde se celebra el simulacro– se encuentra a Paco con la careta puesta, por lo cual no le conoce. Pepe, que sabe que los dos se aman en secreto y que el único inconveniente es la presunción y el orgullo de Gracia, pregunta a ésta si ama a Paco de verdad, y Gracia le contesta que con toda su alma. Al oír esto, Paco se quita la careta, con lo que –¡por fin!– Gracia y Paco terminan emparejándose. Doña Olga y don Basilio –que se ha salvado por los pelos de la paliza que Santi quería propinarle– también se van a casar; así como Pepa y Cayetano, que dejan atrás sus modernidades e inician planes de boda; y como anuncia Heterodino: ¡todas las mujeres del barrio se casan!… Al menos, todas las que pueden.