Músicas sudamericanas

MÚSICAS AMERICANAS EN EL TEATRO DEL MAESTRO ALONSO

Por José Prieto Marugán

Como es sabido, la zarzuela nace como espectáculo cortesano a mediados del siglo XVII, evoluciona con altibajos en el siglo XVIII, se consolida hacia 1830 y, atravesando etapas felicísimas y épocas dramáticas, llega hasta nuestros días. Hablamos de más de 350 años de historia de un espectáculo que nuestro Diccionario define como “obra dramática y musical de origen español en que alternativamente se habla y se canta”. Conviene recordar también que, en España, llamamos “zarzuela” a un buen número de géneros teatrales distintos (zarzuelas, comedias musicales, operetas, sainetes, …).

Hacia el año 1850 se produce un gran resurgimiento de la zarzuela gracias al trabajo de compositores como Joaquín Gaztambide (1822-1870), Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894) o Cristóbal Oudrid (1824-187), cuyas obras fueron las primeras en llegar al continente americano. Consta que en 1853, se presentó en La Habana Jugar con fuego, de Barbieri; Catalina, de Gaztambide, se vio en la isla en 1868 y, en Filipinas, en 1879, compañías teatrales españolas representaron Jugar con fuego y El barberillo de Lavapiés.

La zarzuela llegó a expandirse por todo el continente americano, desde Méjico a Chile y hasta Filipinas. Nombres de compositores como Gaztambide, Barbieri, Bretón, Fernández Caballero, Guridi, Sorozábal, Guerrero, Moreno Torroba y Alonso, fueron conocidos y admirados en aquellas tierras. El éxito de la zarzuela fue espectacular y el género se asentó en aquellas tierras, llegando a dar frutos salidos del trabajo y el ingenio de los artistas americanos, que incluyeron temas autóctonos y referencias musicales a su propio folclore. 

Ritmos sudamericanos en la obra de Francisco Alonso

Al ser zarzuela, en cualquiera de sus numerosos subgéneros, un espectáculo lírico y popular, su música abarca tanto formas musicales propias del teatro cantado (arias o romanzas, dúos, tercetos, cuartetos, números corales o instrumentales…), como, elementos de origen popular representados por danzas diversas, tanto de origen folclórico (seguidillas, jotas ,..) como de lo que conocemos como “folclore urbano” (formas nacidas en el siglo XX en las ciudades). Todo ello con el doble objetivo de dar ambiente y vistosidad a sus creaciones.  Los músicos españoles han ido adornando sus partituras con estas músicas de creación propia y con la incorporación de otras ajenas, pasadas por el tamiz de su inspiración y de su oficio.

Uno de los compositores de zarzuela del siglo XX que mejor supo sacar partido de estas combinaciones fue Francisco Alonso López, nacido en la ciudad de la Alhambra en 1887 y fallecido en Madrid en 1948. Alonso fue un músico dotado gran personalidad cuyas partituras tenían un estilo muy reconocible, tanto que el público decía de ellas que eran “marca de la casa”. Compuso numerosos pasodobles y, curiosamente, fue un maestro del chotis, forma musical representativa de Madrid, que él supo asimilar con personalidad propia.

Además, siendo ya un compositor asentado, Alonso quiso dotar a sus obras de un carácter innovador para adaptarse a la evolución del género y seguir obteniendo los éxitos que ya había disfrutado en ocasiones, Tenemos el testimonio de primera mano de su hija Carmen Alonso de la Joya, que nos contaba que su padre escuchaba la radio, de noche, para oír las músicas que se hacían en otras altitudes. Seguramente por esa vía, llegaron a sus pentagramas alguno de los ritmos y formas del otro lado del Atlántico.

Revisando la obra de Francisco Alonso encontramos, al menos, más de 60 fragmentos de músicas cubanas, mexicanas, argentinas y brasileñas, además de al menos tres fados portugueses y cerca de cuarenta foxs norteamericanos.

Vayamos ahora un poco al detalle de estas músicas alonsinas y latinoamericanas y empecemos por el bolero, danza de origen español que en América redujo su ritmo para dar lugar a un baile más pausado. Dos buenos ejemplos son el bolero de la fantasía musical Róbame esta noche o el de la revista Gran Clipper, que Alonso supo convertir en delicada canción de cuna, con el título de la «Nana antillana». Podemos recordar otros dos boleros, aunque de inspiración española. El primero, es el elegante y distinguido de la zarzuela La castañuela; el segundo, pertenece a Curro el de Lora y es instrumental, lo nos permite comprobar la finura de la orquestación de Alonso.

Róbame esta noche – Sueño con tu cara
Intérprete: Angelita Navalón

Gran clipper – Nana Antillana
Intérprete: Rina Celi

La castañuela – Bolero
Intérprete: Felisa Herrero

Curro el de Lora – Aire de bolero
Director: Juan de Udaeta

La guaracha es canción cómica o picaresca, de ritmo rápido y marcado, muy empleada desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX. La alegría vital que encontramos en A La Habana me voy, fue titulada “La guarachita”.

A la Habana me voy – La guarachita
Intérprete: Mary Begoña

Ejemplos de músicas cubanas vivas, vibrantes, con carácter y personalidad, músicas que arrastran y hacen que movamos lor pies sin quererlo, son la rumba y la conga. Aunque existe una rumba flamenca, la que aquí nos interesa es originaria de la isla caribeña, donde nació en el siglo XIX de raíces africanas. El músico granadino la empleó en el conocido “Pregón de frutas” de su comedia lírica ¡24 horas mintiendo!, en la sandunguera “Que viene el coco” de A La Habana me voy, y la transformó en picarona y comprometedora en la zarzuela futurista Ladronas de amor, donde la tituló “El achicharren”.

24 horas mintiendo – Pregón de frutas
Intérprete: Maruja Boldoba

24 horas mintiendo – Qué viene el coco
Intérprete: Mary Begoña

Ladronas de amor – El achicharrén
Intérprete: Elsie Bayron

Conga es el nombre de un baile popular cubano, de ritmo sincopado y origen africano por lo que, inicialmente, se acompaña con tambores, danzándose durante los carnavales. Sólo una conga introdujo Alonso en su teatro lírico. Se titula “Ya se va la conga”, es alegre y divertida y pertenece a la aventura cómica A La Habana me voy.

A la Habana me voy – Ya se va la conga
Intérpretes: Lina Rosales · Maruja Paso · Angelita Alonso

No podemos hablar de Cuba sin referirnos a la habanera, canción y danza surgida en la primera mitad del siglo XIX, de ritmo lento y compás binario, cuyas letras y melodías acariciadoras, tiernas y melosas, nos producen sensaciones de tranquilidad, sosiego y su poquito de melancolía. Para Me llaman la presumida, y en forma de terceto entre Paco, Pepe y Gracia, escribe el granadino una bella habanera. En Rosa la pantalonera, la habanera es una solemne romanza que canta la protagonista. Pero la habanera más famosa de cuantas escribió Francisco Alonso es la chulesca y castiza “Dile al gomoso” del pasatiempo cómico-lírico Las Leandras.

Me llaman la presumida – Habanera
Intérpretes: Antonio Blancas, Angeles Gulín y Pedro Lavirgen

Rosa la pantalonera – Habanera
Intérprete: Teresa Novoa

Las leandras – Dile al gomoso
Intérpretes: Celia Gámez y Carlos Luque

Cerramos las referencias a las partituras alonsinas de inspiración cubana con el danzón, música de origen campesino, originariamente acompañada por tambores y por el güiro que, con el tiempo, ha ido suavizándose, hasta convertirse en la danza nacional de Cuba, aunque hay quienes considera que este privilegio corresponde a la habanera. Un solo de trompeta abre el danzón titulado “Las mimosas”, de la “tricentenaria revista” (como anunciaban los carteles) ¡Taxi, al Cómico!

¡Taxi, al Cómico! – Danzón de Las mimosas
Intérprete: Gemma del Río

Otro país bien representado en el catálogo del Maestro Alonso es México. Su famoso corrido, danza y canción, de origen hispano y carácter narrativo (los corridos pueden ser hablados, recitados o cantados) ha sido popularizados en todo el mundo. De las zarzuelas alonsinas, destacamos el de la opereta cómica Doña Mariquita de mi corazón.

Doña Mariquita de mi corazón – Corrido mexicano
Intérpetes: Conchita Páez y Aurelia Ballesta

La ranchera es otra forma mexicana que está muy unida al popular mariachi, Merece la pena deleitarse con la incluida en ¡24 horas mintiendo!, que en términos zarzueleros es un dúo cómico.

24 horas mintiendo – Anoche te vi en el rancho
Intérpretes: Angelita Navalón y Luis Barbero

Más música mexicana tenemos en la desenfadada y fresca llamada “Canción tapatía” de Luna de miel en El Cairo. El “Rodeo mejicano” de la revista Música, luz y alegría, una de las primeras obras líricas del maestro, presta su ritmo a un texto simpático y con cierto aire “patriótico”, algo exagerado.

Luna de miel en El Cairo – Canción tapatía
Intérprete: Teresa Rabal

Música, luz y alegría – Rodeo mexicano

La chacarera es una canción y también una danza argentina de parejas, que bailan libremente, pero siempre en grupo. Francisco Alonso escribió una chacarera para Manuelita Rosas, un dúo entre Chonica y Manuelica, acompañadas por el coro. Con el título de “Canto a la pampa”, figura otra chacarera en el pasatiempo Las guapas.

Manuelita Rosas – Dúo Chonita y Manuelita
Intérpretes: Conchita Panadés y Charito Leonís

Las guapas – Canto a la Pampa
Intérprete: Celia Gámez

La vidalita es canción popular, en general amorosa y de carácter triste, acompañada con guitarra. En Manuelita Rosas, encontramos un ejemplo, en el denominado “Dúo de la palomita”.

Manuelita Rosas – Dúo de la palomita
Intérpretes: Conchita Panadés y Antonio Medio

No puede faltar en este recordatorio alfonsino e hispanoamericano el tango, canción y danza propias de la región del Río de la Plata y de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo (Uruguay).  Los expertos encuentran en él influencias gauchescas, españolas e italianas, pero a nosotros nos basta con resaltar su carácter de danza urbana y disfrutar de alguno de los ejemplos del compositor granadino. En el “tango gaucho”, perteneciente a Lo mejor del puerto, Martín, uno de sus personajes, canta a los visitantes del barco el motivo de su pena.

La mejor del puerto – Tango gaucho
Intérprete: Mariano Sevilla

No nos resistimos a recordar otro tango, aunque sea de inspiración española y más cercano a lo que conocemos como tango flamenco. Hablamos del simpático, juguetón y picaresco “Tango del ki-ki-ri-kí”, de Curro el de Lora.

Curro el de Lora – Tango del ki-ri-ki-ki
Intérpretes: Ruth Rosique y Aurelio Puente

Brasil, país sudamericano de influencias portuguesas, también llamó la atención del músico que nos ocupa. Un ejemplo es la carioca de la revista de gran espectáculo La de armas tomar, dúo cómico que suena como a fin de fiesta.

Las de armas tomar – La carioca
Intérpretes: Pepa Nieto y Juanito Navarro

La marchiña es canción breve propias del carnaval y muy popular.  La emplea alonso en ¡24 horas mintiendo” como soporte musical de los reproches entre una pareja. Otro ejemplo es la desenfadada y humorística “Tomar la vida en serio”, de Luna de miel en El Cairo.

24 horas mintiendo – Tú siempre dices que sí
Intérpretes: Maruja Boldoba y Alfonso Godá

Luna de miel en El Cairo – Tomar la vida en serio
Intérpretes: Aurora Ballesta, Rafael Cervera y Carlos Casaravilla

Pero si hay una música propia de Brasil esta es la samba, caracterizada por su ritmo vivo y vibrante, que el Maestro Alonso supo llevar a sus partituras. Sirvan de ejemplo el ritmo seductor y pegadizo de “¡Oh, el Samba!”, de Taxi, al Cómico. Maracas y bongos marcan el ritmo de la samba de A La Habana me voy.

Taxi, al Cómico – Oh… el samba
Intérpretes: Gema del Río, Maruja Tamayo y Alady

A la Habana me voy – Siendo chico, chico
Intérpretes: Lina Rosales, Luisita Cernuda y Angelita Alonso

Podríamos continuar con la cita de músicas de origen extranjero en las composiciones de Alonso, refiriéndonos al fado portugués, que podemos escuchar en ¡24 horas mintiendo!, Gran Clipper y La linda tapada, y también al norteamericano fox, que Francisco Alonso cultivó con asiduidad. Pero es momento de dar por finalizadas estas palabras y recomendarles que lo más importante es que sirvan de acicate para que ustedes escuchen la música de Francisco Alonso López.