La llave

La llave (1933)

Género: Humorada en dos actos y diez cuadros.
Texto: Joaquín Vela y Eusebio Sierra.
Música: Francisco Alonso.
Estreno: 16 de diciembre de 1933, en el Teatro Pavón, de Madrid.
Intérpretes del estreno: Amparo Taberner, Concha Rey, Angélica Cortesina, Maruja Vergel, Elva Roy (bailarina), Salvador Videgain, Julio Castro, Manolo Tito y los Sres. Ornat y Vázquez.

Sinopsis: Una fingida disposición del ministerio pretende cobrar un impuesto por los escarceos amorosos extraconyugales, esto da lugar a simpáticos e hilarantes episodios de inspección y denuncia.
Es una comedia grupal donde aparece un taxista, un portero, una diputada en cortes, unas tango girls de un cabaret, un homosexual. El primer cuadro se sitúa en un cabaret, el día antes de la entrada en vigor de la ley, con varios individuos cantando una versión de los nardos de Las leandras. Son dos de los protagonistas: Potenciano, el taxista, y Recuero, el portero, ambos muy mujeriegos. También aparecen, Casilda, una taxi girl y su chulo, Catalino. Sara es una diputada que nos intenta convencer de las ventajas de la nueva ley.
El número que da nombre a la obra lo protagoniza el galán que va a visitar a su amante, una mujer casada, con la inconveniencia de que tres ladrones a ritmo de charlestón le roban la llave de su casa.

En el cuadro tercero Sara y Recuero están buscando a un sátiro que dice infringir la ley y se niega a pagar la tasa y se pilla a Ovidio, un homosexual que liga en el Parque del Oeste. En la búsqueda, las chicas llevan a Ovidio y Catalino a Toledo, donde acaba el primer acto con el precioso Pasodoble de las lagarteranas.
El segundo acto se desarrolla en el Hotel Cupido de Villa-flor, en Segovia. Cerca se encuentra un campamento nudista, para esta escena Alonso firma un chotis de lo más gracioso, en el que el protagonista es Wilfredo el Velloso. Más tarde cantarán un sexteto en el que todos están infestados de polvos pica-pica y una alegoría de los dibujos de Betty Book en el que las bailarinas llevan cabezas postizas de la famosísima diva del cartoon americano.
En el momento en que los protagonistas, hartos de tanto impuesto, deciden divorciarse, sus mujeres recuerdan la noche de bodas y la escenografía nos transporta a un tren.
La obra termina con la suspensión de la ley, la aprobación de una nueva tasa para los viejos verdes y el desfile de toda la compañía.

Las hermanas Cortesina

A ratos vodevil, a ratos revista, a ratos sainete, el texto de La llave, bordea el equívoco y el juego de palabras, aunque es una revista elegante. No faltan los roles habituales: un homosexual, el fresco y las guapas vicetiples, todo ello presentado con lujo y grandes efectos.

De la música escrita por el maestro Alonso, de una gran influencia de las bígaros band americanas, se aplaudió el «pasodoble de las lagarteranas», el «chotis de las desnudistas», el «foxtrot de las castigadoras», una rumba y un número protagonizado por los serenos.

La obra llega a las ochenta representaciones en el Pavón, permaneciendo en cartel hasta el 12 de febrero de 1934. En 1935 sufre una refundición con el título Hijas de mi alma, estrenada en Barcelona el 11 de julio de 1935 y en Buenos Aires el 11 de abril del 36.