«Déjanos escuchar» (nº1)
Novaya, Ibraín, Redit y conjunto:
Lejano se escucha tronar de cañón,
prosigue la lucha,
reñida es esta acción.
Cortinas de llamas impiden el ver
si huyeron los nuestros
o logran vencer.
¡El dios de la guerra les de su poder!
Ibraín:
¡Dios vencedor, que en las sombras ves,
que mira el dolor de un pueblo
aquí a tus pies!
¡Oye el son de sus cánticos
que llegan temblando a tu altar!
¡Hazles triunfar, sé magnánimo
y a nuestros héroes dales ánimos!
Hazles triunfar y el honor salvar,
ya que el pueblo en su oración
te da su corazón.
Tú eres rayo, eres fuego y eres sol,
en los volcanes, al rugir,
se oye tu voz
que hace morir a quien la oye de terror.
Mira nuestra fe, hazles triunfar,
salva su honor y,
en las horas de ansiedad,
Dios terrible, salva nuestra fe, Mumé.
Novaya:
Tú eres rayo y eres sol
y rugir de volcanes es tu voz.
¡Esa voz que hace morir
a quien la oye de terror.
Mira nuestra fe, hazles triunfar,
salva su honor y,
en las horas de ansiedad,
Dios terrible, salva nuestra fe, Mumé.
Reditonio:
Eres rayo, fuego, luz, sol.
Si ruge el volcán se oye tu voz
y todos mueren de terror.
Mira nuestra fe, hazles triunfar,
salva su honor y,
en las horas de ansiedad,
Dios terrible, salva nuestra fe, Mumé.
Conjunto:
¡Dios vencedor
que en las sombras ves,
mira el dolor de un pueblo
aquí a tus pies.
Hazles triunfar,
y el honor salvar,
ve que el pueblo su oración
te da el corazón al rezar.
Dios terrible, salva nuestra fe, Mumé.
«Ya avanza por el pretil» (nº2)
Conjunto:
Ya avanza por el pretil
la guardia del general
al frente de sus diezmil,
ya viene hacia aquí triunfal
qué rostro tan varonil
y qué gesto tan marcial
talento y valor se juntan
en él al lema
fue fiel de patria y honor;
venció al invasor
y no vio martel.
¡Tejed el laurel para el vencedor!
Pirandón:
No se vio un general
que sea igual en puesto
a tener valor.
Es soldado y furriel
y es un coronel
y a veces un gastador.
Novaya:
Los elogios a mi padre
debo agradecer,
porque siento al escucharlos
un sin igual placer.
Todos:
No se vio un general
que sea su igual
en punto a tener valor.
Es soldado y furriel
y es coronel y es
a veces un gastador.
¡Viva el general! ¡Viva el vencedor!
que aquí atrae honor.
«Una columna de muslines» (nº3)
Minarete:
Una columna de muslines
intentó atacar por retaguardia
a nuestra airosa posición.
Pirandón:
Y al descubrirlos en dos alas
ordené formar,
no me cogieran los muslines.
Minarete:
Si no es tan terco
le rompo el cerco
Pirandón:
No me descubras
los momentos de indecisión.
Minarete:
El enemigo disparaba tiros
sin cesar sobre una cuesta
dominándonos mejor.
Pirandón:
Y yo a los míos
les gritaba «vamos, atacad»
que ir por las faldas a la cuesta
es lo mejor.
Minarete:
Y ya en la cuesta,
Dios nos socorra.
Pirandón:
se armó camorra
con la juerga
que es de rigor.
¡Soy general
y mi dureza es brutal!
y con señoras
a todas horas
me pasa igual.
Soy un león,
y a mi enemigo
en la acción
cuando despejo
siempre le dejo
sin un botón.
Minarete:
¡Pon!
Todos:
Es general que nunca tuvo rival
y en la batalla, cuando no calla,
suele hablar mal.
Es un león, en cuanto suena el cañón.
Minarete:
Pero si atizan se va
por si alguien le da.
«Perros cobardes» – Blues (nº4)
Fieralina y esclava:
¡Perros cobardes!
¡Yo os maldigo!
¡Caiga en todos el castigo!
¡Caiga en mujeres y en varones
y sobre diez generaciones!
Alhamar:
Basta de insultos ni enfadaros,
no pensamos castigaros
bellas cautivas de ojos claros
que hacen arder.
Pirandón:
Soltad a esta hermos mujer
con tiento, no vaya a morder.
Minarete:
Más bien he podido observar
que le da por mirar
y por coquetear.
Fieralina:
Esclava me vi,
de rabia lloré,
mis uñas en ti clavé,
tus manos, cruel, mordí
y sólo en matar pensé.
Maldije de ti,
y luego te huí,
y luego te odié.
¡Venció mi furor
tu suave mirar!
Quería escapar,
y loca de amor
me echaba a llorar.
¡Hoy es mi pesar,
hoy es mi dolor
tener que odiar!
Di por qué te miro
aunque no quiera.
Di por qué me tienes
prisionera.
¡Deja, deja,
que te mire a los ojos
y suspire!
Esclavas:
Di por qué
te mira aunque no quiera,
Di por qué
la la tienes prisionera.
Fieralina:
De ti soy la prisionera
que no espera nunca libertad.
¿Di por qué?
Prisionera que no espera
nunca libertad.
¡Di por qué, ah!
Esclavas:
Responde por qué.
«Gloria y honor al noble emir» (nº5)
Todos:
Gloria y honor al noble emir
que a su emirato de Trifania
le asegura el porvenir. ¡Honor!
Emir:
Las coronas del laurel de gloria
hoy tu noble frente ceñirán,
deja que mis brazos
premien tanto afán.
Pirandón:
Con mi espada
conseguí victoria.
Ya veremos
qué es lo que me dan.
Todos:
Quien supo ser el vencedor
con oro no debe pagarse,
más bien con honor.
Es la guardia
que no se rinde
que no se entrega
y nunca ruega en amor.
Es la guardia
y en sus miradas
lleva las celadas
que son su triunfo mayor.
¡Compasiva con el vencido,
si herido le pide rendido
demencia o favor!
Es la guardia
que no se rinde
que no se entrega
y nunca ruega en amor.
Vence al luchar,
guardia de honor,
que con tus ojos rendiste al amor.
Final primer acto
Chalestón «Los marineros» (nº6)
Marinero 1:
Mi barca es gaviota
que sabe volar,
mi barca ligera
de espuma deja
estela sobre el mar.
Y al mar traidor,
lo mismo qiue el amor
va sin saber
si ha de volver.
Todas:
Mi barca es gaviota
que sabe volar,
mi barca ligera
de espuma deja
estela sobre el mar.
«Esclavas del amor (nº7)
Alhamar:
¡Esclavas del amor,
sultanas del harén,
soñar porque el emir
sueña también!
Un día de su amor
tendréis la felicidad
si tarda en suceder
es por su edad.
Sube la luna tras el alminar
y al ver que asoma
le canta el ruiseñor
y en el estanque
se asoma a mirar
porque refleja
un almendro
que está en flor.
Ay sultana mía (nº8)
Minarete:
¡Ay sultana mía
con qué afán te besaría!
Fieralina:
¡Déjame secar
y sepárate
porque van a entrar!
Minarete:
Es que me enamora
esa curva encantadora.
Fieralina:
Tranquilízate
porque no hay de qué.
Minarete:
Es que yo por mí
me quedaba así.
Fieralina:
Ya nos llegará la hora.
En las noches que haya luna
cantarán los surtidores
con sus perlas una a una
la canción de tus amores.
Tus amores…
que perfumarán las flores.
Tendrás en tu gran palacio
de siervo un esclavo moro,
tendrás vasos de topacio
y tendrás vajilla de oro.
¡Tendrás eso, y además
tendrás un beso!
Anda ven a probar
todo el fuego
que pongo en mi besar.
Minarete:
Yo sabré hacerte un nidito
en mi piso amable y grato,
chiquitito, chiquitito
que no pague inquilinato.
Con pianola que se enchufe
y toque sola.
¡Tendrás lo que no te esperas,
tendrás de mi querer sincero,
tendrás todo lo que quieras
mientras no cueste dinero.
¡Tendrás rica doce chicos
y una chica!
Anda ven que al besar
tu das fuego
y yo te he de calentar.
Los dos:
Si nos cogen
nos rebanan la cabeza
y algo más.
Con un mantón terciao – Chotis (nº9)
Dolores:
Con un mantón terciao
que es más chulón,
y si puede ser bordao
y de crespón,
allá en Madrí
cualquier gachí
tié más poder
por ser mujer
y por ser chula
y porque sí.
Pirandón:
Allá en Madrí,
me voy pa Chamberí
a la Hermés
y soy quien manda allí.
Me tomo tres de ajén
o anís
y, al darle vueltas al manubrio
y al chotís.
Dolores:
Muévase más,
no se eche atrás
no sea pasmao.
Pirandón:
A esta le doy
en cuatro patás
en un costao.
Dolores:
Me fatigó
tanto bailar
para volver
quiero tomar
un Pamidolet
o un Vrolet
o Dión Britón.
Pirandón:
Si se pone a pedir
va a costarme un riñón.
Dolores:
¿Lo tendré?
Pirandón:
¡Ni qué hablar!
Pero diga
si vive muy lejos
pa ya calcular.
Dolores:
Vivo en la calle
del Calvario 27
duplicao,
donde de ofrezco
un rinconcito
chiquitito y reservao.
Pirandón:
Calle, que yo creo
que ya me la han presentao.
Calle, que en el baile
del domingo antipasao.
Dolores:
Calle, si es caye Cayetano
que hace un mes no se ha afeitao.
¡Tengo una sed!
Lléveme usté al ambigú…
Pirandón:
Si te es igual
es natural
que hables de tú.
Dolores:
Me da rubor,
por esta vez.
Pirandón:
Pues yo no vi
tu timidez…
Vamos al bar
a refrescar
que hoy pago yo.
Dolores:
Y después le daré
la patá de Charlot.
Conjunto:
Vive en la calle
del Calvario 27
duplicao.
Donde le ofrece
un rinconcito
chiquitito
y reservao.
Calle que yo creo
que ya se la han presentao.
Calle fue en el baile
del domingo antipasao.
Dolores:
Calle, si es caye Cayetano
que hace un mes no se ha afeitao.
Caramelos (nº10)
Emir:
¡Caramelos! ¡Caramelos!
Ay qué ricos son.
Saben agridulce
como tentación.
¿No quieres caramelos?
Fieralina:
¡Caramelos! ¡Caramelos!
Yo no he de probar-
Saben a esos besos
que hacen suspirar.
Besos de mujer,
besos de pasión,
son los caramelos
de sabor de menta y de limón.
Emir:
Dámelos aquí
mi bella hurí.
Fieralina:
¿A que no?
Emir:
¿A que sí?
Y si son de menta
dame alguno.
Fieralina:
¡Ya no hay ninguno!
Besos de mujer,
besos de pasión,
no se dan de veras
cuando no se pone el corazón.
«Soy de Washington» (nº11)
Soy de Washington, soy de Washington,
soy guasón.
Tengo en Cleveland, tengo en Cleveland,
un amor,
y otro amor en Montreal,
y otro amor en New York,
y otro amor en Chicago,
díganme qué hago
con tanto amor.
¡No quiero más!
Me molesta querer,
me fatiga besar,
mi gusto es solamente
ver el bailar con gracia
a la mujer,
del mundo es el
rítmico placer
Final de la obra