Marie Brizard (1923)

Género: Opereta en dos actos.
Texto: Antonio López Monís
Música: Francisco Alonso.
Estreno: 9 de febrero de 1923, en el Teatro Cómico de Madrid.
Intérpretes del estreno: Luisa Puchol (Carmen de Ávila), Emilia Clement (Blanquita), Victoria Argota (Remedios), Mariano Ozores (Juan Fernández), Roberto Iglesias (Juanito), José María Alcaine (Emeterio), José Rubio (González), José Marín (Ricardo), Faustino Bretaño (El marqués), José María Alba (Ramón).
Sinopsis: la trama se desarrolla en el domicilio de una familia de nuevos ricos muy tacaños que pagan fatal al servicio, en particular a Ramón (tenor lírico). El matrimonio protagonista, Juan y Remedios, tienen una hija, Blanca, prometida con Emérito, y un hijo mimado, Juanito.
El nombre de la obra, Marie Brizard, es el seudónimo de Carmen de Ávila, una joven escritora que se hará pasar por sirvienta para ser empleada en la casa y escribir un libro poniendo a caldo a esta nueva burguesía. Por Juanito, que la persigue, se entera de que el padre de la casa ha prometido la mano de Blanca a un conde venido a menos y todos sus esfuerzos serán para conseguir el triunfo de Emérito y el escarnio de Juan.

Drito remarcaba en la crítica: «No hay en el libreto momentos propicios para que el músico luzca su inspiración; pero éste ha aprovechado los pocos que se le presentan y en canciones aisladas consiguió un éxito definitivo y tan entusiasta que muchos números fueron no sólo aplaudidísimos, sino que merecieron los honores de la repetición».
Otros críticos escribieron: «Con esto asunto, trivial e inocentón, pero entretenido, López Monís ha escrito su comedia, divertida y agradable, encajando unas situaciones musicales, no todas justificadas, que el maestro Alonso, con su pericia y con gran entusiasmo, aprovecho con verdadero acierto, coadyuvando al éxito franco que la obra obtuvo.
Del libro se celebraron infinidad de situaciones, y de la música se repitieron dos números en el primer acto, un cuarteto expresivo y melódico, un dueto bailable, en tiempo de fox, en el que Luisa Puchol puso toda su gracia; y en el acto segundo, el número imitativo del automóvil y la romanza de Blanquita, que Emilia Clement dijo delicadamente y con exquisito gusto, logrando un triunfo personalísimo.
En la Interpretación pusieron todos sus mayores entusiasmos destacando, aparte de las artistas citadas, Victoria Argota, muy ajustada; y los señores Alba, graciosísimo, Ozores, Iglesias, Marín y Bretaño».

…»Mientras los maestros veteranos reposan sobre sus laureles, se entregan a un trabajo intermitente o realizan leves esfuerzos para avivar el tan decaído género lírico español, varios compositores jóvenes se han lanzado al estadio artístico y luchan incansables, vibrantes de entusiasmo y nobles ambiciones, por conquistar en las esferas elevadas de la mentalidad musical los puestos que abandonan las primeras figuras consagradas por el aplauso del público.
Ultimamente se han destacado entre esos jovenes tres o cuatro, que rápidamente avanzan hacia la cumbre y están a punto de alcanzarla.
Otros siguen combatiendo denodados, pero con suerte muy varia. Entre los que acusan progresos ciertos y positivos se encuentra el maestro Alonso.
Muchas de sus composiciones han logrado una popularidad, que le ha servido de estimulo en sus empeños y de acicate en su ideología modernísima.
La partitura que ha escrito para «Marie Brizard» merece el éxito considerable que ayer obtuvo. Siete de los números compuestos por el joven maestro alcanzaron los honores de la repetición, entre unánimes aplausos.
Como en gran número de casos el asunto no le ofrecía amplio campo para desarrollar su inspiración, por la parquedad del medio, el Sr. Alonso buscaba en las canciones aisladas y en los bailables temas propicios al empleo de elementos que le permitieran la consecución de efectos más asequibles al fin perseguido de la teatralidad.
Y en esta parte le acompañó la fortuna sin el menor regateo. La satisfacción del auditorio lo evidenció bien elocuentemente».