Las Leandras (1931)
Género: Pasatiempo cómico-lírico en dos actos.
Texto: Emilio González del Castillo y José Muñoz Román.
Música: Francisco Alonso.
Estreno: 12 de noviembre de 1931, en el Teatro Pavón, de Madrid.
Intérpretes del estreno: Celia Gámez, Amparito Sara, Cora Gámez, Conchita Ballesta, Pepita Arroyo, Pepe Alba, Enrique Parra, José Bárcenas, Manuel Rubio y Julio Lorente.
Sinopsis: Concha, vedette de una compañía de revista, se enfrenta a un grave problema: su tío y tutor, que piensa que está en un internado, anuncia su visita inmediata. Si la encuentra trabajando en el mundo del teatro la desheredará.
A Leandro, su novio, se le ocurre abrir un falso colegio del que serán alumnos y profesores los componentes de la compañía. El colegio se llama «Las Leandras» y es instalado en un hotelito que antes fue casa de citas.
Al colegio acuden varias jóvenes que son aceptadas commo alumnas. Entre ellas está Fermina, una pueblerina próxima a casarse y a la que su madre trae a la escuela para que la preparen para el matrimonio.
Llega después Francisco, antiguo cliente del hotel, con su sobrino Casildo para que en el «Colegio» le enseñen a tratar a una señorita. Todos confunden al recién llegado con don Francisco, el tío de Concha, aunque en realidad es el padre de Fermina.
Cuando llega el auténtico tío Francisco e intenta abrazar a su sobrina, Leandro, que es celoso, la emprende con él a bofetadas. Casi al tiempo, Francisco descubre a Manuela, su esposa, que acompaña a Fermina.
La confusión de personajes se aclara al final, después de comprometidos momentos y equívocas situaciones.
Obra picante (algunos la calificaron de escabrosa) y de enredo que explota el doble juego de palabras y situaciones, Las Leandras fue el éxito teatral de la década de los 30 del siglo XX. Se presentó con todo lujo y el rigor que Celia Gámez exigía a sus «boys» y coristas.
Fue un éxito en toda España, alcanzó 1800 representaciones consecutivas y continúa llenando los teatros cada vez que se repone.
De sus diez números musicales se aplaudieron la «Canción de las viudas», el preceptivo número regional representado por la «Canción canaria», el exotismo de «Clara Bow», con el que el Maestro Alonso demostraba sus cualidades para hacer la música de moda pero, sobre todo, se ovacionaron el chotis de «El Pichi», el chuleta barriobajero, y el pasacalle de «Los Nardos», que bien podría convertirse en el himno de Madrid.
Desde su estreno, Las Leandras continua representándose ininterrumpidamente en España y Sudamérica.
La partitura de orquesta ha sido nuevamente editada en 2005 por el Instituto Complutense de Ciencias musicales (ICCMU).