Te espero el siglo que viene (1946)

Género: Fantasía cómico-lírica en dos actos.
Texto: José Muñoz Román y Francisco Lozano.
Música: Francisco Alonso.
Estreno: 24 de junio de 1946, en el Teatro Arriaga, de Bilbao.
Intérpretes del estreno: Maruja Tomás, Mercedes Obiol, Victoria Rueda, Sara Fenor, Juanita Cuenca, Alfonso del Real, Rafael Cervera, Lele Arteaga.
Estreno en Madrid: 14 de diciembre de 1948, en el Teatro Fuencarral
Intérpretes en Madrid: Eulalia Zazo, Faustino Bretaño, Fernando Carmona, Gloria Santoncha, Luis Heredia (Adelino), Maribel, Pepe Bárcenas, Pepita Arroyo, Victoria Ronda. Coreografía: Monra.
José Muñoz Román, que fue el autor de más éxito durante muchos años, incrementó su fama a partir de 1941 haciéndose empresario y director del Teatro Martín, que ya se había convertido en el emporio de la revista. Ladronas de amor (1941), de ocurrente libreto futurista y en la que aparecía un incipiente José Luis Ozores, fue el primer gran éxito de esta etapa. El asunto de las venusinas del siglo XXIV dejando a las terráqueas sin varones daba lugar a las más equívocas situaciones sin caer en la explicitud imposible en tales calendas, de modo que en 1946 se readaptó con el título Te espero el siglo que viene y volvió a conseguir la entrega del público.
Para este nuevo estreno se creó en parte nuevo texto y, sobre todo, nueva música de la que hemos encontrado la partitura, afortunadamente se reestrenó la «habanera de las Menegildas», que se había añadido a Las de Villadiego en mitad de las funciones, se sumó en «Arrucita», un pasodoble torero mejicano que fue grabado por Maruja Torres y también se incorporó «La nit de Sant Choan», precioso pasodoble que, como anécdota, se canta conjuntamente con el famosísimo «Moros del Rif». Pena que no haya sucedido lo mismo con el libreto, así que debemos fiarnos de las críticas de la época para saber un poco más de lo que pasó en aquel estreno, tanto el de Bilbao como el de Madrid.
«La obra estrenada anoche con el titulo precedente en el teatro Fuencarral es una nueva versión de una fantasía cómico lírica representada hace mucho tiempo con otro nombre y original de los señores Muñoz Román y Lozano y del maestro Alonso; pero puede decirse que se trata de un libro totalmente nuevo, pues su adaptación a los tiempos presentes ha hecho que se modifique el texto antiguo casi en su integridad, con lo cual no ha perdido nada, pues está lleno de situaciones cómicas de buena ley y tiene gracia y picardía en proporción suficiente para alegrar al público.
En cuanto a la música, a la antigua partitura se han añadido otros números de distintas revistas ya en desuso del llorado compositor y se ha logrado un conjunto musical grato y armonioso que lleva el sello inconfundible del ilustre maestro.
La obra, montada con lujo, vistosa en trajes y escenografía, gustó e hizo reír desde el primer momento. La partitura se repitió casi por entero y el éxito fue completo y satisfactorio, con muchas salidas a escena.«