Las verbeneras (1928)
Género: Juguete en un acto.
Texto: Emilio González del Castillo y Anita Prieto.
Música: Francisco Alonso y Joaquín Belda.
Estreno: 17 de julio de 1928, en el Teatro Chueca, de Madrid.
Intérpretes del estreno en el Teatro Chueca: Cándida Suarez (Remedios, La de la Rifa, La del chotis 1, la de la guitarra 1), Cánovas (Pura, La del charlestón, La del chotis 3, la de la guitarra 3), Rossy (La del chotis 2, la de la guitarra 2), Lino Rodríguez (Cayetano Lacomba), Olvido Rodríguez, Bárcenas (Calvillo), Lolo Trillo (La Uzcudun), Aparici (Mirón), Alares, Montichelo (Bonito), Mari Luz Vega, Mari Sol Balaguer, 2 Alumnas de la escuela, Gago (Sindetikon), Barta (Beruti), Zapater (Antonio), González (El Manazas), Marín (El Sardina), 5 Verbeneros. Compañía de Lino Rodríguez.
Sinopsis: Los protagonistas de esta obra son los dueños de una academia de baile, Cayetano Lacomba y Pura. Pepe Bonito es un alumno que quiere conquistar a Pura, mientras que Lacomba quiere hacer lo mismo con Cándida, amiga de Pura, para ello encarga al novio de esta, Calvillo, para que vigile a Pura y le de un poco de tiempo con Cándida.
Tras poner un anuncio en prensa buscando una mujer guapa, Lacomba encuentra a Remedios, su función es seducir a un hombre cualquiera a pesar de su novio boxeador, Sindetikón, con quien finalmente tiene que pelear hasta que el protagonista le convence de que es de Cándida de quien está enamorado.
Las verbeneras no tuvo demasiado éxito la noche del estreno. Fue en plena verbena del Carmen, en la que sonaba la Banda municipal en la Plaza de Chamberí y el público debía ya venir un tanto animado a la función. Tampoco debió hacer mucha gracia que la obra fuera firmada por una mujer, eran tiempos poco amables para el feminismo y no se perdonaba que una mujer escribiera en términos de libertad, como nos recuerda este artículo de Pilar Nieva de la Paz.
Tras el estreno se hicieron los cambios oportunos (práctica habitual en éste y en otros géneros líricos) la obra ganó el interés del público que asistió al teatro aplaudiendo el espectáculo. La crítica dijo sobre su estreno:
«El público que acudió anoche al teatro de Chueca rechazo enérgicamente los copiosos equívocos y chistes que verbenean en los dos actos de Las verbeneras. Nos atrevemos a imputar tan delicadas perífrasis al señor González del Castillo, porque sería ofender a una dama – su colaboradora, doña Anita Prieto – hacerle parte en la gestación de algunos diálogos. Es de creer que aquella escritora ha limitado su empresa a componer el armazón de la fantasía y a medir luego algunos versitos que, aquí y allá, sirven de ornato a su trama chamberilera. Y que han sorprendido su buena intención.
La obra se desarrolló en medio de un proceloso nerviosismo, que estallaba atronadoramente al relampagueo de las frases de mal gusto. Hubo un instante de unanimidad en el aplauso: cuando la señora Suárez, a modo de desagravio, recibió el homenaje de los espectadores a su arte personal de tiple y de actriz.
La partitura, de los señores Alonso y Belda, tiene algunos motivos inspirados, que quiebran la monotonía general. Cándida Suarez y los excelentes actores cómicos Lino Rodríguez y Aparici, se salvaron como pudieron del naufragio.
Entre la verbena al aire libre, que entretiene ahora a los vecinos de Chamberí, y la que han montado los empresarios de Chueca, no hay opción: la realidad supera a la fantasía». L.C.
Parece que en septiembre de ese año se desterró del proyecto a Anita Prieto y se volvió a escribir un guión con el nombre de La verbenera en el que participó, junto a González del Castillo, Enrique Llorca, que parece que no se llegó a estrenar nunca.
Destacaron una canción que evoca la chulería de Madrid, un charlestón y un chotis, números que no podían faltar en las zarzuelas y revistas de la época.