Preludio
Nº1. Orquesta sola
Nº2. Yo he tenido cuatro novios. Paso-doble
Carmen:
Yo he tenido cuatro novios…
Yo he tenido cuatro novios,
pero el que más me gustaba
era un chico panadero
por las tortas que me daba.
Yo he tenido cuatro novios…
Yo he tenido cuatro novios…
Presenta:
Yo quiero casarme
con un capitán,
que las que se casan
envidia me dan,
para ir de su brazo
por la población
y ser capitana
de la guarnición.
Carmen y Milagros:
Yo quiero casarme
con un capitán,
que las que se casan
envidia me dan,
para ir de su brazo
por la población
y ser capitana
de la guarnición.
Presenta:
Resulta distinguido
tener un marido
que sea militar
y sepa conquistar.
Por celos las damitas
se ponen marchitas
y sienten gran pasión
que las tortura el corazón.
No sea tan flemático
ante mi amor romántico.
Suya seré
y por usté
me movilizaré.
Todas:
No sea tan flemático
ante mi amor romántico.
Suya seré
y por usté
me movilizaré.
Nº3. Las cuatro modelos
Cuatro Modelos:
La modelo va arrogante
con donaire y travesura,
resultando dislocante
por su garbo y su figura.
Y al entrar en los paseos
siempre, siempre ocurre igual,
que la dama mira,
el galán suspira
y flaquea el carcamal.
(A ellos.)
¿Por qué despertamos
tanta admiración?
Nicanor y Feliciano:
Porque al veros brota
hasta el sarampión.
Cuatro modelos:
Al principio no sabía
exhibirme con finura,
pero me lancé ya un día
y ya lo hago con soltura.
Solicitan mis favores
los que quieren anunciar,
y las casas todas
me prestan sus modas
y consiguen prosperar.
Porque soy la crema
de las de Madrid.
Nicanor y Feliciano:
No sólo la crema
sino el chantilly.
Cuatro modelos:
No tengo igual
en el amor,
pues siento un fuego
abrasador.
(Feliciano y Don Nicanor entusiasmados intentan abrazarlas. Ellas los rechazan.)
¡También usté
es liberal!
Nicanor y Feliciano:
Dispensa, rica;
soy imparcial.
Nº4. Viva el rey clavel. Marcha
Coro:
¡Viva el rey Clavel,
rey original,
nadie hay como él
tan fino y juncal!
¡Viva el que hace honor
a su estirpe fiel
porque es el mejor!
¡Viva el rey Clavel!
¡Viva el más apuesto
monarca europeo!
Nicanor:
Pa mí que todo esto
es pitorreo.
Coro:
Hoy es la gran fiesta
de coronación.
Nicanor:
Pa mí que a mi testa
le dan un capón,
porque ya me escama
tanta aclamación.
Y esto que me pasa
nunca me ha pasao.
Creo que me encuentro
medio hipnotizao…
y algo estenuao.
No me explico, francamente,
qué es lo que me ocurre a mí
que entre flores
me encuentro yo así.
Yo no sé si estoy demente,
o padezco frenesí,
o he pillado
una pitiminí…
¡Ay, de mí! ¡Ay, de mí!
¡Cuánta bella hurí!
Va a ser un belén
para mí este harén.
A mí qué, a mí qué.
Yo me voy a hinchar.
¡La dé flor que voy a deshojar!
Coro:
Este monarca la hinca
pues va a dejar la finca
sin una sola flor.
Nicanor:
Las hortensias, margaritas
y las rosas, flores son
que despiertan
mi predilección.
Y eso que hay unas camelias
y unas rosas de pasión
pa sentirse
clavel reventón.
¡Ay, de mí! ¡Ay, de mí!, etc.
Nº5. Campanilla de la enredadera
Enredadera:
Campanilla de la enredadera
de mi reja eres la celosía;
campanilla bonita, hechicera,
que adornas las rejas de mi Andalucía.
Trepadoras llegaron tus flores
a los hierros de mi cautiverio
y al sentir que me hablaba mi amante
tocaban a gloria con dulce misterio.
Campanilla, campanilla,
suena, suena,
que mi alma al escucharte
se enajena.
Y tu ritmo seductor
hace soñar con un amor.
Todas:
Campanilla, campanilla…
Enredadera:
Campanilla suena
de ventura llena
que tu ritmo seductor
es dicha que brinda amor.
Todas:
¡Suena! ¡Suena!
Nº6. Las clavellinas
Coro:
Homenaje y honor
tributad al señor
de Florabia que es el mejor.
Entre tanta flor
es natural
que resulte aquí
primaveral.
¡Qué gachó tan jovial!
¡Es un rey colosal!
Paquita:
Soy la flor más alegre y más viva
que nace en España,
sobre todo si de manzanilla
me tomo una caña.
Y si usté me convida a bebería,
como es lo más justo,
va usté a ver una moza atizando
mamporros de gusto.
¡Ay!, Clavel
reventón,
si me quieres me pones
en un macetón.
Y al regar
ten cuidao
no me mojes este vestidito
que está muy limpito
y muy replanchao.
Todos:
¡Ay!, Clavel
reventón,
si la quieres la pones
en un macetón.
Y al regar
ten cuidao
no la mojes,
no seas desahogao.
Paquita:
El gachó que camele este cuerpo
juncal y garboso,
tié que ser un sujeto de hechuras
la mar de meloso.
Y verá cómo a fuerza de mimos,
caricias y besos
yo loquita perdía de gusto…
¡le atizo en los sesos!
¡Ay!, Clavel, etc.
Nº7. El poeta de las flores
Feliciano:
Ya sale el sol.
¡Oh qué diafanidad!
En el Mogol
reparte claridad.
Poetas:
Repártela en Bolonia
lo mismo que en Sajonia.
Feliciano:
iQué hermoso estás!
Pareces un perol.
Perdonarás
que yo te cante ioh, sol!
Poetas:
Pues para yo cantarte bien
me traigo un quitasol.
Astro rey candente y fúlgido
que nos das pródigo
brillante luz,
mi débil voz
escucha tú.
Tú que a las flores das color,
y brillantez al ancho mar,
y vivificas el amor
que sabes despertar,
y que a la tierra das calor
y la haces germinar.
Esto es inspiración
y versificación,
y lo demás pedestre,
insípido y ramplón.
Y aún dice la gente
que soy un besugo.
Todos:
¡Besugo! ¡Besugo!
Poetas:
Y soy más poeta
que fue Víctor Hugo.
Todos:
¡El gran Víctor Hugo!
Poetas:
Besugo me llama
quien es un mendrugo.
Todos:
¡Mendrugo! ¡Mendrugo!
Poetas:
Y soy como Shespi,
Zorrilla y Galdós.
Feliciano:
(Solo, en tenor de ópera.)
¡Porque así le plugo
a Dios!… ¡Adiós!
Poetas:
¡Adiós!
Nicanor:
¡Adiós muy buenas!
Nº8. En los madroños de mi vestido
Paquita:
En los madroños de mi vestido
quedó prendido tu corazón,
y si intentaras hoy desprenderlo
me matarías con tu traición.
Todas:
¡Ay! Yo de un querer
que me haga muy feliz
esclava quiero ser.
Paquita:
Yo por mi gachó
la sangre diera
puesto que él su amor me dio.
Todas:
Madroñitos, madroñitos,
sois la gloria de Madrid,
del Madrid de mis amores,
del que está dentro de mí,
del que guarda con orgullo
bajo un cielo azul turquí
las leyendas de un valor
que jamás tuvo rival,
pues allí por amor
sabe el hombre matar.
Paquita:
Madriles de mis amores,
tapiz de dos mil colores;
tus hembras matan por celos
a los chulapos de sus desvelos,
pues corre sangre y fuego por sus venas
pa el que las quiere matar de penas.
Yo nací en el Lavapiés
que es el barrio del valor
donde cada mujer es
una fiera pa el amor.
Mi novio es de Chamberí,
y si me hace una traición
no se burlará de mí,
¡yo le parto el corazón!
Todas:
¡Olé lo chipén!
Soy hembra juncal,
y viva mi tierra
que no tiene igual.
Ya he dicho que a mí
me tien que enterrar
de albahaca en un tiesto
y al son de un cantar.
Madriles de mis amores,
tapiz de dos mil colores;
tus hembras matan por celos
a los chulapos de sus desvelos,
pues corre sangre y fuego por sus venas
pa el que las quiere matar de penas.
Soy de Madrid
porque así lo quiso Dios,
y para mí
no hay otra tierra mejor.
Final
Nicanor:
Si sigo aquí
reinando un mes
vuelvo más flaco
que un galgo inglés.
Porque entre tanta
morbidez
la diñaría…
¡Rediez! ¡Rediez!
Todos:
Este reinado
terminó.
Esto fué un sueño
que ya pasó.