la alegre juventud partituras

PRIMER ACTO

Cuadro primero.
Vestíbulo o zaguán de la Universidad de Madrid, visto desde la puerta de entrada. A! fondo el arco que da paso a la galería baja y la escalera de subida al piso principal. En los dos lienzos de pared del arco, tablas con los anuncios de Secretaria, Rectoral, Decanatos, etc., etc. Es de día.

Nº1. Mujeres

Pepe:
¡Salud compañerosi

Estudiante hombre 1:
Gran Pepe, salud!

Pepe:
Estáis rozagantes.

Estudiante hombre 2:
Lo mismo que tú.

Pepe:
Se ve que el verano
os prueba a los tres

Estudiante hombre 3:
Y a ti la vagancia
te sienta muy bien.

Mariano:
¡Hola, Matilde!

Matilde:
¡Hola, Mariano!

Mariano:
¿Ya con los libros?

Matilde:
Este he comprado.

Mariano:
¿Y cuánto vale?

Matilde:
Un dineral.
¡Treinta pesetas!

Mariano:
¡Qué atrocidad!

Manolo:
Con la hora de clase
me matan a mí:
la han puesto a las once;
no puedo dormir.

Todos:
(Viendo entrar a Carmen Romero.)
¡Carmen Romero!

Carmen:
Carmen Romero,
saluda a todos
sus compañeros.

Por amor a la Ciencia,
quise ser estudiante,
y no temo a la burla
que algún ignorante,
de mí quiera hacer.
Yo soy muy femenina;
es mi afán divertirme;
pero creo en conciencia
que debo instruirme,
aunque soy mujer.

Yo estudio filosofía,
y no hay alegría
mayor para mí
que verme aquí,
donde siento
un mágico aliento
que nunca sentí.

¡Ah!
Mujeres…
Mujeres hay que cumplen sus deberes,
y estudian,
y encuentran en la Ciencia mil placeres.
Mujeres…
Mujeres que, conscientes de la vida,
y aun siendo el matrimonio su ilusión,
hoy ven en el saber su porvenir,
con razón.

Todos:
Mujeres…
Mujeres hay que cumplen sus deberes,
y estudian,
y encuentran en la Ciencia mil placeres.
Mujeres.,.
Mujeres, que si el caso lo requiere…
su vida por amor
dan las mujeres.


(A un tiempo.)
Hombres:
Mujeres…
Mujeres, la obra magna del Creador

Mujeres:
Mujeres…
Mujeres, siempre esclavas del Amor.

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Nº2. El licenciado poeta

Estudiantes:
¿A quién tenernos el honor de saludar?

Quintana:
A un licenciado que se viene a doctorar.

Estudiantes:
Pues en su casa desde ahora se halla usted.

Quintana:
Ya lo sabía, muchas gracias.

Estudiantes:
No hay de qué.
Dadaísta debe ser,
o cubista este señor.

Quintana:
Soy un poeta,
lo mejor de lo mejor.

Estudiantes:
¿Con que viene a doctorarse?

Quintana:
A eso vengo a no dudar,
y a echar ídolos por tierra.

Estudiantes:
Pues ya puedecomenzar.

Quintana:
Alfonso X, el sabio,
Berceo y el de Hita,
a mi como poetas
me crispan por igual.
¿Quién fue Jorge Manrique
y el pobre Juan de Mena?
¿Y quién es Santillana?

Estudiantes:
¡El amo del Canal!

Quintana:
Entrambos Argensolas,
Rioja y Garcilaso,
Fray Luis el de Granada,
Fray Luis el de León,
conmigo comparados
quedan todos achicados.
Y que no soy un camelo
aquí juro por mi abuelo…

Estudiantes:
¡Y por la Constitución!

Quintana:
Al ver mi saber
sobrenatural,
exclama la gente:
¡Qué animall
|Yoen mi vida vi
caso mas bestial!
¡Es un tío brutal,
con una testa
piramidal!

Estudiantes:
Al ver su saber,
sobrenatural,
exclama la gente:
¡Que animal!

Quintana:
¡Soy… el Megaterio,
y lo digo en serio!

Estudiantes:
¡Es fenomenal!
¡Bestial!

Quintana:
Quevedo y Buscarini
y Góngora y Cervantes,… |•v
y Tirso de Molina
y Lope y Calderón,
por soles se tuvieron,
mas luz escasa dieron.
¡Yo si, que soy un astrol

Estudiantes:
¡Usted es Flammarión!

Quintana:
Ei verso de Quintana,
de Rivas y Espronceda,
Bretón, Ayala y Bécquer,
por malo me apestó.
De todos yo reniego,
y no quiero ser Gallego,
ni Galán el de Castilla,
ni tampoco ser Zorrilla.

Estudiantes:
Eso mismo digo yo.

Quintana:
Al ver mi saber
sobrenatural..,
Etc. etc

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Fin del primer cuadro

Carmen:
Mujeres…
Mujeres, a cumplir nuestros deberes.
Mujeres…
sintámos los ajenos padeceres.
Juremos,
por una compañera dar la vida,
juremos a un perjuro castigar;
al hombre que destruye sin razón,
a más del porvenir de una mujer
su ilusión.

(A un tiempo.)
Mujeres:
Mujeres…
Mujeres, a cumplir nuestros deberes.
Mujeres…
sintamos los ajenos padeceres.

Hombres:
Los hombres…
también sabrán cumplir con sus deberes:
los hombres
que sienten los ajenos padeceres.

Carmen:
Mujeres,.,
no todo en esta vida son placeres.
¡Que penas da el amor
a las mujeres!

(A un tiempo.)

Mujeres:
Mujeres…
Mujeres siempre esclavas del amor.

Hombres:
Mujeres…
mujeres, la obra magna del creador.

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Cuadro segundo.
Comedor de una casa de huéspedes modesta. Al foro balcón, por el que se verán tejados y remates de edificios modernos. A la derecha del balcón un sofá de enea o rejilla y dos sillas de lo mismo; a la izquierda un aparador antiguo con piedra mármol y sobre ésta dos repisas de la misma madera del mueble. En la pared de la derecha dos puertas y una en la de la izquierda. En el centro de la escena una mesa cuadrada de comedor. Pendiente del techo y perpendicular al centro de la mesa un aparato de luz eléctrica, modesto, pero moderno. Varias sillas de enea o rejilla distribuidas por la escena. Cuadros con cromos de frutas, pescados, etc. Es de día durante todo el cuadro.

Nº3. Fox-trot

Carmen:
Este baile tiene alegría,
y por eso la moda un día
lo implantó.
Y pues debe de cuando en cuando
divertirse el que está estudiando,
bailo yo.

Pepe:
Baile es el fox trot que encanta,
y por eso su fama es tanta
en Madrí,
Y aunque lleva el compás cualquiera
hay que ver a los pollos pera.
¡Ay, su abuelita!
cuando van el fox
marcando así.

Juana, Juana,
cuando te pida el fox-tró,
Juana, Juana,
dile a tu novio que no.
Juana, Juana,
cíñete a mí que lo sé.
Yo prometo
ser discreto…
Juana, Juana…,
cíñete.

Carmen:
Dominando por bullangueros,.
los Jazz-ban en el mundo entero
hoy están,
y aunque atruenan con sus sonidos,
ya están hechos nuestros oídos
al Jazz-ban.

Pepe:
El Jazz ban al Sultán de Armenia
le ha curado ia neurastenia
de raíz.
Y a una joven alicantina,
que le dio por la cocaína,
la ha transformado
y bailando el fox es ya feliz

Todos:
Juana, Juana,
cuando te pida ei fox-tró.
Etc., etc.

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Nº4. Cálmate Pepita

Carmen:
¡Cálmate, Pepita;
cese tu dolor!

Pepe:
(a los compañeros.)
Es hijo del pillo
que ia abandonó

Mujeres:
Pepita,no se apure,
que sola no está usted.
Nosotras su derecho
sabremos defender.

Hombres:
Si al hijo niega el padre,
así no quedará;
será ese niño el hijo
de la Universidad.
(Carmen coge al niño en brazos y todos la rodean.)

Carmen:
Todos, hermoso niño,
nuestro cariño
en ti pondremos.
Todas estas mujeres,
si tú nos quieres,
te mimaremos.
Un mortal más dichoso
en la tierra no habrá.
No llores, niño precioso,
que cuanto pidas
se te dará.

Pepe:
(Hablado.) Déjamele ahora a mí.
(Cantado.)
¡Chiquitín, chiquitín,
tus ojitos son dos luceros!
jChiquitín, chiquitín,
ay que ojitos tan zalamerosl
Que un Tenorio será
en su cara se ve al instante,
y estudiante más tunante,
ni se ha visto ni se verá.
lAy, ay, que pillo es el chiquillo!
¡Ya riendo estál

Todos:
¡Chiquitín, chiquitín!
Tu boquita y tus carrillitos,
¡chiquitín, chiquitín!,
a comerme voy a besitos.
Por tu ciencia muy pronto serás igual
a Gasset, a Unamuno y al gran Cajal.
¡Chiquitín, chiquitín!
¡Dios, te libre de todo mal!

Carmen:
(Volviendo a coger al niño.)
Cierra tú los ojitos,
niño bonito,
poquito a poco.
Mira que el coco viene;
duérmete nene
que viene el coco.
Yo tu cara bonita
contemplando estaré.
Mis brazos son tu cunita;
duerme que en ellos
te arrullaré.

Pepe:
¡Chiquitín, chiquitín,
tus ojitos son dos luceros!
Etc., etc.

Todos:
Chiquitín, chiquitín,
tu boquita y tus carrillitos,
etc., etc.

Pepe:
(Hablado)
¡Viva nuestro hijo!

Todos:
¡Viva!

Doña Teresa:
Señores, tengan ustedes en cuenta, que el casero habita debajo de este piso.

Quintana:
¡Ah…! ¿Pero aún hay caseros en el mundo?

Pepe:
Eso dicen.

Quintana:
¡Pues que se chinchen los caseros! Amigos,a bailar el fox-trot.

Pepe:
¡Bravo, bravol

Todos:
(Menos Pepita y Doña Teresa)
¡Alegría, alegría!

Todos:
Juana, Juana,
Cuando te pida el fox-trot
etc., etc

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Cuadro tercero.

Puerta central de la fachada de San José, del tamaño más aproximado al natural y practicables, escalinata y puertas del pórtico y de la Iglesia. Diez de la mañana del mes de octubre. Hermoso día del Otoño madrileño.

Nº5. Final Primer acto

Vendedor:
¡ABC, El Sol, El Liberal!

Ciego:
¿Quién quiere el gordo para mañana?

Pobre:
¡Una limosnita, que Dios se lo pagará, hermanito!

Pepe:
Querido Salomón,
poeta colosal,
usté es un dormilón.

Quintana:
Y usted otro que tal.

Pepe:
Muy tarde me acosté.

Quintana:
Yo en vela estoy aún.

Pepe:
¿Pues qué ha tenido usted?

Quintana:
Un cólico de atún.

Pepe:
Un poeta que atún cena,
del Parnaso desentona.

Quintana:
Con sus guisos me envenena,
me envenena la patrona.

Pepe:
Pues saldrán de su cacumen,
no ya versos, rejalgar.

Quintana:
¡Ande usted y que le emplumen!

Pepe:
¡y usted váyase a pelar!
Querido Salomón,
poeta colosal,
ya sabe su misión.

Quintana:
Y a usted le pasa igual.

Pepe:
La mía cumpliré,
que no es grano de anís.

Quintana:
A ver si queda usted
como un chisgaravís.

Los dos:
¡Chisl

Manolo:
¡Avisa pronto a un guardia, que el hombre se ha amoscao!

Quintana:
¡No hay más que el de la porra y está muy ocupao!

Julio:
¿Quiénes son los que ponen reparo
a mi boda con tanto descaro,
con tanto tesón?
¿Quiénes son? ¿Quiénes son?

Carmen:
Somos todos, y en nombre de todos
a deciros la causa voy yo.
Que cumpláis como bueno queremos,
o castigo sufra quien cometió
cruel delito de amor.

Julio:
¡Hombres bruscos y no hembras,
que salgan!

Julio:
jTiene usted mal gusto, señor!

Julio:
¡Ah, por fin!
(Carmen retira a Quintana, y las demás mujeres contienen a los hombres.)

Todos:
El hombre está furioso,
mas no hay que amilanarse,
pues los valientes no siempre triunfan
en estos trances.

Julio:
iMe canso ya de burlas!
|Que salga un hombre aquí!

Carmen:
Con un mal compañero
pelear no quieren
los que están ahí.

Pepe:
(Hablado)
¡Aquí está el hombre!
(Cantado)
Anda, rico mío,
besa a tu papá.

Julio:
¡Me la pagaréis!

Carmen:
Eso se verá.

Todos:
¡Chiquitín, chiquitín,
a tu lado no hay ningún tonto,
y tú mismo, muy pronto
serás igual
a Gasset, a Unamuno
y al gran Cajal!
¡Chiquitín, chiquitín,
Dios te libre de todo mal!

Carmen:
Ya se va cumpliendo
todo mi plan.
¡Qué alegría me da!
Por tan justa causa
hay que luchar,
y, por fin, el lauro
nuestro será.
Toda la razón
de este lado está,
y debemos triunfar.

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SEGUNDO ACTO

Cuadro primero
Escenario del teatro Español, visto desde el foro; está puesta la decoración del acto cuarto de Don Juan Tenorio, pero sin el telón de foro; de modo que por el reverso del rompimiento de la galería con balcón al centro, que da al Guadalquivir, y a través de las ventanas y del balcón, se ve la escena donde se representa dicho acto cuarto, la batería con la concha del apuntador y en último término la sala del Teatro Español, iluminada y llena de público.

Acabado el preludio, se alza el telón de boca del teatro verdad y aparece la escena tal como queda descrita, y en ella Don Juan, Don Luis y El Comendador, estos últimos en el suelo, y Don Juan diciendo los versos finales de la escena X del acto cuarto del Tenorio.
Manolo, con el libreto en la mano, estará junto al rompimiento de modo que le vea bien el público de veras.)

Preludio


Nº6. Don Juan

Estudiantes:
Ya están aquí;
de piedra son
el Don Luis,
burlador,
y el Señor Comendador.


Pepe y Quintana:
iDe yeso, sí;
de piedra, no,
y Benlliúre no fué
el que a mí
me esculpió.

Estudiantes:
De payasos este par
se podía contratar
y dejar
de estudiar.

Pepe:
De fijo que al ver este talle
les hagoa las hembras tilín.

Quintana:
Si alguna te encuentra en la calle
te toma por un adoquín.

Los dos:
¡Qué figura, qué escultura,
no se ha visto nada igual!

Estudiantes:
jValiente par de fiambres!

Los dos:
¡Y sin miedo, cual Tancredo,
subiré a mi pedestal!

Estudiantes:
¡Estáis para que os suspendan!

Los dos:
Si me ve mi abuelita,
¡ole!, me grita;
pero no podrá la viejecita
ver lo guapo que estoy yo…
Mi abuelita, pobrecita,
años hace se murió.

Estudiantes:
jVolveos a vuestras tumbas!

Quintana:
Si así mi patrona me viera
del susto, apretaba a correr.

Pepe:
Ya el susto lo tiene en el cuerpo,
pues no le has pagado este mes.

Los dos:
¡Qué figura, qué escultura!
Etc., etc.

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Nº7. Dúo Julio y Pepita

Julio:
Escúchame, Pepita:
quiero hablarte.

Pepita:
jApartate de mi,
no he de escucharte,
que todo en tí
no más respira,
mentira!

Julio:
¿A qué ponerte así,
a qué tu ira?

Pepita:
De tu víctima inocente,
¿qué deseas vamos, di?

Julio:
Vengo noblemente
pruebas de amistad a darte aquí.

Pepita:
¡Qué pronto me borraste
en tu corazón;
que pronto me dejaste
por otra mujer!

Julio:
Lo quiere así la suerte,
esa es ia razón,
y dentro de mi pecho
no hay otro querer.

Pepita:
Esperando,
esperando que volvieras,
y a tu hijo conocieras,
¡cuanto pude padecerl
Esperando, sí,
que tú le vieras
y le dieras tu querer,
todo tu querer.

Julio:
Esperando,
esperando que el destino
no torciese mi camino,
en ti puse mi querer,
Esperando, si,
que fueras mía…;
pero, al fin, no pudo ser.
IAy!, no pudo ser.
Mi padre no permite
que nos casemos,
mas a tu hijo
dotar podemos.
Fija tú misma
la cantidad,
que lo que tú pidas
se te dará.

Pepita:
Dale tu nombre;
no pido más.
¡Dale tu nombre!

Julio:
¡Ah!
Esperando,
esperando que el destino
no torciese mi camino,
en ti puse mi querer.
Esperando…
esperando que algún día
ser tu esposo yo podría…;
pero, al fin, no pudo ser.

Pepita:
¡Ah!
¡Qué desgraciada!
Al fin, mujer.
Dichosa ya en el mundo
no he de ser.
Esperando…,
esperando que volvieras
y a tu hijo conocieras,
¡cuánto pude padecer!

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Cuadro segundo
El Campo de Recreo. Es de día.

Nº8. Pasacalle y Java de Pantopón

Hombres:
Desde que va la mujer
a las aulas a estudiar,
todos los días el sol
entra en la Universidad.

Mujeres:
No por caprichosa hoy
a las aulas la mujer,
va porque quiere, fiando en la ciencia,
ponerse del hombre a nivel.

Todos:
¡Viva todo el que trabaja
en el campo y la ciudadl
¡Vivan la Ciencia y el Artel
¡Viva la fraternidad!

Pepe:
Por su primo se disloca
la vedete Marcelina,
y por eso toma coca…,
toma coca… cocaína.
Mas por miedo a que se atonte,
dícele su primo Antón:
Deja ya la coca y ponte…

Todos:
¡Ponte pantopón!

Pepe:
Pantopón, pantopón,
pantopón que es una medicina
de las de cañón.
No hallarás, no hallarás,
no hallarás un estupefaciente
que te sirva más.
Con razón, con razón,
con razón el que le duele un diente
pide pantopón.
De apreciar su virtud
hoy tendrás ocasión,
no le temas al pinchazo nada.
Ponte en inyección
pantopón.

No hay esposo más celoso
que el marido de la Estrella,
y se pone muy furioso
si se fija un hombre en ella.
Y hoy al verle hecho un bisonte
ella dijo, con razón:
jAy, esposo míol, ponte…

Todos:
¡Ponte pantopón!

Pepe:
Pantopón,
Etc., etc.

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Nº9. Schottis

Carmen:
La juventudno es quietud,
que es correr y saltar,
y con razón su ilusión
siempre ha sido bailar.
La juventud adorada
es divino tesoro,
que el viejo, con oro,
no puede comprar.

Pepe:
No fue Merlín bailarín,
pero amaba el sport,
y a no dudar el bailar
fue su goce mayor.
Es un deber
el estudiar;
pero el que estudia bien puede también
bailar.

Todos:
Marca el compás con más cuidado,
porque este baile es muy delicado.

Carmen:
Españoles el schotis castizo
que aquí bailo yo.

Pepe:
Yo también muy a gusto lo bailo
por ser español.

Hombres:
Venga de ahí.

Mujeres:
¿Qué sabes tú?

Hombres:
¡Fíjate en mí!

Mujeres:
¡No seas manús!

Quintana:
¡Ay, Catunio, Catunio, Catunio,
que el año que viene la diñas en junio!

Pepe:
¡Ay, Quintana, Quintana, Quintana,
te daba dos tortas de muy buena gana!

Quintana:
¡Embustero!

Pepe:
¡Te lo juro!

Quintana:
¡Que te quiero!

Pepe:
Dame un duro.

Carmen:
No vengáis con salidas de tono,
que de esa manera
perdéis el compás.

Todos:
La juventud no es quietud.
Etc., etc.

Carmen, Quintana y Pepe:
No fue Merlín bailarín.
Etc., etc.

Pepe y todos:
La juventud no es quietud,
y sin tregua camina
¡Oh, divina
juventud!

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