La mejor del puerto partituras

Nº1. Canción del pajarito y Pregón

Amparo:
Pobresiyo mío, cumple tu condena; dime tus cantare,
que, ar mentá tus pena, yoras mis pesare.
Y yo sé bien que ar cantá, tu doló lograrás carmá.
Yo también, sin jaula, vivo prisionera
de los sufrimiento,
puesta e l’arma entera
en er pensamiento.
Que no orvidó er cosarón
un queré por el cual sufrió.
Ha matado mi ilusión,
mi alegría y mi pasión,
er mosito que ar morirse,
se yevó con é
la caló de mi queré.
Probesiyo mío,
cumple tu condena;
dime tus cantare,
que, al mentá tus pena,
yoras mis pesare.
Y yo sé bien que, ar cantá,
tu doló lograrás carmá.

Socorrito:
¡Quién quié losa cartujana,
platos pa comé sin gana!…
Vengo yo cacharro
que son irrompible,
de china y de barro
y cristá flersible,
que se puén tirá.
Y están fabricado
para los casado
que se yeven mal.
Miste si es malita suerte,
que, manque pregone fuerte,
no hay mosito que se fije ar pasá en mi cuerpo juncá.
Pa mí que vendiendo losa,
ví’a morí virgen y mosa;
que este ofisio no se presta al amó, bien segura estoy yo.
Tengo yo tasone,
tengo yo frutero,
y, sin presunsione,
tengo yo salero,
como pueden vé;
y un acharamiento,
que me dan intento
de echar a corré.

Amparo:
Pobresiyo mío,
cumple tu condena;
dime tu cantare,
que, ar mentá tu pena,
yoras mis pesare.
Y yo sé bien que, ar cantá,
tu doló lograrás carmá.

Socorrito:
¡Chacharro! ¡Mercá!
Jirguero, ar cantá,
alivias mi mal.

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Nº2a. Dueto de Socorrito y Chuti

Chuti:
¿Se puede pasá?

Socorrito:
Inténtelo a vé.

Chuti:
¿Vendré a molestá?

Socorrito:
Y a se lo diré.

Chuti:
Creo que más fino,
no se puede sé.

Socorrito:
Este piensa declararse;
a la legua se le ve.
Pero viene er pobresiyo,
hecho sisco por los pié.

Chuti:
¡A y, pobre de mí!
Si me sigue un toro,
no me podré escurrí.

Socorrito:
¿Qué le pasa, amigo Chuti,
que le da tal desazón?

Chuti:
Que he mercado unos sapatos
pa bailá er charlestón.

Socorrito:
Es verdá, lo va bailando
desde que los compró.
Hable usted sobre la marcha,
o me pongo a trajiná.

Chuti:
Socorrito, Socorrito,
no me tome usté er tupé,
que voy a tené que bailá
sin yo queré.
Socorrito, rito, rito,
de bailá me debilito.
¡Por Dió, párese un poquito;
oiga usté, por favó!

Socorrito:
So permaso, maso, maso,
no me dé usté más lataso,
porque no he de haserle caso,
ni le oiré; no, señó.

Chuti:
Es usté, corasón,
más ligera que un siclón.

Socorrito:
¡Ay, José, quite usté!,
que me pongo encarná
y que aluego despué
me lo nota papá.
Venga al oscuresé
si me quiere usté hablá,
que, con tanto que hasé,
no le puedo escuchá.
Esta prueba de cariño
nunca la podré orvidá.

Chuti:
¡Ay, Socorro!
Yo le pido a usté ¡socorro!,
por la Virgen Macarena,
que la estoy diñando a chorro,
que la diño de verdá.

Socorrito:
Er mosito pinturero que yo quiera, será vino de Solera
que me deje tambaleá.

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Nº2b. Charlestón

Chuti:
¡Socorrito, Socorrito
de bailá me debilito!
Por Dios, párese un poquito
oiga usté, por favor.

Socorrito:
So pelmazo, mazo, mazo.
no me de usté más latazo
porque no he de hacerle caso,
no señó, no señó.

Chuti:
Esta usté, corasón,
más ligera que un ciclón.

Socorrito:
¡Ay Jesú! Quite usté,
que me pongo encarná
y que luego después
me lo nota papá.
Venga al oscuresó,
si me quiere usté hablá,
que, con tanto que hasé
no le puedo escuchá.
Esta prueba de cariño
nunca la podré olvidar.

Chuti:
Socorro yo le pido a usté,
Socorro, por la Virgen Macarena,
qu la estoy diñando a chorros
que la diño de verdad.

Socorrito:
El mocito
pinturero que yo quiera
será vino de solera
que me deje tambaleá.

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    Nº3. Cuarteto cómico – Barcarola

    Salvador:
    En la noche borrascosa
    de la tormentosa
    fiera tempestá,
    aguantando un só de fuego,
    que briyaba rojo
    hasta deslumbrá,
    yo, de pie sobre cubierta,
    de la luna a su «furgón»,
    ordenaba a mis marino,
    más castizo y fino
    que er mismo Colón.

    Romana, Socorrito y Miguel:
    ¡Qué Colón! ¡Qué Colón!
    Es er tío más trolero
    de nuestra generasión.

    Salvador:
    Si la má rugía,
    yo la despreciaba;
    si un rayo venía,
    yo lo sorteaba.
    Y las ola a porfía,
    asombrás de mi való,
    mormuraban por los mare:
    ¡ojo, que viene er compare!
    ¡Er compare Sarvaó!
    Güela, goleta ligera,
    que crusa la mar asú,
    pues desde er Congo hasta Utrera,
    no hay goleta más güena que tú.

    Salvador y Miguel:
    Ya viene er siclón.
    Aguanta er timón.
    Ahí va un tiburón.

    Todos:
    Güela, goleta ligera,
    que crusa la mar asú,
    que desde er Congo hasta Utrera,
    no hay otra goleta
    más güena que tú.

    Salvador:
    Una noche en Guatemala,
    la pasamo mala
    por mo de un siclón,
    y yegando a Filipina,
    me encontré una mina
    que nos esplotó.
    Se deshizo la goleta;
    pero yo, sin vasilá,
    hise clavá los pedaso
    y salí der paso
    con serenidá.

    Romana, Socorrito y Miguel:.
    ¡Qué brutal! ¡Qué bestial!
    Este tío, lo que sueña,
    se figura que es verdá.

    Salvador:
    Si una vía d’agua
    enorme se abría,
    cual si fuera vino,
    yo me la bebía.
    Y las olas, a porfía,
    asombrás de mi való,
    mormuraban por los mare:
    ¡ojo, que está aquí er compare!
    ¡Er compare Sarvaó!
    Güela, goleta ligera, etc.
    Una vez me vi perdido,
    sin rumbo, y cogido
    por la tempestad;
    sin saber en dónde estaba,
    mi barco danzaba
    de aquí para allá.
    Yo luché toda la noche
    sin sortarme der timón,
    y crusando asín los mare,
    en er Mansanare
    nos amanesió.

    Romana, Socorrito y Miguel:
    ¡Qué brutal! ¡Qué bestial!
    Este tío, lo que sueña,
    se figura que es verdá.

    Salvador:
    Si un escoyo al paso
    se me presentaba,
    yo de un puñetaso
    lo desbarataba.
    y las olas, a porfía,
    asombrás de mi való,
    mormuraban por los mare:
    ¡ojo, que está aquí er compare!
    ¡Er compare Sarvaó!
    Güela, goleta ligera, etc.

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    Nº4. Dúo Amparo y Fernando

    Amparo:
    Yo di mis amore
    con el arma entera;
    planta que dio flore,
    cumplió con la primavera.

    Fernando:
    Los rosale que hay en su ventana.
    le dan tó los año
    rositas temprana.

    Amparo:
    Aquel hombre que yo quise
    se yevó mis alegría.

    Fernando:
    Yo no sé con qué derecho
    quiere usté matá la mía.

    Amparo:
    Por é la pena me ahoga,
    mi queré con él ha muerto.

    Fernando:
    Fue un reso a su memoria
    y esperansa pa mi pecho.

    Amparo:
    Deje usté
    de insistí;
    no pué sé.

    Fernando:
    Macarena grasiosa,
    mi macarena,
    tus achare me tienen
    muerto de pena.
    Morenita gitana,
    que me enloquese,
    puede sé que mañana
    te acuerdes de mí.

    Amparo:
    Macareno cumplío
    no me atormentes,
    porque pierdes er tiempo inútilmente.
    Tu porfía es en barde,
    a rogá vienes tarde,
    porque yo cumpliré
    la palabra que di,
    lo que a aqué le juré:
    «Te querré hasta que me muera; te lo juro por las cruse
    de los hierro de mi reja.»

    Fernando:
    Mujé de firme tesón,
    si diste tu corasón,
    ¿por qué me robas er mío
    a traisión?

    Amparo:
    Y o quisiera, yo quisiera
    sé el agua de la fuente,
    donde tus labio bebiera
    pa carmá tu paresé.

    Fernando:
    Y o quisiera, yo quisiera
    ser aqué por quien suspira,
    aunque la vida te diera
    ar lográ ese queré.

    Amparo:
    Por Dió, Fernando,
    no insista má.

    Fernando:
    Tenga conmigo
    más caridá.
    Vive penando
    mi corasón.
    Por Dió, Amparo,
    por compasión.
    Si sus ojo son juese
    que me condenan,
    que tus braso me amarren
    como cadena.
    Viví sin ti
    no podré, gloria mía,
    que ere toda mi vía.
    Ar finá ya verá:
    mi queré venserá.

    Amparo:
    Déjeme usté,
    por cariá.
    ¡Qué pesadé!,
    déjeme ya.
    Manantiá de cariño
    que se agotó;
    una hoguera apagá,
    asín juré ser yo.
    Por aqué me mataron
    y mis ojo yoraron.
    Sé con firmesa luchá.
    Los juramento
    que en su boca escuché,
    de otro no he de escuchá.

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    Nº5. Tango gaucho

    Martín:
    Su querer fue mi esperanza,
    su querer fue mi alegría,
    y por su querer expuse
    la libertad y la vía.
    En la noche de sus ojos
    la traición me preparaba,
    y los labios de su boca
    mentían cuando besaban.
    ¿Por qué no supe adivinar
    el fingimiento de su amor?
    ¿Por qué cobarde no maté
    a quien mi vida destrozó?
    Ya no podré jamás volver
    a donde todo lo perdí;
    pero en mi pecho vivirás,
    hermosa tierra en que nací.
    ¡Argentina!
    ¡Mi Argentina!
    Al confín de tus praderas
    mi caballo me llevó,
    cuando dichoso gozaba
    aquel querer que me enloqueció. Siempre, tierra mía,
    tu recuerdo guardaré,
    aunque de ti esté muy lejos
    por culpa de esa mujer.
    Cuando el mal me perseguía,
    y el dolor me acongojaba,
    el consuelo de mi pena
    en sus caricias buscaba.
    Pero, ciego en mi locura,
    sin saber su fingimiento,
    le contaba mis temores,
    mi pesar y mi tormento.
    Y nunca pude suponer
    que se burlara de mi amor,
    y que su negra falsedad
    pudiera herir mi corazón.
    A donde el alma me dejé
    ya no podré volver jamás,
    querida tierra que perdí
    donde mi vieja sola está.

    Todos:
    ¡Argentina!
    ¡Argentina!
    Al confín de tus praderas
    su caballo le llevó,
    cuando dichoso gozaba aquel querer
    que le ilusionó.

    Martín:
    ¡Pobre vieja mía,
    ya mi apoyo te faltó;
    no he de besar más tu frente
    por culpa de una traición.
    ¡Tierra mía!

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    Nº6. Pasodoble de los marineritos

    Marineros:
    Marineros valerosos,
    el peligro no tememos,
    a las gavias ascendemos
    el mandato a escuchar,
    y en las cuerdas nos mecemos,
    contemplando el ancho mar.

    Uno:
    Al reflejarte, Torre del Oro,
    en el tranquilo Guadalquivir,
    como la esclava de aquel rey moro,
    gallarda y bella te ves lucir.

    Todos:
    Al reflejarte, Torre del Oro,
    en el tranquilo Guadalquivir,
    como la esclava de aquel rey moro,
    gallarda y bella te ves lucir.

    Uno:
    Lleva en su pecho el marino,
    cuando se aleja del puerto,
    una esperanza bendita
    y en sus labios lleva un beso.
    Soñando con sus amores,
    lucha con la tempestad,
    y, por aquel beso vence,
    la fiereza de la mar.
    Marinerito ven
    y me darás valor,
    me besarás
    con amor.

    Todos:
    Marinerito ven
    y me darás valor,
    me besarás
    con amor.
    Lleva en su pecho el marino,
    cuando se aleja del puerto,
    una esperanza bendita
    y en sus labios lleva un beso,
    y al recordar sus amores,
    lucha con la tempestad,
    y por aquel beso sufre
    los rigores de la mar.
    Con viento feliz
    el barco saldrá
    y desde la orilla
    un blanco pañuelo
    le despedirá.

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    Nº7. Bulerías

    Romana:
    Venga, que er cuerpo me anima;
    hase usté al bordón hablá.

    Salvador:
    Mirá, qué arte pa la prima,
    que la pongo dislocá.

    Socorrito:
    Vamo, Chuti, que son bulería.

    Romana:
    Anda ya, mosito, y abre la sersión.

    Fernando:
    Arsa y no seas perma, ten má alegría,
    que va a desirte que ere un pasmao.

    Chuti:
    Yo con mucho gusto me las bailaría,
    pero acabaría de fijo vendao.

    Amparo:
    Un queré, que no es er mío,
    no me deja ni viví.

    Todos:
    Arsa y toma, qué mareo;
    que vaya a por gambas,
    que vaya a paseo.

    Amparo:
    Él porfía, yo porfío,
    ya no sé ni qué desí.

    Todos:
    Anda y dile ya a ese niño
    que no se consigue
    con lata er cariño.

    Socorrito:
    La que quiera un novio urgente,
    ahí va un pretendiente.
    La que tenga reumatismo,
    ahí va un sinapismo.

    Todos:
    La que quiera un novio urgente,
    ahí va un pretendiente.
    La que tenga reumatismo,
    ahí va un sinapismo.

    Socorrito:
    ¡Ay, mamá, mamá!
    ¡Ay, señó, señó!
    ¡Con lo bien que sin novio se está!
    Anda, espilrabá,
    marca el compá.
    No presuma más,
    ni sea engalichá.

    Todos:
    ¡Ay, mamá, mamá!, etc.

    Amparo:
    ¡Hay que vé, qué tiesto
    que tengo en mi casa!
    Que, sembrando flore,
    te dan calabasa,
    y pa la memoria,
    paliyos de pasa.
    Ya lo sabe usté,
    no machaque más,
    siga su camino
    sin pará.

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    Nº8. Los marineros. Chotis

    Salvador:
    Garboso, grasioso,
    hay que marchá;
    a vese lo piese,
    sin levantá.
    Der paso los braso
    son er timón,
    y luego la vuerta
    se da sobre un tacón.
    Imitar mis movimientos
    con salero y distinsión,
    que tenei una asaura
    que es más grande que Londón.

    Marineros:
    Gravoso, grasoso,
    cañí, caray.
    Salego, toguego,
    mi tía, ¡old ray!
    Moviendo los braso
    así gud bay,
    y luego se gira
    ¡old ray!
    Mí, tener tipo de gachó,
    gaché o quizás gachí,
    y al andar ser barbo,
    barbé, o bien digo barbí.
    ¡Old ray, qué macarenó
    mamá a la luz me dio!
    La gente dice al verme: no es inglés, es chulón.
    ¡Yes, yes!

    Salvador:
    Garboso, grasioso,
    hay que marchá;
    a vese lo piese,
    sin levantá.
    Der paso los braso
    son er timón,
    y luego la vuerta
    se da sobre un tacón.

    Marineros:
    Gravoso, grasoso,
    cañí, caray.
    Salego, toguego,
    mi tía, ¡old ray!
    Moviendo los braso
    así gud bay,
    y luego se gira
    ¡old ray!

    Salvador:
    ¡Tu cuerpo gitano! ¡Serrano!

    Marineros:
    ¡Old ray!

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    Nº9. Escena final

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